Muchos clientes ya dudan de donar en las cajas de los almacenes de cadena.

LÍNEA CIUDADANA

¿Se le quitaron las ganas de donar unos pesos en los supermercados?

Un correo, que puede poner las donaciones en jaque, está circulando por internet. Dice que los almacenes de cadena descuentan impuestos por cuenta de las donaciones de sus clientes. ¿Es esto cierto? Investiga Semana.com

22 de enero de 2009

¿Están ganando los almacenes  de cadena descuentos tributarios con las donaciones que hacen los clientes en las cajas de pago?

Ese es el gran interrogante que deja un correo que está circulando por internet. En él, un supuesto cliente de Almacenes Éxito denuncia que en un almacén de esa cadena le dijeron a su padre que si quería hacer el redondeo de sus vueltas para hacer una donación a la fundación Caritas.

El redondeo es una práctica que vienen haciendo algunos almacenes para ajustar las vueltas a cifras de las sea más fácil entregar cambios. Por ejemplo, si sobran 175 pesos, la cajera le propone al cliente donar 25 y así devolverle 150 pesos.

El  que envía el correo denuncia que vio que en el tiquete de su compra decía “redondeo 50 pesos” y vio que en la pantalla decía “donación a restaurar”. “Al ver lo anterior escrito, le pregunté a la cajera que si ellos (es decir ‘Éxito’) manejaba este monto como una donación, a lo cual me respondió que sí”, dice el correo.

Y enseguida dice que, como todas las donaciones son deducibles de impuestos para el contribuyente si se expide el comprobante del aporte, pidió la constancia de su donación. “Claramente la respuesta fue una negativa ya que, argumentó, ellos sólo lo manejan como redondeo. Pedí entonces hablar con el gerente ya que evidentemente, bajo mi razonamiento, había una clara evasión fiscal escondida tras un redondeo”, intuye quien envía el correo.

“El gerente me negó mi comprobante (que ojo! es mi derecho), y trató de explicarme que bueno, ellos solamente son captadores del efectivo, es decir juntan la suma de capital del redondeo y lo entregan a Caritas. Terminé pidiéndole que me regresara mis 50 pesos porque no iba a participar en una defraudación fiscal y accedió.”.

El correo explica que el dinero que recaudan los almacenes por ese redondeo, “que es de un montón de ciudadanos y fruto de la cooperación de los mismos, no es entregado en nombre de todos y cada uno de los contribuyentes reales, sino en nombre del 'Éxito', por lo que el recibo de donación es a nombre del Éxito”.

Con base en ese panorama, quien envía el correo explica que lo que hacen los almacenes es evadir impuestos usando el dinero que sus clientes aportan como donaciones. Y propone que “la próxima vez que te pidan el redondeo, piénsalo mejor, no te digo que no lo dones, pero si lo quieres donar, lo mejor es hacerlo directamente ante las instituciones y no ante una empresa 'intermediaria'. ¿O será que los administradores de estas instituciones comparten una parte de este beneficio?”. (Lea aquí el mensaje completo).

El texto es idéntico a uno que ha circulado en Argentina, Chile y México, y sólo cambia el nombre del almacén y las monedas según el país.

Independiente de si es un ‘copy-paste’ de una cadena de correos, las acusaciones ameritan hacer las averiguaciones del caso. Si la realidad fuera como se cuenta en el correo que circula por internet, se trataría de un tema que no sólo toca los bolsillos de los ciudadanos de a pie que van a comprar a los almacenes de cadena, sino que dejaria  mal parados a los supermercados.

A ese respecto, Napoleón Hernández, director de Gestión de Fiscalización de la Dian, dio un parte de tranquilidad. “No es cierto que eso ocurra”, advirtió, y explicó cuál es el proceso que sigue la entidad para validar los descuentos tributarios de las empresas.

Cuando presentan las declaraciones de renta, las empresas deben decir por cuánta cantidad de dinero se le deben hacer descuentos tributarios producto de donaciones.

Como la información de los formularios es escueta, la Dian investiga y verifica que las cifras estén sustentadas y si ameritan descuentos por donaciones.

"Desde hace tiempo la Dian viene verificando esos conceptos y no es producto de las denuncias que se han hecho últimamente”, aclara Hernández. 

“En general, encontramos que la donación en la mayoría de los casos sale de los recursos de las compañías y no de terceros y está bien sustentada, porque es un hecho muy evidente y fácil de detectar por el Estado, entonces los contribuyentes no juegan a meterse en eso”. Y es fácil de detectar porque la donación debe tener una certificación por parte de las organizaciones beneficiarias.

Por eso y por lo que ha conocido de la contabilidad de las empresas, da su voto de confianza. “La gente puede seguir haciendo sus donaciones tranquila”, dice, seguro.

Germán Jaramillo, director de la Fundación Éxito, explicó que los almacenes que pertenecen al grupo para el que el trabaja, que son Éxito, Pomona, Carulla y Ley, manejan dos maneras de recaudo de donaciones de los usuarios.

Una es la de las llamadas ‘Goticas’, que son unos cartones que se venden en las cajas del Éxito, Pomona y Ley por mil o dos mil pesos y en el tiquete de los clientes consta esta donación. Esos dineros se destinan a la Fundación Éxito.

