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"Uno no puede ponerse con timideces"

En entrevista con SEMANA la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez, explicó cuál es la estrategia del gobierno para ganar la guerra.

6 de enero de 2003

Marta Lucia Ramirez no sólo es la primera mujer que asume la conducción de la guerra en el hemisferio sino también quizá la ministra estrella del gabinete de Uribe. En menos de cinco meses centralizó las compras de defensa en el Ministerio, diseñó un plan estratégico para el sector y redactó una verdadera política de seguridad, la primera del país, que será presentada en los próximos días. SEMANA habló con ella sobre lo que ha logrado hasta el momento y sobre lo que puede esperar el país en 2003. SEMANA: ¿Cuál es la filosofía central de la política de seguridad? Marta Lucía Ramírez: Es una política diseñada para garantizar la protección de los derechos y de las libertades de los ciudadanos. Para ello estamos convencidos de que no basta con que haya más presencia de la Fuerza Pública en todo el territorio sino que necesitamos una presencia integral del Estado. Eso significa que tenemos que lograr que al menos operen la Fiscalía, la Justicia, la Procuraduría, y que los ministerios de Educación, Salud y Trabajo estén presentes con nosotros en los lugares críticos del territorio. SEMANA: ¿Cuáles son los ejes principales de esa política? M.L.R.: Lo primero es la recuperación del control del territorio. Vamos a tener unos contingentes en los que entre soldados campesinos, soldados regulares, soldados profesionales, policías, suboficiales y oficiales habrá al menos 100 miembros de la Fuerza Pública en cada una de las cabeceras municipales. Se podría decir que 100 no es mucho, pero si se piensa que hay muchas cabeceras que hoy no tienen ni un policía o algunas que tienen apenas siete u ocho es claro que pasar de un momento a otro a tener 100 sí es una presencia importante. SEMANA: ¿Cuándo se lograría esto? M.L.R.: Una primera parte entra en marzo y la segunda a más tardar en junio porque estamos preparando tanto a los soldados campesinos como a los soldados regulares nuevos. Será un grupo de gente muy profesional que tiene no sólo la capacidad de defensa y de acción sino que también tendrá la presencia permanente, que es lo más importante. Además contarán con los refuerzos de más brigadas móviles y de los batallones de alta montaña. SEMANA: ¿En qué lugares se ubicarán esos batallones? M.L.R.: En el primer semestre comenzará a operar uno en los Farallones, en el Valle del Cauca, y el otro en Chiscas, Boyacá. En el segundo semestre habrá uno en Cauca y el cuarto en el Eje Cafetero. Cada uno tendrá alrededor de 1.000 hombres. SEMANA: ¿Esos batallones responden a que 'Marulanda' descubrió la ventaja de los páramos? M.L.R.: Claro. Como una fuerza permanente de alta montaña cubrimos de arriba hacia abajo mientras tenemos las otras fuerzas, también permanentes, protegiendo de abajo hacia arriba. SEMANA: ¿Qué van a hacer frente al secuestro? M.L.R.: Estamos revisando la estructura de los Gaula para fortalecer la inteligencia. Tenemos que hacer una especie de ley de Pareto para ver cuáles son los grupos que están haciendo la mayoría de los secuestros para, en función de eso, definir nuestras prioridades. Vamos a aumentar los Gaula de la Policía, especialmente en algunas regiones como el Eje Cafetero y el Valle del Cauca, donde ha habido bastantes secuestros. De tal manera que entre los Gaula nuevos, el fortalecimiento de los actuales, nuevos equipos y el entrenamiento en que estamos trabajando tendremos unos grupos élite. Al mismo tiempo vamos a adelantar una labor preventiva mucho más eficaz porque hemos descubierto que hay muchos secuestros anunciados, en los que la guerrilla cita a la gente. La gente no debe ir sino avisar a las autoridades. SEMANA: ¿Se van a extender las zonas de rehabilitación? M.L.R.: Primero