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Felipe Negret habló con Gustavo Gómez sobre toros y política, después favorable concepto emitido por el procurador Alejandro Ordoñez.

A LA GUILLOTINA CON GUSTAVO GÓMEZ

"Si no hay toreo, desaparecerá el toro de lidia"

El taurófilo Felipe Negret defiende la fiesta brava a propósito del concepto favorable a la misma emitido por el procurador Alejandro Ordóñez, que enfureció a los antitaurinos.

5 de julio de 2009

Felipe Negret, de la Corporación Taurina de Bogotá, está más contento que toro indultado. La dicha se la dio el Procurador con un concepto según el cual la fiesta brava y las peleas de gallos son expresiones culturales y artísticas de Colombia. El toreo, que sólo está permitido en ocho países, estrena aquí concepto favorable por cortesía de Alejandro Ordóñez. Negret saca pecho y aprovecha para poner banderillas a quienes no comparten su efusividad.

GUSTAVO GÓMEZ: Cuando el Procurador va a toros, ¿dónde se sienta?

FELIPE NEGRET: Donde su capacidad económica se lo permita. No lo he visto en la plaza y eso es lo más valioso del concepto: no es aficionado recurrente.

G.G.: ¿Cree, como se desprende de la argumentación de Ordóñez, que la crueldad con los toros ayuda a que no seamos tan crueles entre nosotros?

F.N.: Lo que sí creo es que hay que hacer una lista donde prioricemos las crueldades. Que arranque por la pobreza o por el maltrato infantil, pero no con los toros. Distinto es que la muerte sea esencia de la fiesta.

G.G.: ¿La muerte como parte del patrimonio cultural colombiano?

F.N.: Y cívico: cuando la gente va a toros tiene un comportamiento más respetuoso que en el fútbol. ¿O cuándo ha visto que maten a un espectador de toros?

G.G.: ¿No será que al hincha no le alcanza la plata para los toros?

F.N.: Se equivoca: la boleta más costosa de toros vale 30.000 pesos. En los toros cabe todo el mundo. El concepto del Procurador no es para cantar victoria sobre los enemigos de la fiesta; los antitaurinos, igual que nosotros, son una minoría.

G.G.: ¿Es más violento un antitaurino que un taurino?

F.N.: Vaya a la plaza y vea cómo estos bárbaros agreden a los asistentes física y verbalmente. En Bogotá somos 14.000 personas que tenemos derecho a los toros.

G.G.: Recuerdo la escena en Cali de un hombre de la plaza arrastrando del pelo por el ruedo a un antitaurino. ¿Cuál de los dos era el bárbaro?

F.N.: Era un bárbaro sacando a otro bárbaro. Quisiera ver un día qué le pasa a alguien que llame marihuaneros a los asistentes a un Rock al Parque.

G.G.: ¿La ley debería proteger el derecho de los animales a no ser maltratados en las plazas?

F.N.: Lo protege, pero no en el toreo y las riñas de gallos.

G.G.: ¿Por qué esas excepciones?

F.N.: No son excepciones: es la naturaleza de esos espectáculos. El toro de lidia, por ejemplo, nace para morir y, por cuenta de los extremismos, llegaremos a un daño ecológico irreparable: si no hay toreo, desaparecerá el toro de lidia.

G.G.: ¿Los toros deben morir violentamente para que puedan existir?

F.N.: ¿Por qué eludir a la muerte? El toro no es ni silvestre ni doméstico y, como tal, llega a la plaza a morir.

G.G.: ¿Sufre?

F.N.: Debe sufrir.

G.G.: ¿Sufre el torero?

F.N.: Las cornadas, pero, como dijo Dominguín: "Más cornadas da el hambre". Ponerse frente a un toro es un tributo a la vida.

G.G.: ¿Corrida sin sangre no es corrida?

F.N.: Existe el indulto, del que gozan los toros bravos con condiciones excepcionales, que es manifestación de que la fiesta no es sólo muerte y sangre. No se le quita la muerte al toreo, como no se le quita el gol al fútbol.

G.G.: Además de sangre, ¿qué tiene la fiesta que le guste a usted?

F.N.: Pueblo.

G.G.: ¿Alguna utilidad concreta del toreo?

