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Nuevo capítulo en la guerra palestino-israelí

El esperado veredicto de la Corte Internacional de Justicia de La Haya concluyó en que la construcción del muro israelí viola el derecho internacional, por lo que le pidió a las Naciones Unidas que intervengan para detener el proyecto.

11 de diciembre de 1980

La corte aseguró además que tenía jurisdicción para dictaminar sobre la legalidad del muro, por lo que Israel no puede negarse a acatar el fallo.

El tema de la construcción de un muro de separación israelí para prevenir la proliferación de atentados suicidas por parte de los palestinos ha estado sumido en el más intenso debate.

Hace algunos meses, los palestinos le pidieron a la comunidad internacional que mediara e hiciera respetar sus derechos. Por eso la Corte -que desde 1946 sirve de mediador de los conflictos entre los Estados- anunció que estudiaría el caso. Hasta el viernes pasado se conoció el fallo que favoreció a los palestinos.

Pero, desde el inicio del levantamiento de la barrera, el gobierno del primer ministro israelí, Ariel Sharon, anunció que no lo reconocerá y que nada impedirá que el muro siga siendo levantado.

Israel sostiene que la barrera es un intento de detener los atentados terroristas perpetrados por palestinos.

De hecho, según Ra'anan Gissin, asesor de Sharon, los 140 kilómetros de barrera construidos hasta la fecha son responsables de una reducción de los atentados suicidas en un 70 por ciento.

Las autoridades de ese país defienden la legalidad del muro en el derecho a la legítima defensa que tiene toda nación frente al peligro que representa otro país. Sin embargo, la ley establece que ese derecho es válido sólo si el otro país no se ve afectado.

Precisamente a ese principio recurren los palestinos para denunciar la ilegalidad de la construcción.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) sostiene que las mismas condiciones de la valla son una violación flagrante de los derechos: tiene ocho metros de altura, vallas electrificadas, circuitos cerrados de televisión, torres de vigilancia, rutas alternas para patrullas y ametralladoras teledirigidas hacia el territorio palestino.

La ANP asegura además que el muro es válido si se construye dentro del territorio de Israel y no se toman territorios palestinos para su desarrollo. El viceministro de Información, Amhed Soboh, le dijo a SEMANA en días pasados (ver artículo relacionado) que "el muro quitará cerca del 58 por ciento de las tierras fértiles a los campesinos palestinos al momento de su construcción, dividirá tierras cultivables, familias, campos deportivos y hasta cementerios. Y algo más, nos está robando el agua de Cisjordania. Con el muro las fuentes de agua quedan en territorio de Israel, y sólo el 10 por ciento para una población que triplica a los israelíes en esta parte de Palestina".

Ahora, el mundo está a la espera de las acciones que adelante la comunidad internacional -amparada en la corte- para impedir la construcción de la barrera. Mientras tanto, Israel ya anunció que seguirá adelante en su proyecto. Sin duda este es un nuevo capítulo de la disputa que hace más de 40 años ocurre entre palestinos e israelíes y que desde el último levantamiento palestino (intifada) ha cobrado la vida de miles de personas.