queremos convertir en legislación permanente las facultades de la conmoción que nos permitieron crear esas zonas. Vamos a tratar de lograr eso en la legislatura de marzo. Ya con eso, con resultados probados en Bolívar y Sucre y con resultados positivos en Arauca, sí ampliaríamos las zonas de consolidación y rehabilitación a algunos departamentos que son realmente críticos. SEMANA: ¿Cuáles son los éxitos logrados en esas zonas? M.L.R.: La disminución que ha habido de los retenes en las carreteras, en la tasa de secuestros, en los homicidios, en el abigeato. SEMANA: ¿El ataque a los trabajadores de la Oxy en Arauca los pone un poco en duda? M.L.R.: Para nada. Ese atentado fue una masacre. Con la zona se ha logrado evitar muchos más atentados. Lo ideal es que llegue un día en que no nos puedan hacer ninguno, pero para eso se toma un tiempo. Uno debe mantener bien claro el norte. El norte es lograr que a través del fortalecimiento de las instituciones y de ese mayor apoyo de los ciudadanos vayamos ganando terreno frente a esas organizaciones. Pero ese terreno se gana poco a poco. Nosotros no podemos ni en seis meses ni en el primer año de gobierno recuperar el espacio que perdimos durante los últimos 25 años. No se puede crear de ninguna manera la sensación de que porque se produjo lo de Arauca, o porque explotó un petardo en Cúcuta, o por el libro bomba a Germán Vargas está fracasando la política. Estamos en un momento en el cual la vacilación sería lo peor. SEMANA: Algunos creen que si bien el Ejército ha pasado a la ofensiva no ha logrado tocarles sus retaguardias. M.L.R.: Evidentemente, no le hemos dado al núcleo de la retaguardia de la guerrilla pero sí hemos tenido unos resultados importantes. Se han dado de baja cabecillas importantes como el 'Mocho César'. En cada departamento hay entre cuatro o cinco frentes relativamente importantes del ELN, de las Farc, de las autodefensas. Cada uno de esos frentes tiene un cabecilla de finanzas, uno de logística, otro que maneja los secuestros. Estamos hablando de 15 ó 20 cabecillas por departamento. Se les han dado golpes importantes a cabecillas de importancia media, o incluso media alta. Pero hasta que capturemos a los dos o tres más grandes que todo el mundo tiene en la mente la gente va a decir que no se ha logrado nada importante. SEMANA: La pregunta no sólo es en términos de capturas sino de recuperación del control de zonas clave para la guerrilla. M.L.R.: En Arauca, en Saravena, es clarísima la recuperación del control. El golpe en la comuna 13 de Medellín fue importante. En las Atalayas, en Cúcuta, no tuvo la misma repercusión en los medios pero fue un golpe grande. Creemos que sí se les han cortado algunos lugares que se podrían denominar de retaguardia y se verán resultados más importantes en los próximos dos meses. SEMANA: Hay denuncias que los paramilitares han desaparecido gente en la comuna 13. ¿Cuál es la estrategia para que las zonas que se recuperan no se compartan con los paras? M.L.R.: El Presidente en lo que más insiste es en que necesitamos una política de seguridad que tenga el apoyo de los ciudadanos. Y sólo lo va a tener en la medida en que mantenga la legitimidad. Basta con que haya un caso en el que se empiece a erosionar esa confianza para que se nos vaya al traste toda la política de seguridad, y eso es algo que no vamos a permitir ni el Presidente ni yo. Hay sitios donde está la Fuerza Pública y los paras y la gente presume que porque tienen casi esa convivencia forzosa es que hay un grado de complicidad y apoyo. Pero yo estoy segura de que no la hay. En la comuna 13 estamos absolutamente tranquilos porque lo que la gente le dice a uno hoy es que justamente se actuó igual contra la guerrilla que contra las autodefensas. Y eso es lo que tenemos que ser capaces de lograr en todo el país. Ahora lo importante de esto es la continuidad. Le he dicho al alcalde de Medellín: "Si ustedes no hacen