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Arriba: General Juan Pablo Rodríguez, general Alberto Mejía y el vicealmirante Leonardo Santamaría. Abajo: Almirante Henry Blain, general Carlos Bueno y general Rodolfo Palomino. | Foto: Archivo particular

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¿Vientos de cambio en la cúpula militar?

En medio de un ambiente enrarecido, cada vez son más fuertes los rumores sobre un posible cambio en los altos mandos de las Fuerzas Militares y de Policía.

1 de diciembre de 2015

Desde hace varias semanas en los pasillos del Ministerio de Defensa, en el comando de las Fuerzas Militares, el Ejército y en la dirección de la Policía hay un rumor que tiene con los pelos de punta a más de uno. Se trata de una versión según la cual el gobierno nacional estaría considerando realizar un cambio de cúpula en las próximas semanas.

A finales de noviembre y comienzos de diciembre de todos los años ese rumor se ha vuelto constante ya que esas son las fechas en que usualmente se realizan ascensos y cambios. Así ha sido desde hace años. Sin embargo, en esta ocasión las cosas parecen ser diferentes.
 
Si bien desde hace semanas esa versión circulaba, en el fondo se daba por descontado que la actual cúpula permanecería por lo menos hasta mediados del próximo año, después de firmado el acuerdo del proceso de paz. Pero un hecho que pasó relativamente inadvertido para la opinión pública, pero no para el alto gobierno, parece haber cambiado el panorama.

Hace dos semanas Noticias Caracol divulgó un video en el que aparecía el comandante de las Fuerzas Militares, general Juan Pablo Rodríguez, hablando en un teatro frente a un grupo de militares. El alto oficial reunió a sus hombres con el fin de despejar dudas y tranquilizarlos frente al proceso de paz.

No obstante, varias infortunadas frases del alto oficial quedaron grabadas en video. “Estamos estudiando y hemos estudiado este aspecto a fondo, con el propósito de que realmente exista el suficiente peso legal, porque todos estamos preocupados por eso, no crean que ustedes únicamente, yo también”, se oye decir al oficial en uno de los apartes de su intervención.
 
Esas frases fueron retomadas por la oposición y esta no dudó en capitalizarlas al afirmar que, incluso, el oficial de más alto rango del país, el comandante de las Fuerzas Militares, tenía dudas frente al proceso de paz. El asunto no cayó nada bien y Rodríguez quedó mal en el alto gobierno. Ese hecho sería la causa por la cual se adelantaría varios meses el cambio en la cúpula.
 
Si sale Rodríguez, habría un revolcón generalizado. Su reemplazo en el comando estaría entre el almirante Henry Blain, jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, y el actual comandante del Ejército, general Alberto Mejía, quien lleva escasos seis meses en ese cargo y ha hecho una buena labor.
 
En la Policía también habría movimientos. En esa institución se da por descontado que quien remplazaría al general Rodolfo Palomino sería el actual jefe de seguridad de la Presidencia, general Gilberto Ramírez. Sin embargo, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, le dijo a SEMANA hace varios días que no iba a remover al general.
 
Los eventuales cambios para dirigir las Fuerzas ha estado enmarcada por una campaña liderada por algunos oficiales y asesores civiles que han acudido desde hace semanas a “combinar todas las formas de lucha” con el objetivo de asegurar el revolcón.
 
Documentos y apartes de investigaciones internas de las Fuerzas, así como una feria de anónimos con acusaciones falsas o con verdades a medias han inundado la redes sociales, el Congreso y las redacciones de los medios de comunicación con el fin de enlodar o sacar del camino a los comandantes y otros altos oficiales. La apuesta es que de darse esto, el presidente tendría mayor cercanía con ellos.
 
La otra cara de la moneda es que no es claro que esa situación le dé continuidad al trabajo armonioso y en equipo que desde el Ministerio de Defensa se ha logrado para que la Policía y las Fuerzas Militares trabajen en llave.
 
En pocos días se sabrá si todos estos rumores finalmente terminan siendo una realidad o si, como suele ocurrir, simplemente son las cábalas de diciembre que siempre rondan los cuarteles.
 
Lo único cierto es que esta vez el ambiente está más turbio que en años anteriores y las ambiciones están haciendo un daño enorme con consecuencias que aún no se pueden prever.