El Factor Solano

El Factor Solano, el primer libro del colombiano Mauricio Becerra, no es un 'ensayo sobre la ceguera' al estilo de Saramago donde solo un personaje ve en un mundo de ciegos. Esta, por el contrario, es una historia sobre alguien vidente pero que eventualmente es alcanzado por una ceguera real, y sólo hasta ese momento logra ver lo que nunca antes pudo ver. Arturo Solano es un hombre alrededor de los 40 que vive solo (¿coincidencia gratuita que se llame Solano?) y en medio de suposiciones y prejuicios que lo aíslan aún más de la gente. De acuerdo con el diagnóstico médico, Solano está condenado a una inminente ceguera irreversible, así que resuelve aprovechar los próximos 10 meses de vista que le quedan. Decide renunciar a la vida que lleva y piensa dedicarse a acumular todo tipo de recuerdos visuales de lo que él cree que puede succionar del mundo y archivar en su memoria. Cada descripción a través de los ojos de Arturo Solano no es sino un esfuerzo desesperado por tratar de aferrarse al mundo, tal como lo ve él: turbio y sin sentido. Todo lo que este personaje experimenta en un lapso de tiempo inferior a los pronosticados 10 meses de visión está predeterminado a salir mal. Todo, por supuesto, es culpa del 'factor solano', el factor de la condena pesimista de su vida, y en el cual él confía ciegamente. Arturo ve solo lo que quiere ver. Ve que su ceguera se aproxima pero no busca una segunda opinión, ni se prepara para lo que viene. Simplemente se resigna y se tropieza con la vida antes de tiempo. Es un hombre socialmente inepto, con un hijo que dentro de su visión de mundo es catalogado como un perdedor que nunca triunfará como jugador de fútbol en un equipo de segunda. Egoísta, farsante y manipulador, Solano engaña a su hijo maquiavélicamente para que lo acompañe a un viaje sin principio ni fin a una isla que no existe, con la idea de tomar la vida por los cuernos y recuperar el tiempo que nunca tuvo con su hijo, antes de que lo alcance la ceguera. Pero Lauro, el hijo, que fue criado por la madre de Solano ante la ausencia de un padre desinteresado y huérfano de madre, no es la única persona a quien Solano engaña. En realidad, el engaño es un elemento constante en la vida de Solano. Arturo Solano engaña fácilmente y es incapaz de ver que es engañado con la misma facilidad, por otros y por su propio factor. Es así como emprenden padre e hijo un viaje a la isla de Jauja, destino al cual jamás llegarán porque el 'factor solano' al fin y al cabo termina dándole un giro terrible a la historia. Se apodera de ella y hace que suceda lo peor, donde todo sale como tiene que salir: mal. A través de toda esta historia, Solano vivirá retando a su inminente ceguera, y su mirada sobre el mundo que lo rodea será siempre un escrutinio, una catalogación de personas y hechos que se atraviesan en su camino. Su ceguera ni siquiera será un motivo de preocupación tan marcado ni para él, ni para la historia o para el lector, en medio del infierno que vivirán él y todos los personajes de la historia en carne propia. Solo al final, en el doble sentido de la palabra, solo y ciego, Solano comienza a ver lo que antes era incapaz de ver, lo elemental, sencillo y a la vez complejo de la vida humana. A través de todo este angustiante relato, Becerra apela a personajes oscuros que no son malvados de raíz pero que, dadas las circunstancias y factores confabulantes en su contra, tienen todo el potencial de serlo. Esa realidad será en últimas lo que Solano logrará ver en medio de su ceguera. El Factor Solano es un relato rápido, cautivante, que va narrando con descripciones detalladas los cauces que toma esta historia de la condena de la ceguera humana. Becerra logra verdaderamente manejar una historia de turbios personajes con intriga y con destreza sin hundir del todo al lector. Es un libro que vale la pena, y que para variar no tiene un final feliz, ni esperanzador, simplemente un final humano. * Antropóloga aficionada a la literatura