
Opinión
Desmesuras petristas y realidades coloniales en Osaka 2025
Es la conocida relación comercial entre una economía capitalista desarrollada como la japonesa con una neocolonial y semifeudal como la colombiana.
Nada retrata mejor a Petro que la ruidosa publicación en la red social X sobre los supuestos éxitos comerciales de Colombia en Expo 2025 Osaka. Peor que los gazapos sobre los 1.300.000 millones de personas que han visitado el stand instalado por ProColombia o los 10 millones de toneladas de lechona dispensadas –desde abril hasta septiembre–, es la concepción que refleja este presidente sobre la política nacional de comercio exterior.
Para esclarecer las erróneas teorías petristas, empecemos por poner las cosas en sus reales dimensiones. Si se acoge como dato cierto los 1.300.000 millones de visitantes al sitio de Colombia en Expo 2025 Osaka en los 150 días que han corrido desde la inauguración a mediados de abril, son 8.666 por día. Como hay 200.000 visitantes diarios a toda la feria, el resultado crudo es que solo uno de cada 23 ha visto la oferta nacional. (https://www.japantimes.co.jp/news/2025/09/08/japan/osaka-expo-daily-visitors-record-high/)
Este número pone ya un límite a las desmesuradas noticias petristas, en especial a la decena de millones de toneladas de lechona que proclamó como la gran hazaña de su delegación comercial en esa feria de Osaka. Quedaron reducidas a solo una decena de toneladas que, dispensadas en porciones de 250 gramos, arroja apenas 40.000 servidas en el lapso trascurrido, un máximo de 300 platos diarios que, como se supo en diálogo con el fabricante, radicado en Japón, no tienen ni un solo ingrediente colombiano (Blu Radio /8/9/25).
Más grave aún que esta manía de ostentar sin contemplación, de mentir sin consideraciones, son los insignificantes resultados reales que Petro, en medio de su delirio, cree sobresalientes, Por ejemplo, hablar de 150.000 tazas de café, que les parece una fantasía a Petro y a sus funcionarios, son 1.000 al día, por lo que son solo 25 libras diarias, ya que cada cual rinde para 40 unidades. Es decir, el consumo de total de café ha sido equivalente a menos de 50 sacos de café verde, de los 12 millones que exporta Colombia.
Igual pasa con los aguacates, de los que resalta que se transaron 11 millones de dólares. En 2024, las exportaciones totales de Colombia de este producto a todo destino fueron 309 millones de dólares por 138.315 toneladas; es decir, a razón de cerca de 2.250 dólares por cada una. Significa entonces que el resultado de la ronda en Osaka no son más que 4.500 toneladas de ese fruto, un máximo de 12 contenedores, que es escasamente el 3,5 por ciento de las exportaciones anuales. Mucho ruido y poca pepa.
¿Cuál es la política comercial detrás de las proclamas mercantiles de Petro? El intercambio con Japón sirve para ilustrarla. En 2024, Colombia exportó a ese país 509 millones de dólares, con un valor compuesto principalmente por 177 millones en café; 181 millones en combustibles (principalmente briquetas de carbón); 48 millones en flores; 33 millones en alimentos y bebidas (extractos de café); 26 millones en fundición de hierro y acero (ferroníquel) y 15 millones de dólares en productos químicos. La clásica canasta colonial de bienes primos y sin valor agregado (Dane).
A contramano, las compras a Japón en 2024 sumaron 1.452,7 millones de dólares, casi tres veces las ventas de Colombia a ese país; lo que, de entrada, arroja una balanza comercial negativa, un déficit para Colombia, de -868 millones de dólares, el octavo mayor entre los países con intercambio.
¿Qué importamos a los japoneses? Casi la mitad, más de 600 millones de dólares, en una amplia gama de vehículos automotores, desde sencillos hasta de transporte pesado. Participan también piezas y repuestos, neumáticos, maquinaria, acero plano y hierro laminado en caliente, bienes electrónicos y referencias químicas como pesticidas, vacunas y toxinas, y compuestos orgánicos. Todos son productos manufacturados y con valor añadido.
Es la conocida relación comercial entre una economía capitalista desarrollada como la japonesa con una neocolonial y semifeudal como la colombiana, que se rige por el canje entre productos de mayor complejidad tecnológica por géneros básicos agrícolas y minerales, que obedece a una inequitativa división del trabajo internacional.
Lo más insólito es que Petro, al anunciar que se dio información sobre 700 referencias o códigos arancelarios de los más de 7.000 que hay en el universo comercial, solo el 10 por ciento, crea que tan asimétrica estructura comercial se equilibra con aguacates, como lo predica desde 2018, con lechona y similares y más café, y también prescindiendo de los combustibles.
En último término, tiene la misma visión mercantil que sus antecesores, que con desequilibradas aperturas y desbalanceados TLC reforzaron la impronta colonial al comercio exterior de Colombia. Se entiende ahora por qué no los renegoció, según lo prometió en la campaña presidencial en 2022.