F.N.: Desde cuando la Corporación existe, Bogotá ha recibido 8.500 millones de pesos para la red de parques. En Cali, Manizales y Medellín los recursos van a hospitales. "El cigarrillo y el alcohol son malos para la salud, pero buenos para el Estado", decía el hacendista público Esteban Jaramillo.

G.G.: ¿Cuándo debe ir un niño a toros?

F.N.: Según la Ley 916, los menores de 10 años deben ir acompañados por un adulto.

G.G.: ¿A qué edad llevó a sus hijos a toros?

F.N.: Desde cuando tenían 2 años.

G.G.: ¿Difícil explicarles la agonía del animal?

F.N.: Cuando el espectáculo prolonga excesivamente el sufrimiento del toro, sí. Por eso los tercios tienen unos tiempos. Yo fui de 5, me llevó mi padre, que era alcalde de Popayán.

G.G.: ¿Cómo le fue ese día?

F.N.: Muy bien. Llegué a la casa a torear con la muchacha del servicio.

G.G.: ¿A toros se va a ver los toros o a ver a la gente que va a ver los toros?

F.N.: Unos van a ver toros y otros a ser vistos.

G.G.: ¿Por qué, si supuestamente el toreo es parte de la cultura, sale mal parado en todas las encuestas?

F.N.: Es un espectáculo, repito, de minorías. Ustedes los periodistas enemigos de la fiesta nos tienen cansados con esos refritos de encuestas durante la temporada. Ese es otro punto clave del concepto del Procurador: que se da fuera de la temporada.

G.G.: ¿No respeta a esa minoría que aborrece el toreo?

F.N.: Sí, pero que no nos amarguen la fiesta. ¡Que hagan el debate cuando no haya temporada!

G.G.: Por eso esta entrevista es en julio. ¿No cree que los antitaurinos respetan el derecho de la gente a ir a la plaza, pero lo que no entienden es el martirio del animal?

F.N.: Usted está enfocando el toreo en el maltrato.

G.G.: No: es el toreo el que enfoca el maltrato en un ser vivo. ¡No yo!

F.N.: Es usted. Entienda que una democracia no puede permitir la intolerancia.

G.G.: ¿Van a toros los magistrados de la Corte Constitucional?

F.N.: Los que no van son los que salvan el voto.

G.G.: ¿Por qué tanto político en las plazas?

F.N.: Toros y políticos no van en contravía.

G.G.: ¿Qué político torea?

F.N.: Uribe, todos los días.

G.G.: ¿Qué tal está de cuadrilla?

F.N.: No necesita apoderado. Urge que cambie de mozo de espadas y uno de sus picadores no goza ni de protección ni de cabal salud.

G.G.: ¿Cómo ve la oposición desde los tendidos?

F.N.: Diera la impresión de que quisieran torear 'al alimón'.

G.G.: Dice que no hay que prolongar la faena. ¿Quién le suena para medírsele al toro después de Uribe?

F.N.: Vargas Lleras. Dejó de ser aficionado de tendido y ha tenido el valor y la bravura del torero que, frente a la adversidad, se lanza al ruedo.

G.G.: Uribe y Vargas… ¿cuál de los dos es mejor torero?

F.N.: A Germán le falta la alternativa.

G.G.: De todos los que vemos en las sociales del toreo, le pregunto su opinión sobre algunos. ¿Qué tal ve a Samuel Moreno?

F.N.: Trancado en el callejón.

G.G.: Alfonso Gómez Méndez.

F.N.: Siempre va invitado a la barrera.

G.G.: ¿Gustavo Petro asiste?

F.N.: A las corralejas.

G.G.: Armando Benedetti.

F.N.: No sabe de toros. Sólo de mujeres, aunque algunas veces se las devuelven vivas a los corrales.

G.G.: ¿Va Luis Carlos Restrepo?

F.N.: No. Acuérdese: en los toros no hay derecho a la ternura.

G.G.: ¿Juan Manuel Santos es taurino?

F.N.: Positivo… y aficionado.

G.G.: ¿Por qué Juan Lozano dejó de ir?

F.N.: Nunca fue de mucho ambiente y hoy anda medio avergonzado.

G.G.: ¿Extraña a Noemí Sanín en la Santamaría?

F.N.: ¿Qué le digo de Noemí? Mucha barrera y poco ruedo.