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El senador electo Horacio Serpa dijo que todavía no es tiempo de hacer sus memorias. | Foto: Guillermo Torres

POLÍTICA

“Peñalosa es el verdadero candidato de Uribe”

El senador electo Horacio Serpa habló de Petro, Santos y de su propuesta del voto obligatorio.

Jorge Gómez Pinilla, especial para Semana.com
4 de abril de 2014

El dirigente liberal Horacio Serpa, tres veces candidato a la Presidencia de la República, y quien volverá al Congreso a partir del 20 de julio, entrega su particular visión sobre la coyuntura política nacional, el papel que llega a desempeñar como senador y lo que hoy ocurre con su departamento, Santander.

SEMANA.COM: Usted siempre se distinguió como un acérrimo defensor de Gustavo Petro, pero a la vez apoya la reelección de Juan Manuel Santos, ¿cómo entender esta aparente contradicción?


Horacio Serpa:
Yo soy una persona de carácter y tengo bien definidas mis líneas de acción. Estuve a conciencia contra la revocatoria a Petro. Sigo pensando que le armaron una gavilla injustificada, inconveniente,  no política, y por eso estuve a su lado. Y no modifico eso ni nada de lo que dije. Sigo pensando que Petro es un personaje interesante, y que la gavilla no permitió que la gente lo entendiera bien. Un funcionario honrado, que es tan difícil de encontrar. Alguien cercano al pueblo, un hombre que políticamente defiende lo público y la autonomía de las entidades territoriales. Yo creo en todo esto, de manera que no he cambiado en nada mi criterio sobre Petro.

SEMANA.COM: ¿Y cómo hace estando a la vez con Santos?

H.S.:
Si yo, hubiera sido la persona que debía tomar esa decisión, habría acogido la solicitud de medidas cautelares de la CIDH.  Pero como el presidente no soy yo sino el doctor Santos, tengo que aceptar que así yo no esté de acuerdo con esa medida, él la asumió de buena fe, con base en sus conocimientos y según lo que creyó era su deber.

SEMANA.COM: Usted que es un auténtico liberal, de los que no se han volteado, ¿no se siente a veces en el lugar equivocado?


H.S.: Me refiero a la gavilla de muchos partidos políticos y de muchos poderosos de la derecha recalcitrante, que nunca pudieron masticar y menos digerir que un exrevolucionario del M-19 estuviera al frente de la alcaldía de Bogotá. En esa gavilla estuvieron medios de comunicación, recursos económicos, los derrotados por Petro y los viudos del poder. Esa fue la gavilla que se propuso no dejarlo gobernar. Yo a estas alturas no pierdo las luces: no se me olvida que no fue Santos quien dispuso la destitución de Petro, sino la Procuraduría.

SEMANA.COM: Antes de haber tomado esa decisión Santos no había elegido como su fórmula vicepresidencial a Germán Vargas, reconocido enemigo político de Petro. ¿Pudo haber influido que Santos se metió en el pantano de Vargas, para usar una expresión del director de Ola Política?

H.S.: Eso dicen. Y hay también quienes dicen que cuando el río suena, piedras trae. Pero no me consta.

SEMANA.COM: ¿De qué modo podría afectar esto la credibilidad de la guerrilla en torno al proceso de paz, tanto FARC como ELN?

H.S.:
No creo que influya, pero no deja de ser un inconveniente. Las guerrillas aspiran a ingresar al sistema democrático con el propósito de acceder al Estado, ya no utilizando las armas sino la dialéctica y la capacidad de convencimiento de las masas. Petro fue un guerrillero que se retiró para hacer lo mismo, y a los 20 años llegó al poder, pero le armaron la gavilla. Por tanto, no deja de ser un llamado de atención muy importante para el país. El país tiene que ser consciente de que cuando una persona sale de la insurgencia y se vincula a la democracia, y cumple con sus deberes, tiene que ser tratado en condiciones de igualdad con todos los ciudadanos. Petro estuvo con la insurgencia, pero después de firmar un acuerdo de paz ha estado más de 20 años con la democracia, cumpliendo religiosamente. Eso a mí me motivó mucho, y lo admiro tanto en Petro como en Antonio Navarro.  

