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El 4 e febrero de 2007 fue la marcha contra el secuestro, la mayor movilización ciudadana de la historia reciente

MOVILIZACIÓN

No al terrorismo: ¿una marcha que podrá unir al país?

Tras el atentado con carro bomba contra la Policía, ciudadanos, dirigentes políticos y líderes de opinión de todos los sectores han invitado a salir a las calles para manifestar su absoluto rechazo a la violencia, sin distingo político. ¿Colombia dará un mensaje que trascienda la polarización?

18 de enero de 2019

Un millón de voces contra las Farc fue el nombre que se le dio a la más multitudinaria marcha cívica que Colombia recuerde en su historia reciente. Fueron más de cuatro millones los colombianos que salieron a las calles de todo el país además de los residentes en el exterior que también decidieron pronunciarse. Nunca antes tantos ciudadanos se habían  volcado contra una organización ilegal que se autodenominaba ‘Ejército del Pueblo’. Y quizás fue la última vez que se vio a todos los sectores de la sociedad marchando y ondeando la misma bandera, la del rechazo a la violencia.

Había sido convocada por la indignación nacional que causaron las imágenes y las pruebas de supervivencia de las decenas de secuestrados, que en aquel entonces ese grupo guerrillero aún tenían en su poder. Las calles de Bogotá y de diferentes ciudades del país parecían ríos de gente que con camisetas y banderas blancas por fin se veían unidas bajo la misma causa, sin distingo de color político.

El 4 de febrero de 2007 fue una fecha que quedó señalada en la historia del país, el rechazo unánime de la sociedad se convertiría prácticamente en el comienzo del fin de una guerrilla que para entonces era más sinónimo de terror que de revolución, y que nueve años después firmaría la paz con un gobierno colombiano, el de Juan Manuel Santos.  

En la mañana del pasado jueves, Colombia volvió a ser sacudida por el terrorismo cuando este parecía una página del pasado. Un carro bomba explotó al interior de la Escuela de Cadetes de la Policía General Santander, en Bogotá, y causó la muerte de 20 jóvenes que soñaban con ser oficiales y servir a la patria. El atentado se le atribuyó a la guerrilla del ELN, y significó el fin de la mesa de negociación que Duque heredó del gobierno Santos. Con el ataque se revivieron las más dolorosas imágenes de la época del narcoterrorismo, esas que ningún ciudadano de bien quiere reeditar nunca más.    

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De inmediato, y de forma espontánea, empezaron a surgir manifestaciones en solidaridad con las víctimas y sus familias desde diversos sectores de la sociedad. Las redes sociales fueron el motor que las impulsaron. Rechazo al terrorismo, homenaje a los héroes de la patria, adelante por la paz, fueron expresiones que tomaron fuerza y bajo las cuales comenzó a encenderse una nueva llama de movilización. Estas desencadenaron en la convocatoria para la marcha de este domingo. En Bogotá se han anunciado dos concentraciones, una en el Parque Nacional y otra en el centro de Memoria Histórica que confluirán en la Plaza de Bolívar. En el resto del país las convocatorias han sido en las principales plazas públicas de cada ciudad. 

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En la noche del jueves, cuando el presidente Iván Duque se dirigió al país en la alocución televisada tras el atentado terrorista contra la escuela de cadetes de la Policía en Bogotá, hizo un llamado a la unidad nacional para derrotar al terrorismo. Frases como “Colombia les demostrará que esta es una Nación fuerte, unida y que no se quiebra” o “Colombia está firme y unida para derrotar el terrorismo”, fueron los ejes de su discurso, las cuales repitió en más de una ocasión.

Este domingo podría ser una nueva oportunidad para que el clima de polarización del país en la reciente década pueda deponerse, y por qué no, que se pudiera ver una imagen inédita: diferentes adversarios políticos y sectores tan radicalmente opuestos marchando bajo un mismo propósito.

Que Álvaro Uribe o Gustavo Petro; el Polo o el Centro Democrático; liberales y conservadores, sectores de centro y por qué no la Farc, salgan a las calles a manifestarse puede ser un hecho que quede para la historia del país. Unidad nacional, ese es el gran reto de este 20 de enero.

La esperanza que eso suceda se advierte en las mismas redes sociales. Allí la mayoría de sectores políticos se han unido para sacar algo bueno de la tragedia y en ese sentido no desaprovechar la oportunidad. “Este es el momento de unirnos para rechazar el uso de la violencia, o del terrorismo, contra nuestra sociedad o contra cualquiera de nuestras instituciones”, ha manifesta la exsenadora Claudia López.

