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25 recomendaciones para Beatlemaníacos

Paul McCartney se sostuvo en su idea de cambiar el célebre crédito Lennon/McCartney por el poco ortodoxo McCartney/Lennon cuando se trate de canciones que, como Yesterday, hayan sido escritas por él sin colaboración de John Lennon. Y acaba de llegar a Colombia la edición en DVD de la miniserie Anthology. Aprovechando este 'clima Beatle', el periodista Gustavo Gómez Córdoba revela 25 consejos clave para todo aquel que esté pensando en convertirse en devoto admirador de los Beatles.

Gustavo Gómez Córdoba*
20 de abril de 2003

1

Cuando compre un disco de los Beatles, óigalo. Cuando compre un libro de los Beatles, léalo. Cuando compre una película de los Beatles véala. No se convierta en un acumulador de objetos. Después de media docena de discos sellados, libros vírgenes y películas empacadas, usted habrá dado el primer paso para convertirse en un coleccionista compulsivo.

2

Nunca desprecie un acetato (vinilo) monofónico del grupo. El productor George Martin hacía mezclas específicas para mono y estéreo, así que muchas canciones difieren en letras, instrumentación, coros y duración, dependiendo de la versión. Ejemplos hay docenas, pero quizás el más "colombiano" de ellos es el de la canción All my loving: Existe una versión de All my loving que comienza con cinco toques de timbales que puede encontrarse en el estuche de acetatos The Beatles box y en las ediciones alemanas en vinilo de los álbumes The Beatles greatest y With The Beatles (también en un single germano). En Colombia, donde se publicó como parte del disco Meet The Beatles (mono/estéreo), All my loving comienza sin el conteo. Seguramente por un error de prensaje, existe una generación estéreo de Meet The Beatles colombianos extremadamente rara, pues contiene un All my loving sin voces (estas sólo se escuchan lejanamente al comienzo de cada estrofa). El disco en cuestión se identifica como CBS Odeón Alta Fidelidad 11418, está fechado 1973... ¡y debe ser uno de esos vinilos viejos que usted vio un día donde la tía Gertrudis y no quiso llevárselo pensando que los acetatos son un encarte!

3

Tenga en su videoteca una copia de Let it be (no se refiera a ella como "película": llámela "documental") en cualquier formato (VHS/Beta/Laser). No será fácil: todas las versiones oficiales están descontinuadas hace más de una década por problemas legales y, a pesar del permanente rumor de una próxima edición en DVD, aún nada.

4

No se haga tatuajes alusivos al fenómeno Beatle. Sencillamente no es necesario.

5

Compre todos los discos compactos oficiales del grupo, pero no olvide incluir en la lista los Past masters (volúmenes uno y dos), títulos que no perteneciendo a lo que los expertos llaman "la época". Le ayudarán a tener en versión digital canciones que aparecieron en Inglaterra en sencillos y extended plays (v.g. She loves you, I want to hold your hand o The inner light). Otra cosa: asegúrese de saber qué es un extended play.

6

No se crea el cuento de que Liverpool es la ciudad más bella del Reino Unido. Es la capital del fenómeno comercial Beatle y tiene lugares llenos de historia (puede verlos previo pago de los tiquetes de entrada), pero París es más bella y en Barcelona se come mejor.

7

Haga que le presenten a un publicista y artista bogotano llamado Luis Villa Hinojosa y pídale que le pinte "un Beatle". Nadie en Colombia ha pintado más Beatles que Luis, y nadie puede decir que ha inducido más colombianos a la Beatlemanía.

8

Busque y consulte con frecuencia todos los libros de Mark Lewishohn. Es el más serio investigador de la discografía del cuarteto y único al que EMI le ha permitido husmear en los archivos secretos. En sus obras está la dirección y suele ser un tipo amable con quienes le escriben preguntándole cosas coherentes sobre la música del grupo. Dos títulos recomendados: The Beatles: recording sessions y The complete Beatles chronicle.

9

Jamás haga caso de quien le dice: "mi hermano es super beatleómano? te lo voy a presentar". Cuando usted lo conozca, sabrá que el personajillo tiene en casa los álbumes azul y rojo, el Beatles 1, el Double fantasy de Lennon y algún compilado de éxitos de McCartney. Y pare de contar. Si de todas maneras insiste en medir el grado de compromiso del sujeto, plantéele que usted nunca ha entendido las letras de Come together. Si puede dar cuenta de por lo menos seis líneas, visítelo todos los sábados y no se le separe.

