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Sólo para mujeres

Buenos Aires es el escenario de una curiosa tendencia sexual en donde un grupo de mujeres se reúne para realizar sesiones de masturbación. María Inés Mc Cormick nos cuenta.

María Inés Mc Cormick
12 de febrero de 2006

El próximo fin de semana, Mariana* le dirá adiós al ajetreo de Buenos Aires y se refugiará en la tranquilidad de una casa en las afueras de la ciudad. Allí se encontrará con otras mujeres que, al igual que ella, respondieron la invitación de la lista de autoerotismo a la cual están inscritas. Mariana ya conoce a varias de las participantes de reuniones anteriores, pero sabe que este fin de semana llegarán chicas nuevas con deseos de experimentar.

Mientras otras porteñas aprovechan los días de descanso para ir a cine, hacer deporte, salir con el novio, estar con su familia o ir de compras, Mariana y su grupo prefieren emplear las horas muertas en una tarea muy gratificante: la masturbación.

"El autoerotismo es saber reconocerse, recorrerse y disfrutarse. Ayuda a las personas a saber cuáles son sus preferencias en cuanto a placer sexual. Una amiga me invitó a formar parte y, como siempre, fui medio curiosa, me pareció interesante. En realidad, todo el ambiente es bastante amigable, natural, y nos reímos todo el tiempo. Es algo bastante divertido. Es un claro ejemplo de que la sexualidad debe ser tomada con naturalidad y no como algo oscuro", señala.

Las tertulias surgieron a raíz de una lista de Internet llamada autoerotismo, creada hace cuatro años por cinco amigas que tenían interés en divulgar e intercambiar material erótico sobre sexualidad femenina. Las fundadoras invitaron a otras amigas a inscribirse  y el rumor pasó de boca en boca, al punto que hoy existen cerca de 500 miembros.

El grupo es de lo más diverso y variopinto. La más joven tiene 21 años y la más madura ronda los 65. Las hay casadas, con hijos, solteras, ennoviadas, divorciadas y separadas. Hay estudiantes, profesionales, amas de casa y el grueso pertenece a la clase media. La mayoría son heterosexuales aunque también participan algunas mujeres bisexuales y lesbianas.

"El autoerotismo es algo que nos permite conocernos, aprender qué es lo que nos gusta y así tener una vida sexual más plena. Hay muchas mujeres que teniendo relaciones sexuales en pareja jamás sintieron un orgasmo, porque no conocen su propio cuerpo. En las sociedades latinoamericanas, la masturbación es algo casi machista, exclusivo de los hombres. En la sociedad norteamericana y en la europea, por el contrario, es algo más abierto y natural, pese a la presión de la Iglesia de considerarlo pecaminoso", afirma Sofía*, una de las fundadoras de la red.

Los encuentros se llevan a cabo cada mes durante dos o tres días seguidos y participan las 11 primeras mujeres de la lista que respondan la invitación, más la dueña de casa que presta su hogar para la sesión. Cuando el grupo está completo, todas se desvisten y se ubican en colchonetas frente al televisor en donde se muestran videos eróticos.

En una mesa cercana reposan juguetes sexuales, vibradores, preservativos y alcohol en gel para limpiar los artefactos. Generalmente, las que asisten por primera vez suelen mirar y cuando entran en confianza, empiezan a masturbarse. Ninguna está obligada a interactuar con otra participante, pero en algunos casos el ambiente está tan cargado, que es posible ensayar y explorar en el área del sexo grupal.

La discreción es total. En la lista de autoerotismo, salvo las cinco moderadoras, ninguna otra integrante sabe nombre, apellidos, estado civil y demás datos personales del resto de miembros. Tampoco se divulga el tipo de material erótico que se solicita. La ubicación de la casa es secreta y sólo la conocen aquellas mujeres que harán parte del encuentro.

Para mayor seguridad, las participantes deben mostrar un examen de VIH  y ETS y se prohíbe el consumo de alcohol, drogas y cigarrillo durante la sesión. "En las reuniones hay definitivamente un doble juego, el de ver y mostrar, el de querer mirar y ser visto. Pero también es un  juego de aprendizaje. Cada mujer es un mundo, tanto en su cuerpo como en sus maneras de gozar", confiesa Sofía, quien considera que cada vez hay más mujeres dispuestas a vivir su sexualidad sin tapujos.

