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Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo, dos de las secuestradas "canjeables" de las Farc, fueron liberadas este jueves por la guerrilla y entregadas a una comisión del CICR y el gobierno venezolano.

PAZ

Finaliza secuestro de Clara Rojas y Consuelo González: Farc las entregaron a comisión del CICR y Venezuela

Después de seis años de secuestro las dirigentes políticas fueron recibidas en la selva del Guaviare por una comisión internacional que las llevó hacia Venezuela.

10 de enero de 2008

Consuelo González de Perdomo y Clara Rojas, dos de los símbolos de la tragedia del secuestro en Colombia, fueron liberadas este jueves por las Farc y entregadas a una delegación humanitaria del Comité Internacional de la Cruz Roja y el gobierno venezolano.

La anhelada liberación tuvo lugar luego de cuatro meses de agitada mediación del presidente Hugo Chávez y tras varias crisis con el gobierno colombiano debido a la falta de confidencialidad y prudencia en las gestiones. Pese a que el mandatario colombiano Álvaro Uribe dio por terminada la mediación venezolana desde noviembre, las Farc decidieron entregarle al gobierno de Chávez las dos secuestradas.

Ya antes había intentado hacerle llegar las pruebas de supervivencia de los secuestrados que fueron incautadas por autoridades colombianas. Luego pretendieron entregarle al pequeño Emmanuel –hijo de Rojas- quien también fue hallado por autoridades colombianas antes de que la guerrilla lo pudiera recuperar, tras hacerlo llegar con nombre falso a una persona que lo entregó al Bienestar Familiar. Luego de esos tropiezos, algunos analistas calificaron como un fracaso las gestiones de Chávez y la senadora Piedad Córdoba.

Pero los familiares de los secuestrados insistieron en la vía venezolana como camino para lograr la liberación de sus seres queridos. Y las Farc también buscaron la forma de quedar bien por fin con Chávez. Éste último, por su parte, decidió bajarle el tono a sus declaraciones beligerantes contra Colombia y terminó dirigiendo el operativo de libertad desarrollado este jueves, que se ajustó a las condiciones de confidencialidad, prudencia y respeto mutuo solicitadas por Colombia.

De esta manera, dos helicópteros venezolanos de fabricación rusa llegaron a Colombia en la mañana del jueves con la misión de recoger a las dos secuestradas en la selva del Guaviare. Después de hacer una para en San José, la capital del departamento, de asistir a una reunión con autoridades locales, entre ellas el comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, la comisión voló hasta la vereda la Paz, inspección de La Libertad, municipio de El Retorno, en Guaviare, y allí recibió a las dos secuestradas.

La noticia de la liberación fue revelada a las 11:00 a.m. hora colombiana por Chávez quien en rueda de prensa desde caracas dijo que acababa de hablar con ellas por teléfono y que desde ese momento eran transportadas hacia Venezuela. “Saludé al jefe de la patrulla de las Farc, saludé a Clara y a Consuelo. Estaban emocionadas... me dice el ministro Rodríguez Chacín que están bien”, indicó Chávez.

En ese momento, las dos aeronaves –identificadas con emblemas de del CICR- se dirigían hacia el aeropuerto de Santo Domingo, Táchira, Venezuela, con las dos dirigentes políticas colombianas y el equipo que viajó a recogerlas en la selva. De este grupo hacían parte el ministro venezolano Ramón Rodríguez Chacín con su secretaria, el embajador de Cuba en Venezuela, Germán Sánchez, la senadora Córdoba, los emisarios del CICR y un equipo médico encargado de evaluar el estado de salud de las dos mujeres liberadas.

Seis años de dolor

González de Perdomo fue secuestrada el 10 de septiembre de 2001, cuando realizaba una correría política por el Huila, en su condición de representante a la Cámara. Durante su cautiverio se quedó viuda, fue abuela y perdió la curul de congresista, mientras sus dos hijas acudieron a todas las instancias en busca de ayuda para su liberación. (Ver especial multimedia Seis años sin consuelo).

Rojas, por su parte, era la fórmula vicepresidencial de Ingrid Betancourt. Ambas fueron secuestradas el 23 de febrero de 2002 también en una correría política, cuando intentaban llegar hasta la que hasta tres días antes fue la zona de despeje del Caguán. Rojas y Betancourt partieron por tierra desde Florencia y fueron interceptadas por un comando guerrillero que se las llevó.

Rojas concibió y dio a luz en cautiverio a un niño de nombre Emmanuel, a quien las Farc supuestamente liberarían junto con ella. Ese fue el niño que el gobierno encontró en un hogar de Bienestar Familiar y que las Farc no podían liberar porque habían escondido y dado a cuidar en la casa de un campesino que dos años después relató lo ocurrido.

Emmanuel fue sometido a una prueba de ADN luego cotejada con el de doña Clara de Rojas –madre de la recién liberada- y cuyo resultado ratificó su parentesco. Apenas dos horas antes de que Clara Rojas fuese liberada este jueves, expertos de la Universidad de Compostela, España, ratificaron dicho resultado. Apareció así el hijo que hace dos años fue separado de su madre por la crueldad de la guerrilla. En Venezuela, contando los minutos para volver a verlos, estaba doña Clara de Rojas, madre de la dirigente liberada, tras seis años sin ver a su hija.


Los otros secuestrados

Otras 45 personas, entre ellas tres cooperantes militares de Estados Unidos que trabajaban par el Plan Colombia, siguen a la espera de una solución a su tragedia. Algunos llevan cerca de diez años en poder de la guerrilla. Otros once diputados, que en principio hacían parte del mismo listado de “canjeables”, fueron asesinados por las Farc a mediados de 2007. Igual suerte corrieron el ex asesor de paz Gilberto Echeverri y el ex gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria, a quienes sus captores dieron muerte durante un intento de rescate del Ejército.

El gobierno calcula que las Farc tienen a otras 750 personas que no son incluidas en el listado del intercambio humanitario porque su secuestro tuvo fines económicos.

Mientras las Farc solicitan el despeje militar de los municipios de Pradera y Florida (Valle) para intercambiar a los secuestrados “canjeables” por los guerrilleros presos en las cárceles del país –y hasta por Simón Trinidad y alias “Sonia”, extraditados a EU- el gobierno se niega a desmilitarizar y dice que las Farc deben devolver a todos los plagiados.

El tira y afloje lleva seis años. Uribe ha autorizado mediaciones internacionales, comisiones exploratorias y hasta excarcelaciones de guerrilleros, que según él demuestran su voluntad de poner fin a la tragedia. Las Farc, por su parte, dicen que el despeje negado por el gobierno es indispensable para garantizar que no serán atacadas mientras se discute el tema. Entre tanto, muchos de los secuestrados siguen viendo como se les pasa la vida encerrados en la manigua.