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“El estado de los cuerpos de los diputados facilitará saber las causas de su muerte”

El ex ministro Álvaro Leyva se muestra optimista por las investigaciones tras precisar las condiciones de los cadáveres de los diputados muertos en el cautiverio al que los sometió las Farc.

11 de septiembre de 2007

En rueda de prensa el mediador para el rescate de los cuerpos de los asambleístas dijo que “no sólo fue necesario pactar con las partes en conflicto, la guerrilla de las Farc y el Ejército, sino también con un grupo paramilitar que custodiaba el lugar”. A este último lo denominó Nueva Generación. “Para ir a la zona, hubo previo consentimiento de las partes. Tuvimos que convencer a más de dos actores, eso no me lo estoy inventando. Aquí no estamos especulando, no estamos soñando, ni estamos bautizando por deporte a unas nuevas agrupaciones”, dijo el ex ministro, al tiempo que rechazó cualquier solicitud de rectificación por parte del gobierno.

Así le contestó a la directora del DAS, María del Pilar Hurtado, quien insistió en la versión de que los cuerpos habrían sido trasladados del lugar donde fueron asesinados. “Una cosa es hablar desde el pavimento y otra desde el borde de la tumba de los 11 diputados. De tal manera que no se me venga a última hora con observaciones que no acepto de ninguna forma”. También cuestionó la actuación del presidente Álvaro Uribe al informar que los cuerpos serían entregados el sábado primero de septiembre en Corinto, Cauca. “Es un acto bochornoso enviar a toda la prensa nacional hasta Corinto y dejar al país en vilo, teniendo nosotros las coordenadas hacia donde partiríamos el lunes siguiente”.

Sobre los detalles de la operación de rescate, Leyva Durán enfatizó en las dificultades y aunque no reveló los nombres de los sitios donde estuvo, confirmó que fue en zona rural de Nariño. SEMANA.COM reproduce los apartes más interesantes de sus declaraciones.
“Llegamos a una selva subtropical húmeda, con lluvias violentas y bastante cerrada. Como el helicóptero jamás pudo posarse sobre la tierra a los siete que íbamos nos tocó saltar. Nuestra base fue una choza y desde allí comenzamos a buscar el lugar exacto con los dos GPS que llevábamos”.

“Ese lunes salieron tres miembros del Cicr que no tuvieron éxito. Desde el martes me pidieron que los acompañara. Muchas veces con el agua más arriba de las rodillas, en pequeño río. Los caminos que usa la guerrilla no eran accesibles para nosotros, así que nos tocó abrir trocha por la selva. Como no nos guiaba nadie, dimos muchas vueltas. El miércoles exploramos una nueva zona, pero nada. Entonces usamos el helicóptero, que se posó donde su GPS le indicaba, nosotros llegamos debajo de donde estaba, pero ahí tampoco era”.

“Sólo hasta el jueves en la tarde encontramos el campamento donde los habían enterrado. Y allí vimos que estaban todas las señales que nos habían dado. Llegamos a un paraje con unas tablas cubiertas con hojas. Unos baquianos fueron nuestros auxiliadores, sin la cual no se habría podido hacer nada. Ellos buscaron en el suelo pues las condiciones no eran fáciles. Hasta que sobre las 4:45 de la tarde encontramos la primera tumba. Entonces leímos un salmo”.

“Al día siguiente encontramos las demás tumbas y procedimos a realizar los levantamientos, con todo el protocolo que el Cicr recomienda para estos casos, siguiendo las indicaciones de las Naciones Unidas. Estaban envueltos en una sábana y enrollados en plástico negro. En el rostro se les veía barba, las manos estaban en buen estado y se les cubrieron con bolsas para preservar sus huellas digitales. Los habían depositado para que fueran desenterrados y los encontramos a una profundidad de 90 centímetros”.

“Yo registré en mi cuaderno los datos de los levantamientos y soy testigo que tenían su estructura conservada. Por eso su identificación es absolutamente segura y la investigación de las causas posibles de la muerte se facilitará”.

“Sin ser experto ni ser esa mi misión, pero por lógica, pienso que los cuerpos los hallamos en el campamento donde murieron. Es que sacar unos cadáveres de ese lugar es bien difícil. Si no fuera por el helicóptero allá estaríamos sacando uno por uno. Incluso tuvimos un plan B por si el helicóptero nos fallaba: los íbamos a bajar flotando por el río. Todo lo que se ve, se advierte, nos habla de que en ese mismo sitio murieron, después de lo que sucedió, que no me atrevo a decir qué pudo ser”.

“La zona es de combate, están los señores de las Farc, el Ejército y un grupo de paras de la nueva generación. Sería irresponsable de mi parte especular sobre lo que llevó a los diputados a la muerte. Lo que sí puedo decir, para evitar especulaciones, es que no encontramos nada distinto de aquello que fuimos a buscar”.