La masturbación, como señala Mariam Alizade, médica y sicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina, es una actividad que ha ido perdiendo la connotación de pecado y pertenece a una intimidad permitida. Si bien la exploración y la activación del propio cuerpo erógeno es una ventaja, la doctora considera que en caso de presentarse una fijación a esta forma de satisfacción sexual, podrían surgir dificultades al momento de pasar a una sexualidad adulta, que es relacional y compartida.

Hasta el momento las chicas del grupo no han percibido malestar en sus compañeros. "Mi pareja lo sabe y le parece perfecto. Hasta fantasea con eso, me pregunta, me pide que le describa cómo es todo cuando me masturbo y las miro. Creo que para un hombre, la idea de que 12 mujeres participen en una masturbación colectiva es increíblemente excitante", asegura Mariana.

Gustavo*, el ex esposo de Sofía, tampoco tiene reparos: "Ella siempre fue sexualmente activa, aunque quizás el cambio que pueda llegar a notar es que está más libre en cuanto a la experimentación, tanto en el nivel pasivo, dejarse hacer, como en el  activo, llevar ella misma la iniciativa".

Lo que sucede en Argentina no es un caso aislado. Desde hace un par de años, el tema de la masturbación femenina ha ido sumando seguidoras en todo el mundo. Prueba de ello son los portales

El próximo fin de semana, Mariana* le dirá adiós al ajetreo de Buenos Aires y se refugiará en la tranquilidad de una casa en las afueras de la ciudad. Allí se encontrará con otras mujeres que, al igual que ella, respondieron la invitación de la lista de autoerotismo a la cual están inscritas. Mariana ya conoce a varias de las participantes de reuniones anteriores, pero sabe que este fin de semana llegarán chicas nuevas con deseos de experimentar.

Mientras otras porteñas aprovechan los días de descanso para ir a cine, hacer deporte, salir con el novio, estar con su familia o ir de compras, Mariana y su grupo prefieren emplear las horas muertas en una tarea muy gratificante: la masturbación.

"El autoerotismo es saber reconocerse, recorrerse y disfrutarse. Ayuda a las personas a saber cuáles son sus preferencias en cuanto a placer sexual. Una amiga me invitó a formar parte y, como siempre, fui medio curiosa, me pareció interesante. En realidad, todo el ambiente es bastante amigable, natural, y nos reímos todo el tiempo. Es algo bastante divertido. Es un claro ejemplo de que la sexualidad debe ser tomada con naturalidad y no como algo oscuro", señala.

Las tertulias surgieron a raíz de una lista de Internet llamada autoerotismo, creada hace cuatro años por cinco amigas que tenían interés en divulgar e intercambiar material erótico sobre sexualidad femenina. Las fundadoras invitaron a otras amigas a inscribirse  y el rumor pasó de boca en boca, al punto que hoy existen cerca de 500 miembros.

El grupo es de lo más diverso y variopinto. La más joven tiene 21 años y la más madura ronda los 65. Las hay casadas, con hijos, solteras, ennoviadas, divorciadas y separadas. Hay estudiantes, profesionales, amas de casa y el grueso pertenece a la clase media. La mayoría son heterosexuales aunque también participan algunas mujeres bisexuales y lesbianas.

"El autoerotismo es algo que nos permite conocernos, aprender qué es lo que nos gusta y así tener una vida sexual más plena. Hay muchas mujeres que teniendo relaciones sexuales en pareja jamás sintieron un orgasmo, porque no conocen su propio cuerpo. En las sociedades latinoamericanas, la masturbación es algo casi machista, exclusivo de los hombres. En la sociedad norteamericana y en la europea, por el contrario, es algo más abierto y natural, pese a la presión de la Iglesia de considerarlo pecaminoso", afirma Sofía*, una de las fundadoras de la red.