SEMANA.COM: El presidente Juan Manuel Santos bajó en las encuestas del 31 al 23%. Vi un trino suyo en el cual decía que “Si en la reciente encuesta Santos les gana a todos en primera y segunda vuelta, quiere decir que su candidatura va bien. Lo demás es paja”. ¿En serio, usted está convencido de que Santos está así de bien?

H.S.: Este país tiene mucha gente hipócrita que se aprovecha de la ingenuidad de los colombianos. Hubo una primera encuesta en la cual Peñalosa le ganaba a Santos en la segunda vuelta, con unas cifras muy bajitas. Ahí armaron una expresión de júbilo inmarcesible. Pero en la última encuesta, de Cifras y Conceptos, Santos les gana a todos en primera y segunda vuelta. Los derrotó. Santos es un victorioso. Ah, con cifras bajitas, sí. Pero las cifras de los demás son más bajitas. Entonces, ¿por qué tanta bulla contra Santos, si va ganando las elecciones? Esto se le va a mejorar bastante en la medida en que la gente sepa que además de la paz, hay muchos otros puntos a su favor.

SEMANA.COM: ¿Cómo cuáles?

H.S.: Pongo uno que me gusta mucho: el único gobernante que está preocupado por el río Magdalena, al que le está invirtiendo 850 millones de dólares. Y veo otra cosa: esta semana, por decisión del ministerio del Medio Ambiente, se decidió salvar el páramo de Santurbán. Es una decisión del gobierno de Santos, y me gusta y me compromete. ¿Qué decir de las cifras de desempleo? Las mejores de los últimos 20 años. ¿Y el manejo de la economía? Eso hay que reconocerlo. ¡Y la paz! De manera que todavía hay mucha tela para cortar. Santos, así muchos pretendan que no es cierto, tiene muchas posibilidades de ganar en la primera vuelta.

SEMANA.COM: ¿O sea que no le preocupa que Peñalosa pueda captar o arrastrar a la misma gente que en algún momento se entusiasmó con la Ola Verde de Antanas Mockus?

H.S.: Peñalosa es el verdadero candidato de Uribe, quien ya se dio cuenta de que Óscar Iván es muy buena persona, pero no ofrece resultados como candidato. Y como el único propósito de Uribe en estas elecciones es impedir que el doctor Santos sea reelegido presidente, muy pronto va a cambiar de candidato por Peñalosa.

SEMANA.COM: Pero Peñalosa ha dicho que apoya el proceso de paz…

H.S.:
Cierto. Y eso no les gusta a muchos uribistas. Peñalosa no dice que quiere encontrarse con Uribe, porque no quiere perderse lo que representa el centro-izquierda de muchos verdes que no quieren llegar a donde Uribe. Incluso Petro, que está disgustado con Santos, está recibiendo intensos coqueteos de Peñalosa. Pero Petro, que es un político inteligente, sabe que si se va con Peñalosa cae en los brazos de Uribe. Aquí lo que hay es un enredo fenomenal, que se irá aclarando en los próximos días. Lo único cierto de semejante enredo es que el senador Uribe y el exalcalde Peñalosa le están poniendo los cachos políticos al doctor Óscar Iván Zuluaga.

SEMANA.COM: ¿Cómo ve usted la segunda vuelta electoral a la Presidencia?

H.S.: Yo veo a Santos y a sus amigos haciendo un gran esfuerzo, un justificado esfuerzo, por ganar en la primera vuelta.

SEMANA.COM: Hablemos de su campaña al Senado. Usted se propuso ser el primero en votación de la lista del Partido Liberal y lo logró. ¿No cree que en esa apuesta hubo algo de orgullo santandereano, que por cierto casi le cuesta la vida?


H.S.: Yo me propuse ser senador. Sí hubo un reto a lo largo de la campaña, en torno a quién sacaba más votos en el partido. Y por supuesto, yo quería ser el primero, pero me dio un infarto. No obstante que me sobrepuse a la enfermedad, incluso con cierta irresponsabilidad conmigo mismo, tuve que bajarle el ritmo a mi campaña. Fue entonces cuando parafraseé una exclamación de Steve Jobs: “no me interesa ser el primer elector del cementerio”.