una labor social, si no generan ocupación para la gente que está en la comuna 13, lo que hemos hecho se va a perder en muy poquitos meses". SEMANA: ¿Y sobre las facultades judiciales de las Fuerzas Militares qué planean hacer? M.L.R.: Vamos a presentar en marzo un proyecto de ley de defensa, un proyecto de ley antiterrorismo, y el Ministro del Interior está trabajando en una reforma al Código Penal. En cualquiera de esos tres proyectos lo vamos a incluir porque necesitamos que las Fuerzas Militares estén dotadas de facultades de policía judicial. ¿Por qué? Porque lo que nos está sucediendo hoy en las zonas rurales es que después de un operativo exitoso resulta que las Fuerzas Militares tienen que esperar hasta cuatro días para que llegue un fiscal, para que puedan recogerse unas pruebas, para que pueda hacerse un levantamiento de cadáver y muchas veces las pruebas desafortunadamente se deterioran. SEMANA: En estos cuatro meses se han visto muchas capturas de civiles acusados de ser auxiliares de la guerrilla. ¿Qué tanta inteligencia hay realmente para evitar que se produzca una cacería de brujas? M.L.R.: Lo que hemos exigido siempre, sobre todo en estas capturas, es que haya una continuidad en la información. Que no es que porque de un momento a otro aparezca una información ya por eso vamos a presumir que es un apoyo importante de la guerrilla o las autodefensas. Además hemos querido que no sea sólo información que tenga una entidad sino que tengan ojalá dos o tres entidades. En algunos casos hemos usado información inclusive de la embajada de Estados Unidos, de la CIA misma. Entiendo que hoy estamos logrando judicializar cerca de 70 por ciento de las capturas iniciales. Eso muestra que no se está actuando con la ligereza de capturar por capturar. SEMANA: ¿Y del millón de informantes cuántos están operando ya? M.L.R.: Hoy tenemos una red de cooperantes que alcanza 1.100.000 personas. Esta red no tiene plata de por medio porque lo que más queremos promover es la cooperación desinteresada de los ciudadanos. Los informantes son gente que les dan informaciones a la Policía o al Ejército o al DAS a cambio de recompensas. Ese es un número pequeño porque la mayor parte de ellos son informantes ocasionales. Hoy, por ejemplo, gracias a uno que llamó se encontró a una persona que tenía 300 kilos de ánfor. Es una persona que aparece una vez, a la que se le da la recompensa y que no vuelve a aparecer o de pronto lo hará en seis meses o en ocho años. SEMANA: ¿El 1,2 por ciento al patrimonio que se cobró ya se comenzó a gastar? M.L.R.: Parte de ese 1,2 por ciento son los 400.000 millones que era el presupuesto complementario de 2002 que todavía desafortunadamente no tenía apropiación presupuestal. La otra parte son otros 350.000 millones, que era el presupuesto del año 2003, que tampoco tenía la apropiación presupuestal y había que complementarlo. Y la otra parte, que son casi 500.000 millones, corresponde al aumento neto de la Fuerza Pública. De eso hemos ejecutado ya casi la mitad. Esos 245.000 millones se han ejecutado básicamente en compra de armamento, munición, equipos de comunicaciones y en material de intendencia para todos los soldados y policías nuevos que estamos entrenando en este momento. Y otros 130.000 millones se destinarán para compras de otros equipos y armamento. SEMANA: ¿Qué tan avanzada está la centralización de compras en el Ministerio? M.L.R.: El año entrante va a estar totalmente centralizada. De estos recursos nuevos más de la mitad ya se realizaron en el Ministerio. Además por primera vez se hicieron audiencias públicas antes de sacar el pliego para garantizar una verdadera competencia de proveedores. Por ejemplo, el año pasado se compraron camuflados en 74.000 pesos. Nosotros acabamos de comprar la misma calidad a 62.000 pesos. ¿Por qué? Porque cuando tienes volúmenes logras verdaderas economías de escala. Imagínese el ahorro cuando se compren