Los encuentros se llevan a cabo cada mes durante dos o tres días seguidos y participan las 11 primeras mujeres de la lista que respondan la invitación, más la dueña de casa que presta su hogar para la sesión. Cuando el grupo está completo, todas se desvisten y se ubican en colchonetas frente al televisor en donde se muestran videos eróticos.

En una mesa cercana reposan juguetes sexuales, vibradores, preservativos y alcohol en gel para limpiar los artefactos. Generalmente, las que asisten por primera vez suelen mirar y cuando entran en confianza, empiezan a masturbarse. Ninguna está obligada a interactuar con otra participante, pero en algunos casos el ambiente está tan cargado, que es posible ensayar y explorar en el área del sexo grupal.

La discreción es total. En la lista de autoerotismo, salvo las cinco moderadoras, ninguna otra integrante sabe nombre, apellidos, estado civil y demás datos personales del resto de miembros. Tampoco se divulga el tipo de material erótico que se solicita. La ubicación de la casa es secreta y sólo la conocen aquellas mujeres que harán parte del encuentro.

Para mayor seguridad, las participantes deben mostrar un examen de VIH  y ETS y se prohíbe el consumo de alcohol, drogas y cigarrillo durante la sesión. "En las reuniones hay definitivamente un doble juego, el de ver y mostrar, el de querer mirar y ser visto. Pero también es un  juego de aprendizaje. Cada mujer es un mundo, tanto en su cuerpo como en sus maneras de gozar", confiesa Sofía, quien considera que cada vez hay más mujeres dispuestas a vivir su sexualidad sin tapujos.

La masturbación, como señala Mariam Alizade, médica y sicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina, es una actividad que ha ido perdiendo la connotación de pecado y pertenece a una intimidad permitida. Si bien la exploración y la activación del propio cuerpo erógeno es una ventaja, la doctora considera que en caso de presentarse una fijación a esta forma de satisfacción sexual, podrían surgir dificultades al momento de pasar a una sexualidad adulta, que es relacional y compartida.

Hasta el momento las chicas del grupo no han percibido malestar en sus compañeros. "Mi pareja lo sabe y le parece perfecto. Hasta fantasea con eso, me pregunta, me pide que le describa cómo es todo cuando me masturbo y las miro. Creo que para un hombre, la idea de que 12 mujeres participen en una masturbación colectiva es increíblemente excitante", asegura Mariana.

Gustavo*, el ex esposo de Sofía, tampoco tiene reparos: "Ella siempre fue sexualmente activa, aunque quizás el cambio que pueda llegar a notar es que está más libre en cuanto a la experimentación, tanto en el nivel pasivo, dejarse hacer, como en el  activo, llevar ella misma la iniciativa".

Lo que sucede en Argentina no es un caso aislado. Desde hace un par de años, el tema de la masturbación femenina ha ido sumando seguidoras en todo el mundo. Prueba de ello son los portales http://www.the-clitoris.com/;

El próximo fin de semana, Mariana* le dirá adiós al ajetreo de Buenos Aires y se refugiará en la tranquilidad de una casa en las afueras de la ciudad. Allí se encontrará con otras mujeres que, al igual que ella, respondieron la invitación de la lista de autoerotismo a la cual están inscritas. Mariana ya conoce a varias de las participantes de reuniones anteriores, pero sabe que este fin de semana llegarán chicas nuevas con deseos de experimentar.

Mientras otras porteñas aprovechan los días de descanso para ir a cine, hacer deporte, salir con el novio, estar con su familia o ir de compras, Mariana y su grupo prefieren emplear las horas muertas en una tarea muy gratificante: la masturbación.

"El autoerotismo es saber reconocerse, recorrerse y disfrutarse. Ayuda a las personas a saber cuáles son sus preferencias en cuanto a placer sexual. Una amiga me invitó a formar parte y, como siempre, fui medio curiosa, me pareció interesante. En realidad, todo el ambiente es bastante amigable, natural, y nos reímos todo el tiempo. Es algo bastante divertido. Es un claro ejemplo de que la sexualidad debe ser tomada con naturalidad y no como algo oscuro", señala.