SEMANA.COM: Hablando de apuestas, ¿qué piensa de la que hizo Juan Manuel Galán cuando dijo si no obtenía la mayor votación del Partido Liberal, renunciaba al día siguiente? Apuesta que por cierto se negó a cumplir. ¿Cree acaso que, como dijo algún columnista, Galán prefirió desmontarse del caballo de la apuesta por el cuello, pero por el cuello de Simón Gaviria?

H.S.:
¡Ja! Yo no había escuchado eso y me parece muy divertido. Pero sobre el tema no quiero opinar. En la política uno muchas veces se equivoca, y otras veces tiene que comerse sus propias palabras. Como a mí me ha pasado tantas veces eso, que me he equivocado y me he tenido que comer mis palabras, pues veo eso como un incidente simpático. A mí me cae muy bien el doctor Galán, lo respeto, lo aprecio, es un valor del Partido Liberal y de la juventud colombiana.

SEMANA.COM: ¿Alguna vez ha apostado su bigote y lo ha perdido, o lo han retado a apostar su bigote?

H.S.:
Una vez en la campaña de consulta liberal donde intervino Ernesto Samper, hice una apuesta en RCN, en presencia de Juan Gossaín. Ahí casi pierdo el bigote, por un pelo. Yo dije que Samper ganaba con el 55 %, y en el primer resultado aparecía con el 54 %. Pero luego la Registraduría dio el consolidado, que fue del 56 %. O sea que gané.

SEMANA.COM: Bueno, pero si hubiera perdido, ¿habría cumplido la apuesta?

H.S.: ¡Claro! ¡Si ya tenía tijeras y brocha listas!

SEMANA.COM: Hablemos ahora del Serpa senador. ¿Qué es lo que más le despierta el apetito político para estar ahí sentado en largas y aburridoras sesiones?

H.S.: Lo que me llevó a aspirar al Senado fue el tema paz, el tema reconciliación, los conflictos sociales. Y algo que es inherente a la reconciliación: las grandes reformas. Solo si hay paz, entendiendo como tal el abandono de la guerrilla a la lucha armada, se crean las condiciones para hacer la reforma agraria integral, un nuevo sistema de salud, una reforma educativa progresista con más cupos para pobres y clase media. Y la gran reforma económica, que permita el cambio de modelo. Eso es lo que me compromete, y solo se puede hacer si hay paz. Si no hay paz, no llegamos a ninguna parte.

SEMANA.COM: Son contados con los dedos de una mano los políticos partidarios del voto obligatorio, tengo entendido que usted le gusta esta idea ¿Piensa impulsarlo como senador?

H.S.: Sí, ahora con mayor razón. Yo voté a favor del voto obligatorio en la Constituyente del 91, y desde entonces tengo ese criterio. No obligatorio en el sentido de llevar a la gente a la fuerza a las urnas, so pena de fusilamiento en la Plaza de Bolívar, no. El voto obligatorio entendido como un estímulo para el ciudadano que vota, con unas restricciones para el que no vota. Se requiere buscar una mayor cultura política, y lograr que la política sea atractiva para la gente. La política está muy clientelizada. Ahora hay más defectos que antes. Siempre hubo eso del clientelismo, de la manzanilla, y luego la plata del narcotráfico y los fusiles del paramilitarismo, todo eso. Pero ahora no solo están corrompidos los dirigentes políticos, sino los mismos votantes. De eso me di cuenta cuando fui candidato a la gobernación de Santander, donde para hacer una reunión política había que llevar lechona y cerveza, y rifar televisores… eso es lamentable.

SEMANA.COM: ¿Ese clientelismo en la política tiene algo que ver con su propuesta de eliminar las listas de voto preferente?

H.S.: Cuando el voto preferente se fue a adoptar yo era dirigente político internacional. Y en muchas partes de América Latina, donde exponía el tema me decían “no se meta en eso. Dígale a Colombia que no se meta ahí, porque eso es crear canibalismo interno. En los propios partidos se van a comer unos con otros”. Y eso es lo que está pasando. El tema de las listas cerradas, sobre la base de que haya una buena organización de las listas, donde el partido se haga responsable de sus candidatos, sería lo preferible. Que haya formas democráticas de escoger los candidatos, no con bolígrafo.

