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Alcaldes y gobernadores: a vacunar contra el populismo

Los hechos hablarían por sí solos sobre la bondad del modelo. Los resultados han sido incontrovertibles: en Colombia, por ejemplo, la pobreza multidimensional era de 61 % en 1997 y en 2022 estaba en 12 %.

Francisco José Mejía
5 de enero de 2024

Dice Cayetana Álvarez de Toledo que el inusitado crecimiento de la izquierda reaccionaria neomarxista de los últimos años se debe a que luego de la caída del Muro de Berlín se dio por sentado que el debate político sobre la superioridad del modelo democrático de separación de poderes con economía de mercado y su conjunto de libertades, estaba zanjado. Razón por la cual, los líderes de las democracias liberales entendieron que bastaba con nombrar tecnócratas para gestionar bien la economía y la provisión de bienes públicos; los hechos hablarían por sí solos sobre la bondad del modelo. Los resultados han sido incontrovertibles: en Colombia, por ejemplo, la pobreza multidimensional era de 61 % en 1997 y en 2022 estaba en 12 %; sin embargo, el modelo que ha logrado todo eso se tambalea luego de que la extrema izquierda ganara las elecciones con Petro, y lo mismo ocurrió en Chile. ¿O cómo explicar que habiendo construido un sistema de salud exitoso, de colaboración público-privada, que es envidia de la región, ahora se esté destruyendo con el superfluo y panfletario argumento de que “la salud no puede ser un negocio”? ¿Qué salió mal? Pues que los políticos, por ignorancia, a veces, y también por una vergüenza inexplicable, renunciaron a defender el modelo, pero también hicieron lo propio los altos funcionarios del Estado. Mientras tanto, la extrema izquierda no descansaba haciendo política con su narrativa disolvente, antisistema y de odio de clases. Perdimos por W, no comparecimos al debate. Por eso no tuvimos los anticuerpos necesarios cuando el virus del populismo nos invadió, y hoy Colombia está enferma.

Es necesario que los alcaldes, los gobernadores y sus gabinetes, que tanta esperanza despiertan en Colombia por estar alejados de esa izquierda reaccionaria, asuman su responsabilidad como líderes políticos de defender nuestra democracia haciendo pedagogía. No basta con hacer buenas obras, con ser honestos, con mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos; también deben defender una visión de país consistente con la democracia liberal. El mejor legado que les pueden dejar a sus ciudades es una cultura democrática vacunada contra populismos divisorios. ¿Qué saca Bogotá con elegir por cuatro años a un buen alcalde como Enrique Peñalosa, si luego se sume en ocho años de populismo con Petro y Claudia López? ¿O qué sacamos eligiendo alcaldes comprometidos con la seguridad y la generación de empleo si un presidente populista como Petro les da ventajas a los bandidos y hace todo por destruir la economía? Es un desafío existencial para nuestra democracia asumir su defensa política, como decía Hayek, barruntado el problema que nos aqueja: “Todo liberal debe ser un agitador”.

Ya no puede existir la disyuntiva entre técnicos o políticos: todo aquel que aspire a altos cargos públicos debe tener la solvencia técnica necesaria para desempeñar su función y la capacidad de hacer política, pero no en el sentido de repartir puestos y contratos a la politiquería, o política electoral, sino en el sentido de tener la capacidad de defender a las empresas, al respeto a la autoridad, a las libertades económicas, a la separación de poderes, al sistema de salud o a la fraternidad entre empleadores y empleados. Alcaldes y gobernadores deben ir a las universidades a explicarles a los jóvenes que quien les diga que los empresarios son malos y que solo en un Estado benefactor, omnipresente y todopoderoso pueden realizarse como personas, los está engañando, que el odio de clases es un truco de los políticos populistas para conseguir votos y que los jóvenes no pueden rendir su irreverencia y sentido crítico a ninguna ideología lavacerebros. Sólo así crearemos como sociedad los anticuerpos que nos salven del virus populista que hoy nos amenaza como nación y nos mantenga protegidos.

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