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Sepúvleda leyó la carta en medio de la audiencia en la que un juez confirmó su condena. | Foto: Archivo paricular

JUDICIAL

La carta de un arrepentido Sepúlveda

En la misiva le pide perdón a los afectados por proceso y asegura no estar loco, como lo insinuó Álvaro Uribe.

10 de abril de 2015

En medio de la audiencia en la que un juez lo condenó a 10 años de prisión, gracias a un preacuerdo en el que se compromete a contar todo lo que sabe a cambio de una rebaja en su pena, el ‘hacker’ Andrés Sepúlveda leyó una carta en la que mostró su arrepentimiento y amenaza con contar todo cuanto sabe.

En la misiva les dice a quienes creen que está “loco” que asuman las consecuencias de sus actos. Es claro que lo dice en respuesta a lo expresado hace varias semanas por el senador Álvaro Uribe, que aseguró que Sepúlveda tenía “trastornos mentales”.

“Hace 11 meses y 5 días fui capturado por la Fiscalía General en mi oficina, desde donde funcionaba el centro mayor de espionaje contra el proceso de paz y la central de propaganda negra de la campaña presidencial del candidato opositor”. Así inició la misiva Sepúlveda.

En ella, se dirigió por primera vez a la opinión pública en una audiencia, y lo hizo para relatar su paso por el Centro Democrático, sin mencionar dicho partido, y pedir perdón por sus labores poco transparentes.

El documento dice que de sus 30 años ha dedicado 15 a la tecnología. “A mis 18 años conocí por primera vez la política, lo mejor, para la persona que tanto admiraba y respetaba, se creó un nuevo partido con el cual me sentía plenamente identificado”.

Además, dice que con el paso del tiempo se volvió un radical. “Me radicalicé, me convertí en lo que tanto odié, en un radical empedernido que no estaba dispuesto a discutir con absolutamente nadie mi ideología, porque simplemente, sino lo compartía, yo lo consideraba un traidor”.

Sepúlveda agregó que, cuando obtuvo más experiencia, logró ser asesor en temas de seguridad informática, estrategia política en medios digitales en las campañas presidenciales y regionales más importantes de América Central. Incluso, que “ayudé a ubicar y capturar delincuentes, terroristas, etc.”.

Luego, en la carta, Sepúlveda se mostró afligido. Dijo, “debo decir tristemente que tuve mis argumentos para hacer lo que hice, fueron exactamente iguales a los que usan quienes han cometido errores atroces “el fin justifica los medios” y “por amor a la patria”.

Asimismo, expresó que cuando unió su trabajo con su afinidad política se convirtió en un paria de la patria. “Afecté el honor y la lealtad de los miembros de nuestro glorioso Ejército y Policía Nacional, todas las acciones en las que participé para luchar contra el terrorismo, fueron heridas de muerte cuando me involucré en la campaña presidencial del año 2014”, relató.

El hacker dice que debido a sus acciones “pude desencadenar una guerra más fuerte y atroz que la que está viviendo actualmente nuestro país”.

Finalmente, los últimos párrafos de su carta son para pedir disculpas. Inició aclarando: “No ofrezco disculpas al grupo terrorista de las FARC y mientras esté vivo, nunca haré un buen comentario sobre ellos”.

Sin embargo, ofreció disculpas a las fuerzas militares y de policía. “Lamento haber afectado su buen nombre y el honor de quienes realmente dan la vida por nosotros (…) desde el fondo de mi corazón, mil disculpas”.

También le pide disculpas a la Fiscalía General de la Nación, “quienes en su momento fueron mis mayores enemigos, ahora son quienes velan por mi seguridad y la de mi familia, lamento profundamente el daño que causé por varias acciones que hice”. Ahí, incluyó a abogados, investigadores, policías judiciales y jueces, pues según dice “todo aquel que se involucra en mi proceso recibe amenazas”.

Sepúlveda aprovecha el momento para pedir disculpas públicas a su familia. “Lamento todos los días que esto haya pasado, sobre todo, cada lágrima derramada por mi culpa, no las merezco. Pero quiero que sepan que siempre me sentiré orgulloso de mis apellidos y haré lo que este en mis manos para que esta experiencia terrorífica que hemos vivido sea convertida en algo bueno”.

En el documento también dice que “está con la frente en alto (…) luego de vivir rodeado de tecnología terminé con un radio y un teléfono público (…) yo sé quién soy y qué quiero”.

El hacker no perdió la oportunidad para irse lanza en ristre contra el senador Uribe Vélez. Le reclamó que, semanas atrás, lo hubiera tildado de “joven con trastornos mentales”.

“A las personas que en grandes declaraciones de prensa dicen que estoy loco, que tengo problemas mentales y otras cosas más, no me resta sino decirles que asuman las consecuencias de sus actos, eso estoy haciendo yo, aquí estoy, aceptando mis errores y pagando por ellos”, asevera Sepúlveda.

Incluso, Sepúlveda asevera que cuando se destapó su escándalo le dijeron que saliera del país: “Cuando tuve una noche de libertad, al mes y medio de haber sido capturado, lo primero que me dijeron fue que saliera del país, yo les dije que no, que afrontaría esto, misteriosamente, luego de mi recaptura y mi traslado a La Picota, las amenazas en mi contra crecieron exponencialmente (…) pero ahora me dicen que estoy loco, tan loco y enfermo mental que están haciendo lo posible por callarme y asesinarme”.

“Pero ¿saben algo?, ya es demasiado tarde, afortunadamente para mí y desafortunadamente para ustedes, he contado muchísimas cosas y seguiré haciéndolo, yo soy un hombre, yo no tengo necesidad de declararme inocente y luego huir del país, así como lo están haciendo algunos de los que antes yo admiraba y con la misma afinidad política que tenía, los mismos que me dijeron que no habría lugar en el mundo donde me pueda esconder porque me encontrarán y acabarán con mi vida”, relató Sepúlveda.

El hacker finaliza la carta citando una frase del conde de Montecristo: “Solo el que ha conocido el extremo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es necesario haber querido morir, para saber cuan dulce es la vida”.