SEMANA.COM: ¿Y lo de la circunscripción electoral para el Senado?


H.S.: Bueno, eso lo estoy revisando. Aunque soy consciente de que la circunscripción nacional les ofrece una importante oportunidad a las minorías de consolidarse con votos de opinión en muchas partes, favorece mucho la corrupción y la compra de votos. Para los que no estén en la tarea de comprar votos sino de visitar las regiones, la circunscripción nacional se convierte en una especie de candidatura presidencial, pues los candidatos tienen que andar de un lado para otro echando discursos, que coja un avión o un tren o un barco y agarre para el otro departamento… ¡Visitar veinte departamentos se hace muy fatigoso! Y vale mucha plata, sin comprar conciencias. Ahora, ¿qué tal comprando?

SEMANA.COM: Pasemos ahora a lo que pasó con la campaña en Santander. ¿Hay candidatos quemados del Partido Liberal que pudieran estar bravos con usted, porque les quitó votos?

H.S.:
No, porque yo dije que mi prioridad era Colombia, segundo el Partido Liberal, y en tercer lugar mi candidatura. Así lo hice, y cumplí con el deber que me impuse de no incomodar a nadie. Yo no hice mi candidatura en Santander sobre estructuras políticas, y logré una votación muy cercana al guarismo que me había señalado, sin que nadie tenga una queja contra mí.

SEMANA.COM: Hay quienes dicen que la campaña de la familia del actual gobernador de Santander, Richard Aguilar, se basó en dádivas asistencialistas. ¿Eso pudo haber influido para la derrota del Partido Liberal en su departamento?

H.S.:
El liberalismo no fue un perdedor; eligió a dos senadores y dos representantes, y ningún otro partido eligió ese número de curules. Y en materia de votos el guarismo más grande fue en el Senado. Ahora, comparadas estas cuatro curules con las seis que se eligieron hace cuatro años, sí. El liberalismo perdió dos curules, pero hay otras fuerzas políticas que seguramente hacen lo que usted menciona, que tienen poder político y notable presencia. Uno no puede tapar el sol con las manos. La antigua Convergencia –que hoy se llama Opción Ciudadana- ha tenido desde hace muchos años en Santander unos buenos feudos, por decirlo de manera respetuosa. Entonces, no tenemos por qué extrañarnos.

SEMANA.COM: ¿Usted cree que el Partido Liberal está en capacidad de hacerle competencia al  aparato propagandístico y electoral que tiene montada la familia de Heliodoro Aguilar?

H.S.: Pues mire: en el 2007 nadie quería ser candidato, porque se hablaba de la derrota anticipada del Partido Liberal. Sin embargo, ganamos. En la política esas cosas ocurren. Pienso que para el año entrante el liberalismo debe luchar en todo el país por gobernaciones, alcaldías y concejos. Esa es la antesala a la lucha por el poder que debe dar el Partido Liberal hacia el 2018. O sea que sí creo que debe tener la oportunidad de hacerlo en Santander, no sé con quién, no tengo candidato y no pienso imponer uno. Pero el liberalismo si debería, con otras fuerzas políticas, aliarse para llegar a la gobernación.

SEMANA.COM: En sectores independientes de Santander he escuchado el nombre de Antonio Galán Sarmiento, hermano del inmolado Luis Carlos Galán, como un prospecto interesante para el departamento. ¿Usted lo ve viable?

H.S.: Soy un gran admirador de Antonio, él es gran amigo mío y un gran santandereano. Además, muy vinculado con Barrancabermeja. Sería una opción, sin duda. Él vivió mucho tiempo en Barranca y ha sido una persona siempre vinculada con Santander. Fue constituyente a mi lado.

SEMANA.COM: ¿O sea que le suena, le suena?


H.S.:
Sí, pero no tengo ningún compromiso con esa ni con ninguna otra aspiración. Como dice el dicho popular, “el día de la quema se verá el humo”.

SEMANA.COM: Por último, ¿No cree que a su edad, y después de la advertencia que le hizo la parca, ya le está debiendo al país sus memorias?

H.S.: Claro, pero tengo un apremio: suele suceder que cuando una persona escribe sus memorias, se muere antes de los seis meses. Por eso las estoy demorando.