Las tertulias surgieron a raíz de una lista de Internet llamada autoerotismo, creada hace cuatro años por cinco amigas que tenían interés en divulgar e intercambiar material erótico sobre sexualidad femenina. Las fundadoras invitaron a otras amigas a inscribirse  y el rumor pasó de boca en boca, al punto que hoy existen cerca de 500 miembros.

El grupo es de lo más diverso y variopinto. La más joven tiene 21 años y la más madura ronda los 65. Las hay casadas, con hijos, solteras, ennoviadas, divorciadas y separadas. Hay estudiantes, profesionales, amas de casa y el grueso pertenece a la clase media. La mayoría son heterosexuales aunque también participan algunas mujeres bisexuales y lesbianas.

"El autoerotismo es algo que nos permite conocernos, aprender qué es lo que nos gusta y así tener una vida sexual más plena. Hay muchas mujeres que teniendo relaciones sexuales en pareja jamás sintieron un orgasmo, porque no conocen su propio cuerpo. En las sociedades latinoamericanas, la masturbación es algo casi machista, exclusivo de los hombres. En la sociedad norteamericana y en la europea, por el contrario, es algo más abierto y natural, pese a la presión de la Iglesia de considerarlo pecaminoso", afirma Sofía*, una de las fundadoras de la red.

Los encuentros se llevan a cabo cada mes durante dos o tres días seguidos y participan las 11 primeras mujeres de la lista que respondan la invitación, más la dueña de casa que presta su hogar para la sesión. Cuando el grupo está completo, todas se desvisten y se ubican en colchonetas frente al televisor en donde se muestran videos eróticos.

En una mesa cercana reposan juguetes sexuales, vibradores, preservativos y alcohol en gel para limpiar los artefactos. Generalmente, las que asisten por primera vez suelen mirar y cuando entran en confianza, empiezan a masturbarse. Ninguna está obligada a interactuar con otra participante, pero en algunos casos el ambiente está tan cargado, que es posible ensayar y explorar en el área del sexo grupal.

La discreción es total. En la lista de autoerotismo, salvo las cinco moderadoras, ninguna otra integrante sabe nombre, apellidos, estado civil y demás datos personales del resto de miembros. Tampoco se divulga el tipo de material erótico que se solicita. La ubicación de la casa es secreta y sólo la conocen aquellas mujeres que harán parte del encuentro.

Para mayor seguridad, las participantes deben mostrar un examen de VIH  y ETS y se prohíbe el consumo de alcohol, drogas y cigarrillo durante la sesión. "En las reuniones hay definitivamente un doble juego, el de ver y mostrar, el de querer mirar y ser visto. Pero también es un  juego de aprendizaje. Cada mujer es un mundo, tanto en su cuerpo como en sus maneras de gozar", confiesa Sofía, quien considera que cada vez hay más mujeres dispuestas a vivir su sexualidad sin tapujos.

La masturbación, como señala Mariam Alizade, médica y sicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina, es una actividad que ha ido perdiendo la connotación de pecado y pertenece a una intimidad permitida. Si bien la exploración y la activación del propio cuerpo erógeno es una ventaja, la doctora considera que en caso de presentarse una fijación a esta forma de satisfacción sexual, podrían surgir dificultades al momento de pasar a una sexualidad adulta, que es relacional y compartida.

Hasta el momento las chicas del grupo no han percibido malestar en sus compañeros. "Mi pareja lo sabe y le parece perfecto. Hasta fantasea con eso, me pregunta, me pide que le describa cómo es todo cuando me masturbo y las miro. Creo que para un hombre, la idea de que 12 mujeres participen en una masturbación colectiva es increíblemente excitante", asegura Mariana.

Gustavo*, el ex esposo de Sofía, tampoco tiene reparos: "Ella siempre fue sexualmente activa, aunque quizás el cambio que pueda llegar a notar es que está más libre en cuanto a la experimentación, tanto en el nivel pasivo, dejarse hacer, como en el  activo, llevar ella misma la iniciativa".

Lo que sucede en Argentina no es un caso aislado. Desde hace un par de años, el tema de la masturbación femenina ha ido sumando seguidoras en todo el mundo. Prueba de ello son los portales http://www.the-clitoris.com/; www.vaginarts.com;