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Querido soldado: La Fundación Querido Soldado, SEMANA y La FM, lanzan un proyecto para que todos los colombianos del país y del exterior puedan escribirles cartas a las tropas que están en el frente de batalla

22 de julio de 2002

Cuando un colombiano va rumbo a su casa ve un teléfono público, un poste de luz y un soldado y da por sentado a los tres. Son parte del paisaje. Sin embargo ese joven pasa a veces la noche a la intemperie o en el monte, está lejos de su familia y arriesga su vida a diario para que los demás puedan seguir con la suya. La intranquilidad de un soldado en Colombia es la tranquilidad del resto de la sociedad. Para que cuando abran la llave salga agua, para que cuando activen el switch prenda la luz, para que los hijos lleguen tranquilos al colegio. "Es gente que está luchando por esa otra gente que los ignora", afirma Juan Carlos Restrepo, un abogado de 36 años que acaba de crear, junto con otros amigos, la Fundación Querido Soldado, con el propósito de concientizar a los colombianos de que pueden seguir con sus actividades normales porque hay un soldado cuidándolos. El nombre de la fundación puede sonar un poco cursi -así lo reconocen sus fundadores- pero es que así es como comienza una carta. Y la base de esta organización son las cartas que los colombianos podrán enviar a los soldados en la página de Internet www.queridosoldado.org, en las páginas de Semana.com y en la de LaFM.com.co para hacerles saber que ese sacrificio no pasa inadvertido. Si bien en las páginas la gente podrá leer algunos mensajes, la Fundación se encargará de imprimirlos y de hacérselos llegar a cada uno de los miles de soldados que hay en todo el territorio nacional. A Juan Carlos Restrepo se le ocurrió crear esta fundación cuando visitó el monumento a los héroes de Vietnam en Washington D.C. En esa ocasión compró un libro que contenía las cartas a los combatientes muertos que los visitantes dejaban como recuerdo. "Vi el poder que tenía una carta, afirma Restrepo. Sentí que alguien tenía que demostrarles a nuestros soldados que son apreciados y que su trabajo es importante para nosotros". Quince amigos le cogieron inmediatamente la caña y crearon la fundación. Algunos, como Juan Carlos, prestaron servicio militar cuando salieron del colegio y otros son oficiales profesionales de la reserva pero su vida transcurre como la de la mayoría de los colombianos. Está el presidente de un puesto de bolsa, tres abogados, dos arquitectos, un contador y varios empresarios. "Es una iniciativa ciento por ciento civil", afirma Restrepo. Pero agrega que no por ser civil es neutral. "No podemos ser neutrales frente a un problema que nos amenaza constantemente. Esa pretendida neutralidad a veces no es más que indiferencia. No podemos sentarnos a esperar que los soldados nos saquen del problema". Los fundadores esperan que con el tiempo, además de enviarles las cartas a los soldados, también puedan hacerles llegar unos paquetes de 'bienestar' con pequeñas cosas que son muy valoradas en campaña: un paquete de cigarrillos, una tarjeta de teléfono, una máquina de afeitar. Para ello esperan que la empresa privada se vincule con donaciones en especie. También aspiran a que en el futuro puedan motivar a los empresarios a abrir unos cupos en sus compañías para premiar con empleos a los mejores soldados de cada promoción. Son ideas pequeñas y fácilmente realizables pero que apuntan a canalizar la solidaridad de los colombianos con estos jóvenes que luchan a diario por un país que rara vez les da una palmada en la espalda. Fundación Querido Soldado