10

Desconfíe de los necrobeatleómanos, esos repugnantes sujetos que van por el mundo comprando pedazos de sábanas donde durmieron los Beatles, toallas con las que se secaron los humores y quejándose como plañideras porque la muerte de Harrison los dejó sin la posibilidad de "sacarle" un autógrafo.

11

Si su mamá le tejió alguna vez un tapete de lana café que en letras negras dice "The Beatles", nunca lo esconda. No importa cuánto se burlen sus amigos.

12

Reconstruya la vida de un baterista llamado Jimmy Nicol. Despertará en usted un saludable apetito por episodios poco documentados de la vida de los Beatles.

13

No crea que con oír Imagine los 8 de diciembre el asunto de la muerte de Lennon está resuelto. Explore con detalle la discografía de este hombre que hizo definitivamente cosas más interesantes. Otra cosa: no pierda tiempo leyendo tesis sobre las conspiraciones políticas que supuestamente le costaron la vida al ex Beatle.

14

Si le regalan perro, póngale Ringo. Lennon es mejor letrista, McCartney más melodioso y Harrison habilísimo con la guitarra, pero, en cuestiones caninas, Ringo es el nombre. Si su mujer insiste en que le pongan Lorenzo, adelante... ya habrá más perros (mujer sólo hay una... ¡gracias al cielo!).

15

Cómprese en la Buchholz un libro de Joan Singla que se titula The Beatles. Léalo, pero no crea ni una palabra.

16

Nunca deje de pagar la pensión del colegio de los niños por comprarse una colección de discos remasterizados del grupo. Recuerde: usted es un beatlemaníaco no un maníaco a secas. Todo en su justa medida. Primero el mercado, después el "yeah, yeah, yeah!".

17

El mundo está lleno de discos piratas de los Beatles, por lo general armados con demos, tomas alternativas y uno que otra registro inédito. Sea muy selectivo a la hora de comprarlos. El verdadero beatleómano no colecciona basura sino música. Asegúrese de tener piezas que incluyan la audición del grupo para Decca, así como lo más representativo de las sesiones de los álbumes Sgt. Pepper's, The Beatles (el popular "álbum blanco") y Let it be (ojo: muchos de estos piratas son colecciones monumentales de desperdicios). No se desgaste comprando pilas y pilas de registros en concierto: nada más soso, repetitivo y poco espectacular que un Beatle en escena.

18

No les haga caso a quienes almacenan con su memoria privilegiada datos y cifras sobre el cuarteto. Apreciar la música del grupo es un placer, no un cuestionario tipo Icfes. Témale a esa computadora humana que sabe todo sobre el grupo.

19

Vaya al mercado de las pulgas y consiga una copia del álbum Quiero amanecer con alguien, de Daniela Romo. Fíjese en el crédito de la canción Una vez más (¡mírelo "una vez más"!) y aprenda cuánto puede uno aún sorprenderse con los Beatles.

20

No pierda tiempo tratando de convencer a Zutanito y Peranito de que Ringo Starr toca mejor la batería de lo que lo hacía John Bonham. Ponga los pies sobre la tierra. Ah, y si Perencejo le dice que buena parte de la discografía solista de George Harrison suena a rito oriental, no se ponga histérico. Razón tendrá.

21

No se pase media vida buscando discos tipo Frank Pourcel toca a los Beatles, Beatles por Borelly o Clayderman: A tribute to the Beatles.

22

Hágase a ejemplares de los discos Rarities (versiones norteamericana e inglesa). Nunca se han editado en compact disc y no hay beatleómano que no los disfrute, especialmente el de referencia británica.

23

No use corbatas con estampados que hacen referencia a los caracteres de las canciones de los Beatles. Son lobísimas y nadie civilizado las toma como signo de beatlemanía.

24

Jamás venda sus discos de Led Zeppelin o Peter Gabriel, ni se avergüence de tener toda la colección de Simon & Garfunkel en casa. El beatleómano oye de todo. Y, a veces, cuando tiene tiempo? ¡oye a los Beatles!

25

Nunca se tome muy serio un artículo con 25 recomendaciones para ser beatleómano. Como en aquella vieja canción de los Beatles: "think for yourself...".

*Editor de la Revista SoHo