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“Es el momento para que todos aquellos que hoy se están movilizando para plantear reivindicaciones de distinta índole le hagan saber a los violentos que con estas acciones solo lograran que todos los colombianos nos unamos para rechazar la utilización por grupos armados de todos los medios de lucha y que con ello están destruyendo la legitimidad de la protesta social”, manifestó el expresidente César Gaviria.

“Todos los sectores políticos debemos hacer parte de un Acuerdo Nacional Contra el Terrorismo: rodear a nuestra fuerza pública y proteger a nuestros líderes sociales”, expresó el ex viceministro del Interior Luis Ernesto Gómez.

En el mismo sentido convocó el senador Armando Benedetti: "Todos contra toda violencia, incluyendo adversarios y contrincantes, debemos estar contra la estupidez y la barbarie”.

La movilización convocada por la ciudadanía ha provocado que, por ejemplo, el alcalde Enrique Peñalosa esté dispuesto a marchar con su antecesor Gustavo Petro, o con cualquiera de sus opositores.

Que Antonio Navarro, un aspirante a la alcaldía haya invitado a Samuel Hoyos, del uribismo, y a Hollman Morris, posible rivales a encontrarse en el parque nacional para marchar juntos, sin ningún tipo de confrontación.

O a que Angélica Lozano y el uribista Carlos Felipe Mejía hayan compartido la misma imagen para invitar a los ciudadanos a salir a marchar el domingo. Los propósitos pueden ser distintos, pero el fin los haría coincidir, así sea por unas horas.

Pero, ¿se repetirá este 20 de enero aquella imagen del 4 de febrero del 2007?
 
En principio, algunos saldrán con la intención de acompañar a las víctimas y hacer un homenaje a los héroes caídos, y expresar su rechazo al ELN. Pero si la movilización pretende ser una verdadero propósito de unidad tendría que acumular mayores causas.

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Por ejemplo, debería expresar el rechazo al asesinato a los líderes defensores de Derechos Humanos que este año han sido asesinados casi que uno al día, considera el ex ministro Juan Fernando Cristo.

También incluir a quienes mantienen la esperanza de una salida negociada con el ELN. “Quienes creemos que no podemos devolvernos a la guerra”, como dice Ángela Robledo, luego de que el gobierno pareciera haber cerrado cualquier puerta a la negociación.

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Ese propósito de unidad nacional, al que invita el presidente Duque –reconociendo que se está sumando a una iniciativa ciudadana–y hasta varios de sus opositores, ha tenido algunos mensajes que lo pueden distorsionar. Tras el atentado, Álvaro Uribe se pronunció en Twitter diciendo "Qué grave que la paz hubiese sido un propósito de sometimiento del Estado al terrorismo”, afirmación que para el ex ministro Cristo invita más a la división. En otro trino el expresidente dejó saber que participará de la marcha "en solidaridad con la Policía, y su nueva generación asesinada por el terrorismo" y que se sumará a la movilización que se hará en Montería, Córdoba. 

El viernes, a 48 horas de la manifestación, fue tendencia la etiqueta #NoMarchoConElUribismo, y algunos dirigentes alternativos que invitaron a salir a la calle no dejaron de ser recriminados. Síntoma de que hasta esta convocatoria no está ajena a la polarización.  

Pero a medida que se acerca la hora parece consolidarse la idea de que es momento de supeditar las rencillas políticas para lograr un gesto de solidez y unidad contra la violencia. La representante Ángélica Lozano lo expresó sin ambages:

En igual sentido se pronunció el senador Jorge Enrique Robledo, jefe del Polo Democrático y reconocido contradictor de Duque hoy, y de Santos ayer. El líder político aseguró que por encima de cualquier diferencia se sumará a la marcha “contra la violencia y el terrorismo y por la paz”.

Pero no son solo políticos quienes están convocando. Voces poderosas como la de Julio Sánchez Cristo se han pronunciado también invitando a las calles mañana domingo. "Este domingo a caminar desde el corazón, sin aceptar convocatorias políticas oportunistas, solos o en familia, honrando a las víctimas de la Escuela de Policia y diciéndole no más a la violencia. Queremos vivir unidos y en paz", dijo desde cuenta de Twitter el director de W Radio. 

Que todos los sectores salgan a la calle el mismo día estará por verse, pero tienen una gran oportunidad. Podrían confluir quienes pretenden el sometimiento a la justicia del ELN, o los que abogan por seguir intentando una salida negociada. Los que quieren rendir homenaje a la la fuerza pública, pero también a los de los líderes sociales. Aunque parezcan motivaciones diferentes, el fin podría ser el mismo, y en palabras de Antanas Mockus, la defensa de la vida.