Pero esa fundación no tiene ingresos sólo de las donaciones de los clientes. Almacenes Éxito también le da dineros, que el año pasado fueron 1.200 millones de pesos. “Cuando Almacenes Éxito hace este tipo de donaciones, sí recibe un certificado que le sirve para obtener beneficios tributarios, mas no obtiene reducciones de los aportes que hacen los clientes por medio de las Goticas”, explica Jaramillo.

Y aclara que las cajeras no tienen por qué dar certificados, sino que si el cliente va con su tirilla de pago a la Fundación Éxito y pide una constancia de su donación, se le entrega.

La otra forma de recaudar donaciones que aplica ese grupo de almacenes es por medio del redondeo de las vueltas, que se está usando en Carulla solamente. Durante todo el año, Carulla recoge donaciones de este tipo. La mayoría son para programas de vivienda con la Corporación Minuto de Dios.

Cristina Arévalo, gerente de Mercadeo de esa corporación, asegura que “nunca le hemos dado certificados de donación a Carulla por los dineros que entregan como donaciones de sus clientes”. Y explica que el sistema está diseñado para que esas donaciones se manejen con el concepto de ‘recaudo a terceros’, que es el mismo que se utiliza para el IVA o los servicios públicos, que son dineros que no ingresan a las cuentas del almacén, sino que van a parar a una cuenta del destinatario, en este caso, la Corporación Minuto de Dios.

Si un cliente hizo el redondeo de sus vueltas en Carulla, aparece en su tiquete ‘Donación Minuto de Dios’ y se especifica el monto. (Vea un tiquete de Carulla). Según Arévalo, en caso de que un donante llegue con su tiquete a la Corporación y pida un certificado, se le expide, “pero nadie ha venido a hacer una solicitud de esas”. Y explica que si alguien quiere un certificado por haber donado por medio de Carulla, debe ir directamente a la corporación, mas no al almacén, porque “las entidades sin ánimo de lucro somos las que expedimos certificados de donación”.

Según Napoleón Hernández, de la Dian, con base en una denuncia se hizo una investigación especial a Carulla, pero encontraron una contabilidad adecuada.

Pero Carulla no recauda sólo para Minuto de Dios. También lo hace para la Fundación Tejido Humano y sus programas de capacitación, educación y generación de ingresos para integrantes de la Fuerza Pública y desmovilizados que hayan sido víctimas del conflicto.

Durante los últimos cinco años, entre el primero de septiembre y el 15 de octubre, esta fundación hace convenios con varios almacenes, como Carulla, Colsubsidio, Alcosto, Homecenter y Carrefour, entre otros, para que los clientes hagan el redondeo de sus vueltas y den pequeñas donaciones.

“Nosotros no expedimos certificados y tenemos todos los mecanismos para demostrar que no lo hacemos”, dice Alfonso de Angulo, director de la Fundación Tejido Humano. “Si una cadena exige certificado, nunca trabajaríamos con ella. Ellos son intermediarios y esa plata ingresa como donación de terceros”, aclara. Por eso, si algún almacén quiere justificar la donación del redondeo ante la Dian, no tiene cómo demostrarlo, según lo que dice De Angulo.

Y advierte que “si un donante viene a pedir un certificado, se le entrega. No tenemos problema con eso. Pero nunca nos han pedido certificados por donaciones en los almacenes. Normalmente los solicitan personas que han donado de 100 mil pesos en adelante”.

Otro almacén que ofrece la posibilidad de hacer donaciones en sus cajas es Homecenter, que tiene convenido con Unicef para recaudar fondos para la educación de niños pobres.

Karym Grijalba, gerente de gestión humana de esa compañía, explica que cuando un cliente va a pagar en sus cajas, antes de recibir sus vueltos, la pantalla de la caja pregunta si desea donar. Si el cliente dice que sí, el cajero digita la opción en su teclado y digita el monto que el cliente quiere donar.

“Por tratarse de un recaudo, ese dinero se dirige a una cuenta a terceros. El departamento de contabilidad tiene esta modalidad de cuenta, que no está incorporada en nuestro balance”, explica Grijalba. En la tirilla que recibe el cliente aparece un letrero en que se agradece su donación a Unicef y el monto por el que la hizo. Mensualmente, Homecenter entrega las donaciones que han hecho sus clientes.

Homecenter recibe donaciones para Unicef durante todo el año, excepto entre el primero de septiembre y el 15 de octubre, cuando el convenido se hace con Tejido Humando.

Pero, ¿por qué los almacenes ofrecen hacer esta mediación, que implica incluso hacer ajustes en sus sistemas de recibo de dinero? La respuesta que da Grijalba la comparten todos los demás. “El beneficio es pura imagen de responsabilidad social. No tenemos ningún beneficio económico, pero estamos enviando un mensaje de compromiso con la sociedad”.

En vista de que las fundaciones se han mostrado dispuestas a entregar comprobantes por estas donaciones, cualquier persona puede hacerlo. Sin embargo, Napoleón Hernández, el funcionario de la Dian, advierte que el beneficio tributario que pueda traer una pequeña donación como las que se hacen en los supermercados es mínima.

Después de conocer las versiones de todos los implicados en el tema, ¿será posible que funcionarios, empresarios y fundaciones se hayan puesto de acuerdo para estafar a los ciudadanos de a pie que compran en los almacenes? O ¿será que alguien quiso poner a circular un falso rumor que pone en riesgo los ingresos de organizaciones que desarrollan trabajos sociales?
 


 
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