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El otro discurso. Ideas para una rectificación (el discurso que deberíamos escuchar

Jorge Rojas R.*
15 de septiembre de 2003

Quiero aprovechar esta ceremonia militar para referirme a un informe de algunas organizaciones no gubernamentales de derechos humanos que cuestionan la política de seguridad democrática de mi gobierno. No estoy de acuerdo con su contenido ni con las cifras que presentan, no comparto su análisis, a veces sesgado y quisiera ver más propuestas, pero debo dejar en claro que haré todo lo que esté a mi alcance para garantizar que estas organizaciones cumplan con su mandato y vigilen mi compromiso de pleno respeto a los derechos humanos en el difícil camino de devolver la seguridad a todos los compatriotas.

En Colombia existen organizaciones no gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos humanos, a la democracia, al medio ambiente y al desarrollo sostenible. Algunas desarrollan actividades académicas e investigativas que contribuyen a la construcción democrática del conocimiento de nuestra realidad. Otras promueven su labor con comunidades en la generación y fortalecimiento de capacidades sociales e institucionales en las zonas más apartadas del territorio nacional. Organizaciones de la sociedad que promueven la democracia, luchan contra el secuestro, analizan el desplazamiento, acompañan a las víctimas y trabajan por la cultura. Organizaciones no gubernamentales que se fundan en el compromiso social de los empresarios. Organizaciones que trabajan con la Iglesia Católica y otros credos religiosos que piensan en el país. Hay ONG que realizan interlocución con la comunidad internacional, como ocurrió hace dos meses en Londres, cuando delegados de diversos gobiernos reunidos en una Mesa de Cooperación para Colombia escucharon las voces del gobierno y de sus críticos, en un ejercicio democrático que tiene plena validez.

Todas ellas hacen parte de la diversidad de una sociedad que se articula y participa en función de su responsabilidad social y que se fundamentan en la legitimidad de sus mandatos.

En Colombia es posible disentir, opinar y hacer oposición, porque ésta es una democracia. Es bienvenida la crítica con fundamento y responsabilidad. Por eso creo que deben someterse al debate público los informes nacionales e internacionales para que se conozcan todas las verdades, para que fluya un diálogo democrático. Revisemos las cifras de la violencia, revisemos los resultados de la política de seguridad democrática, auscultemos todas las metodologías para conocer la realidad socioeconómica del país y no nos resignemos a una sola verdad oficial o a una sola verdad no gubernamental.

En todo caso, nadie debe hacerle el juego a los grupos violentos. La legitimidad del Estado se sustenta en el compromiso de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y la institucionalidad democrática. La legitimidad de las organizaciones no gubernamentales se sustenta en su profesionalismo, en su autonomía e independencia de las partes enfrentadas en este conflicto armado.

En una democracia y en un Estado social de derecho se necesita la presencia vital de estas organizaciones, así no compartamos sus ideas. Por eso quiero reafirmar a todos los funcionarios públicos, militares y civiles, que es necesario rodear de garantías la labor de estas organizaciones civiles y evitar señalamientos que puedan comprometer su labor.

La comunidad internacional debe tener la certeza de que mi gobierno está haciendo todos los esfuerzos para cumplir con las recomendaciones de derechos humanos, según los compromisos asumidos en Ginebra y en Londres. Por eso vamos a modificar el proyecto de ley que estudia el Congreso para enfrentar el terrorismo de tal manera que el desafío de todos los grupos armados ilegales contra la sociedad sea respondido en el marco del acatamiento a la normatividad internacional de derechos humanos.

Señores oficiales y soldados de nuestras Fuerzas Armadas: el gobierno y las ONG, aún las más críticas, trabajan en el marco de la institucionalidad y del estado democrático. Trabajemos para que la transparencia de la labor pública de unos y otros contribuya a fortalecer esta democracia y a superar por fin, la noche de violencia que vive el país.

*Presidente de Codhes