La puja que protagonizan José David Name, pero sobre todo Armando Benedetti y Mauricio Lizcano por la presidencia del Congreso.

ELECCIÓN

El nuevo round por la presidencia del Congreso

Los candidatos Mauricio Lizcano y Armando Benedetti se insultaron y se acusaron en la sede del Partido de la U.

11 de julio de 2014

Pocos antecedentes recientes existen del espectáculo que está dando el Partido de la U con la decisión de elegir al presidente del Senado. La puja que protagonizan José David Name, pero sobre todo Armando Benedetti y Mauricio Lizcano, está cada vez más encendida. Tanto así que la confrontación apunta a dividir al partido de gobierno.

Esa fractura es la que, precisamente, tendrá que evitar el presidente de la colectividad, Sergio Díaz Granados, quien este viernes, cuando se esperaba la votación, tuvo que aplazarla para el próximo miércoles, a pesar de que el senador Lizcano, uno de los tres candidatos, exigiera la realización de la votación, a la hora que fuera.

Aunque de forma oficial, senadores como Jimmy Chamorro aseguraron que el aplazamiento de la decisión correspondía a que se haría un último intento por buscar un consenso, otros como Roy Barreras dijeron que discutieron durante tres horas sobre la conformación de las comisiones en el Senado, y no alcanzaron ni a hablar de la presidencia.

Pero detrás de la versión oficial se oculta un ‘acalorado enfrentamiento’ entre Benedetti y Lizcano, según lo describió un senador. Hay versiones de que en la intensa discusión hasta hubo, incluso, conato de irse a las manos. Sin embargo, esas informaciones fueron desvirtuadas por los propios implicados.

El motivo de la pelea, según otro senador, es que Lizcano acusó a Benedetti de guerra sucia contra su candidatura y de haberle entregado a la prensa unos trinos de su esposa (Marcela Betancur) en los que elogiaba al expresidente Álvaro Uribe.

Cuando un portavoz del partido informó del aplazamiento de la decisión, empezaron a salir los parlamentarios. El primero de ellos fue Ángel Custodio Cabrera, quien no solo habló del “agarrón”, sino que dijo que Mauricio Lizcano había renunciado.

La noticia empezó a crecer como la espuma y Cabrera tuvo que volver a la reunión. Varios minutos después se asomaron otros senadores. Uno de ellos fue Chamorro, quien dijo que no había renuncia. Otros como Carlos Enrique Soto dijeron desconocer la situación.

Cabrera volvió a salir y esta vez, ante las cámaras, fue interrogado sobre la renuncia de Lizcano. Su respuesta fue “pregúntele a él (Lizcano)”. Pero fue el propio senador caldense quien confirmó que no había renunciado y que se mantenía en la puja.

Lizcano llegó a esta junta de parlamentarios convencido en que ganaría la votación. Los cálculos que hacía era que tendría los 11 senadores. Benedetti llegó con el propósito de evitar la votación y que la bancada decidiera por consenso. Previamente había acordado con Name y los otros ocho senadores costeños reclamar para la Costa la presidencia del Congreso.

Aunque algunos senadores dijeron que no hubo rondas de votación, otros aseguraron que durante las siete horas que estuvieron reunidos sí las hubo. Unas versiones indicaron que Lizcano obtuvo 11 votos, Benedetti ocho y Name cinco. Pero lo que sí se confirmó es que el partido estaría dividido y que el consenso parece difícil.

Lizcano admitió que el aplazamiento no le favorecía porque en estos cuatro días pueden haber muchas reuniones y acuerdos tras bambalinas y perder votos.

Hay rumores de que tras semanas sin consenso, el propio presidente Santos intervendría y sugerirá la orden de quién sería el encargado de garantizarle la gobernabilidad en el Congreso.