los equipos y el armamento. SEMANA: Hablando de eso, ¿se van a comprar los Tucano? M.L.R.: Los aviones de combate va a haber que comprarlos en unos dos o tres años. Es una licitación que se abrirá en ese momento pensando en que éstos se necesitan en unos cuatro o cinco años. SEMANA: ¿Qué reacción anticipan de las Farc en 2003? M.L.R.: No se puede hacer futurología. Pero en su séptima y octava conferencia ellos definieron un plan de largo plazo y tenemos claro que siguen en los ejes fundamentales de esa estrategia. El tema urbano no es algo que esté surgiendo como reacción a esta política de seguridad. Desde hace 10 años ellos han venido creando unas milicias, creando una especie de cinturones alrededor de las grandes ciudades, de manera que nosotros sabemos que ellos tratarán de darle continuidad a ese plan estratégico con los ajustes del caso para tratar de contrarrestar lo que estamos haciendo nosotros en esta política. Y nosotros, a la vez, lo que estamos haciendo va dirigido a taponarles todos esos vacíos que había en el pasado tanto en materia de presencia territorial como en la acción contra las finanzas y en la estrategia internacional, que había sido muy pobre. SEMANA: ¿Qué están haciendo en ese campo? M.L.R.: Creemos que hay que seguir mostrando a nivel mundial que la indiferencia o tolerancia de la comunidad internacional también es la que ha permitido el fortalecimiento económico de estos grupos: el que ellos manejen sus finanzas, que estén comprando en el exterior armamento, que estén trayendo tecnología. SEMANA: Alguna gente siente que lo peor de la guerra ya pasó pero otra cree que lo duro viene realmente en 2003. ¿Hay razón para el optimismo? M.L.R.: La gente a veces acá se mueve de la depresión total a la euforia total. Ahora estamos en el momento de la euforia, pero hay que decirle a la gente: "Ojo, aterrice, seamos realistas, no nos olvidemos que seguimos teniendo unos grupos donde hay 30.000 personas armadas". Treinta mil personas armadas es un mundo de gente. No podemos acá perder esa visión realista de las cosas. Sin ir a desmotivar a la gente, sin perder el entusiasmo que tiene hoy, tampoco hay razón para la euforia. Creemos que lamentablemente vamos a seguir viendo durante un tiempo ataques terroristas o intentos de operaciones de terrorismo en distintos lugares del país. Pero creemos que con el aumento y el fortalecimiento de la Fuerza Pública, con el uso de todas las facultades que se han logrado, vamos a seguir cerrándoles cada vez más el espacio. Tenemos mucha confianza en nuestra Fuerza Pública, pero también necesitamos para que esta política funcione que cada uno de los 44 millones de colombianos se convierta en los ojos del Estado. SEMANA: ¿Siente que ya pasó la prueba con los generales? M.L.R.: Nunca me sentí a prueba con ellos. Siento que tengo un valor agregado que aportarle a este sector de las Fuerzas Militares y de la Policía. Lo estamos viendo. Esta capacidad de organización, de definición de prioridades, de ser capaz de articular un plan estratégico que recoja todo el sector y la convocatoria, la credibilidad que tiene uno frente a la ciudadanía son elementos que deben servir para que nuestra política de seguridad sea mucho más eficaz. Para mí ha sido un aprendizaje importante pero también creo que ellos están asimilando que hay unos cambios que bien han valido la pena. SEMANA: La gente creía que usted se iba a dedicar más a lo administrativo y menos a dirigir la guerra. M.L.R.: Eso fue una concepción errada porque yo fui muy clara con el Presidente en ese sentido. Yo sí le dije, yo no vengo de directora administrativa del comando. Si lo que quiere es una ministra voy a hacer lo que hace un ministro y de pronto más. En eso el Presidente es el que más me ha alentado a que me meta a fondo en los temas. Porque este es un momento en que uno no puede de ninguna manera ponerse con timideces a rasguñar apenas la superficie.