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Oliva Solarte, madre del intendente de la Policía Jorge Trujillo Solarte, secuestrado por las Farc hace 10 años en una toma guerrillera a Puerto Rico, Meta. (Foto: Fernando Vergara- AP)

SECUESTRO

Otra madre que camina por ver a su hijo libre

María Oliva Solarte, mamá del intendente de la Policía Jorge Trujillo, secuestrado hace una década por las Farc, ya no supo más que hacer y se echó a andar desde el departamento Cesar hasta Bogotá.

16 de julio de 2009

Tiene 62 años de edad, problemas de presión arterial, le duelen las piernas y un cansancio que le produce fatiga y casi no la deja hablar. Sin embargo, nada de esto se compara con el dolor que  María Oliva Solarte siente por el secuestro de su hijo, el intendente de la Policía Jorge Trujillo Solarte, luego de un ataque de las Farc al municipio de Puerto Rico, en el Meta, hace 10 años. 

En ese entonces, el hijo de la señora Solarte era un muchacho de 29. Hoy está a punto de cumplir los 40. Pero a pesar de que ha pasado el tiempo, ella guarda la esperanza de volverlo a ver con vida. Por eso, inspirada por el profesor Gustavo Moncayo (el caminante por la paz, padre del cabo del Ejército Pablo Emilio Moncayo, también secuestrado) arrancó una caminata el pasado 8 de julio en compañía de su esposo, Guillermo Trujillo, desde su natal Gamarra, en el departamento del Cesar, hasta Bogotá a donde se cree llegará este viernes.

“No sé si el Presidente (Álvaro Uribe) tenga unos minutos para nosotros pero...lo primero que vamos a pedirle es el diálogo para el acuerdo humanitario”, dijo la señora, quien no se acobarda por los 12 días de caminata y los 800 kilómetros que está apunto de culminar.

Su hijo Jorge, hincha furibundo del Júnior de Barranquilla, es padre de Lorgia Sofía, una niña de 11 años que no recuerda muy bien a su papá y que todavía no ha sido bautizada porque la familia está esperando, desde el 99, a que el intendente Trujillo regrese a casa.

La mamá del intendente Trujillo, así como otros familiares de secuestrados, ya no saben qué otra cosa hacer para llamar la atención, no sólo del gobierno, sino también de las Farc, para que de manera unilateral y sin condiciones ni más dilaciones, liberen a los policías y militares que llevan hasta 11 años escondidos en las selva colombiana, sin ver a sus familias.

La señora Solarte, madre de cinco hijos, dice que quiere ver al presidente Uribe “porque se han muerto muchos (rehenes) en cautiverio y no queremos que se mueran más...Es obra de Dios que todos estos seres que están allá encadenados estén con vida". Aseguró que aunque no ha pedido oficialmente una entrevista con el Presidente, espera un gesto suyo de cordialidad. “De algo tendrá que valer este esfuerzo”, aseguró.

La semana pasada, cuando se enteró de que el presidente Uribe había autorizado a la senadora Piedad Córdoba para que participara en la liberación de 24 policías y militares, y en la devolución de los cadáveres de tres uniformados, la señora Solarte sintió que había un motivo más de inspiración. “Mi corazón de madre me dice que todo va a salir bien. ¡Yo voy a volver a ver Jorge!”, le dijo convencida a los medios de comunicación.

Este viernes, cuando llegue a la Plaza de Bolívar de Bogotá acompañada de cuatro reservistas del Ejército, un cuerpo de médicos que la ha tenido que atender en cinco oportunidades y espontáneos que le siguen sus pasos por algunos metros, Oliva Solarte espera conmover los corazones de quienes tienen sus manos la decisión, no sólo de devolver al intendente Trujillo, sino de entregar sanos y salvos a todos los secuestrados.