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columna del lector

Cómo ser rico y famoso en Colombia

Las concesiones a paramilitares y guerrilleros hacen pensar que la solución a la falta de dinero y prestigio no está en el estudio y el trabajo honrado, escribe Antonio De La Vega, lector de SEMANA.COM.

Antonio De La Vega
23 de enero de 2005

Aunque hay muchas maneras de ser rico y famoso en todas las partes del mundo me encargaré de una en particular debido a la gran oportunidad que se está presentando en Colombia.

Tengo 25 años de edad y desde niño mis padres me inculcaron la importancia del estudio como mecanismo de superación personal así como medio para alcanzar mis metas entre ellas las económicas. Al terminar estudios secundarios y con el inmenso esfuerzo que debe hacer una familia de clase media de la provincia colombiana viaje a Bogotá para estudiar derecho en una prestigiosa universidad, estudios que al cabo de cinco años terminé.

Como cosa rara, pasados tres meses y sin título profesional aún conseguí un empleo, por fin mi anhelada independencia económica había llegado, pero la alegría no duraría mucho cuando al hacer la comparación de ingresos y egresos el balance siempre me daba rojo, mi sueldo no alcanzaba para cubrir mis gastos, nada que hacer, tenía que encontrar la solución a mi problema...

Después de mas de cinco horas de infructuoso análisis y de un regaño de mi jefe por despistado, llegué a casa justo a tiempo para ver el noticiario de las siete, en el preciso momento en el que él mismísimo presidente de la república en un publicitado escenario, le ordenaba a uno de sus subalternos llevar a un lujoso hotel de la ciudad por cuenta de los impuestos, a un terrorista que estaba siendo procesado por homicidio, secuestro, hurto y otra serie de vejámenes y que después de fugarse y en un acto de arrepentimiento y grandeza (que ternura) decidió entregarse a las autoridades.

Me dio mucha rabia, pues tanto años de esfuerzo estudiando, tantos consejos de mis mayores y hasta de las monjas del colegio, tantos sacrificios en la vida y por nada... no era justo, un tipo que sólo había causado mal ahora era premiado y de que manera por el primer mandatario del país.

Pero al pasar el enojo, brilló la luz en mi cabeza, el mensaje era claro. La solución a mis problemas era obvia, nada de estudios ni esas bobadas que me enseñaron mis padres, el camino correcto era el terrorismo que unido al narcotráfico y otras pujantes industrias de mi país me convertirían en un hombre rico, luego de unos años me arrepentiría o al menos eso simularía y podría ser famoso y llegar a la cámara o al senado o quien quite hasta podría ser presidente. Nada que temer, el negocio es redondo, aunque como otros tiene sus riesgos, como por ejemplo que te maten o te encarcelen, pero realmente son mínimos y el beneficio es muy pero muy grande.

Por eso ahora en Abril cuando se termine mi contrato laboral y basado en el clarísimo mensaje enviado por las autoridades nacionales, pondré en marcha mi nuevo proyecto de vida: ser un terrorista en Colombia.

¿O es que alguien entiende otro mensaje después de tantas concesiones y gabelas a terroristas y narcotraficantes de las Farc y de las autodefensas?