Home

Nación

Artículo

Uribe lo ha defendido, lo califica como un “hombre recio, pero coherente", que no tiene doble discurso. | Foto: Daneil Reina Romero/ Revista Semana

POLÍTICA

Los momentos en que el senador Carlos Mejía se ha salido de casillas

Una fuerte discusión entre el senador uribista y Pablo Catatumbo de la Farc hizo virar la discusión en la Comisión Quinta del Senado. Sin embargo, esta no es la primera vez en que el parlamentario se va lanza en ristre contra sus contradictores políticos.

22 de mayo de 2019

En el Congreso se suelen librar grandes batallas. Las posiciones disonantes están a la orden del día, de eso se trata el debate democrático. Pero de cuando en cuando la discusión sube de tono atravesando la línea del respeto. Con esa sensación quedaron los congresistas que se encontraban el pasado martes en la Comisión Quinta del Senado, cuando el senador Carlos Felipe Mejía, del Centro Democrático, se fue lanza en ristre contra Pablo Catatumbo, de la Farc. Al ver caldeados los ánimos el senador liberal Guillermo García Realpe le ‘jaló las orejas‘ a los parlamentarios: "El Congreso no puede continuar sesionando como si fuera una gallera".

El debate de control político fue citado para hablar sobre la deforestación, el problema más grave en materia ambiental que tiene el país. Sin embargo, Mejía le dio un giro y lo enfocó en el aumento de los cultivos ilícitos en el país, como una de las causas de esa deforestación, en el gobierno de Juan Manuel Santos, mientras andaba el proceso de paz. Como Catatumbo hace parte de esa comisión, Mejía lo señaló de ser un “narcoterrorista” que había llegado impunemente al Congreso. “Más terrorista usted, respete el Senado”, le contestó el senador de la Farc.

“Qué pena pues que les incomode tanto que en el debate de deforestación yo hable de los cultivos ilícitos que aumentaron desaforadamente mientras Santos negociaba impunidad con las Farc. No voy a callarme, y no voy a tapar nada, Colombia merece conocer la realidad”, aseguró Mejía, furibundo.

El senador uribista estaba visiblemente molesto, incluso se retiró de la comisión, porque a su juicio, no lo dejaban hablar. “Ahora son las Farc las que pueden hablar aquí”, sentenció a voz en cuello. 

Aunque esta discusión ha acaparado los titulares de los medios, no es extraño que durante sus intervenciones Mejía suba el tono y se exalte. De hecho, en la sesión del Senado en la que el expresidente Álvaro Uribe le dijo a Gustavo Petro tres veces “sicario”, Mejía también discutió con el exalcalde.

“Cuando le manda a la Corte Suprema esas excusas firmadas por el psiquiatra, yo sí creo que el rayón que tiene en la cabeza el senador Petro es enorme (...) el discursito de hoy, igualito a los discurso del entonces candidato a la presidencia de Venezuela, el dictador extinto Hugo Chávez, que unos millonarios se robaron la plata, las tierras a punta de plomo y nos señala a nosotros como si fuéramos responsables de despojos y asesinatos. Fue usted el que se alzó en armas para asesinar”, le dijo Mejía a Petro.

Petro no le respondió en el mismo tono. “Yo trato de establecer aquí debates con personas inteligentes, lo he tratado de hacer independientemente de sus posiciones, pero a veces hay una obstrucción a la inteligencia de tal porte que toca responder”, aseguró.

Puede leer: La molestia del uribismo con la rectificación de Petro

En abril del año pasado Mejía también fue protagonista de una fuerte discusión. El entonces senador Carlos Fernando Galán desarrollaba un debate sobre el cambio del uso del suelo en el Plan de Ordenamiento Territorial para beneficiarse económicamente, en el que señalaba directamente a los hijos del expresidente Uribe. Fuera de micrófonos, y cuando ya se había dado por terminada la sesión, continuó la discusión, entre Uribe y Galán, así como entre Mejía y una mujer que era miembro del equipo de Juan Manuel Galán. Según Noticias Uno, "a Mejía no le faltó sino pegarle a la joven mujer".

Mejía, un caldense del ala más radical del uribismo, suele llamar la atención en el Capitolio por sus intervenciones. Uribe lo ha defendido, lo califica como un “hombre recio, pero coherente", que no tiene doble discurso.