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El Pacto de Desarrollo del Milenio

Andrés Ramírez, politólogo internacionalista y director técnico del Consejo Gremial Nacional, escribe sobre la importancia del Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003, que publicó hace poco el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Pnud y cuyas propuestas se centran en mejorar la calidad de vida con aspectos como la reducción de la mortalidad infantil o el control de las principales enfermedades como el sida, para lo que según el autor se necesita algo más que "voluntad política".

Semana
18 de agosto de 2003

Aproximadamente hace dos meses, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Pnud, publicó en la ciudad de Dublín (Irlanda) el Informe de Desarrollo Humano Mundial 2003, el cual pasó casi inadvertido para los colombianos a pesar de su trascendencia e impacto en la formación de las políticas públicas y, del leve mejoramiento presentado por el país en esta inspección del organismo internacional.

Para iniciar la argumentación, es necesario preguntarse qué es el desarrollo humano y cuál es su verdadero impacto. Para citar textualmente a las Naciones Unidas, el desarrollo humano "es la ampliación permanente de las oportunidades para que todos podamos tener una vida plenamente humana. Estas oportunidades incluyen vida larga y digna, acceso al conocimiento, bienestar material y participación activa en los asuntos colectivos". Si bien esta definición plantea los derroteros para que los Estados alcancen un nivel de desarrollo adecuado, es necesario advertir que éste se debe plantear homogéneo a otras variables como educación, salud, ampliación y profundización de las tecnologías y el rol de las instituciones públicas en las instituciones modernas.

Habida cuenta de esta definición, resulta inaplazable para nosotros los colombianos asumir el reto de presentarnos, con profundidad frente a este tema: El Desarrollo.

En este breve artículo comentaré algunos de los resultados más significativos del Informe de Desarrollo Humano, teniendo en cuenta que para Colombia se está redactando uno propio bajo la dirección de Hernando Gómez Buendía, el cual deberá estar listo para las primeras semanas del mes de septiembre.

La definición antes enunciada, debe enmarcarse en una serie de esfuerzos que a nivel internacional se han producido con el objetivo de abordar las aristas que componen el Desarrollo; en el año 2000 los Estados miembros de las Naciones Unidas suscribieron la Declaración del Milenio, mediante la cual se comprometían a reducir la pobreza extrema, a garantizar altos niveles de matriculación escolar y a detener la propagación del sida para el año 2105. En cumplimiento de esta Declaración, que sobra subrayar su importancia, sobre salen los ocho Objetivos del Desarrollo del Milenio, mediante los cuales se definen una serie de retos para los gobiernos en procura de armonizar los canales de acceso al Desarrollo de los pueblos y las naciones. Otro de los instrumentos internacionales que resulta de una amplia congruencia es el Consenso de Monterrey, en el cual se ratificaron los compromisos de la Declaración del Milenio, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo, firmada en marzo de 2002, mediante la cual se establece un compromiso de una parte de los Estados del sistema internacional para generar mecanismos de desarrollo sostenible con el apoyo y el soporte de su cooperación.

En este tema hay algunos analistas de la economía internacional, que inclusive mencionan y relacionan el lanzamiento de la Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio, OMC, con los Objetivos del Desarrollo, sustentado en el argumento que el comercio internacional es uno de los eslabones fundamentales para encontrar el crecimiento sostenido, la diversificación de los aparatos productivos y el acceso a los mercados internacionales. Podemos darnos cuenta de esta manera, que la jurisprudencia internacional sobre los mecanismos de desarrollo son amplios y prolijos, teniendo en cuenta que acá no se han mencionado las diversas Declaraciones o Resoluciones que en el sistema interamericano se han producido con efectos sobre éste tema de estudio.

Sin embargo y a pesar de los esfuerzos logrados, se necesita mucho más que voluntad política para cumplir con los Objetivos, pues muchos de ellos necesitan de un Estado, que como Institución, genere un mejor aprovechamiento y asignación de los recursos los cuales deben ser entendidos de manera amplia y general de ahí que no sólo es necesario que el Desarrollo sea adecuado a los niveles de gestión de las instituciones y de los gobiernos, sino que al mismo tiempo se encuentre una alta correlación con los procesos de cooperación internacional que requieren las Naciones que presentan ingresos bajos y medios.

Así pues las cosas, lo importante es materializar las propuestas signadas en compromisos reales que garanticen el cumplimiento de las estrategias y objetivos identificados. Para ilustrar la discusión, quisiera simplemente recordar algunos de los objetivos del Desarrollo Humano y los retos que ellos significan con el propósito de contextualizar el tema: luego para obtener una vida larga y digna se requiere reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y combatir las principales enfermedades entre las que se encuentra el sida y las enfermedades respiratorias de los niños. En materia de educación se demanda acceso a la enseñanza universal sin distingo de género y condición económica; así como de sostenidos niveles de crecimiento económico que solidifiquen, profundicen y aprovechen las innovaciones científicas y tecnológicas.

En todo esto ¿dónde está Colombia?. De acuerdo con las mediciones hechas por el Pnud, nuestro país ocupó el puesto 64 entre 175 Estados, somos un Estado de desarrollo humano medio, mejorando 4 puestos respecto del último Informe de Desarrollo Humano, IDH. Si se examinara el comportamiento del IDH de Colombia desde 1975, se puede observar un crecimiento constante de este indicador, pasando de tener un IDH de 0,6 a finales de la década de los 70 a 0,77 en el 2003; si Colombia no hubiera mejorado su indicador de desarrollo humano y hoy tuviéramos una calificación de 0,6 estaríamos ubicados en el puesto 112 con países como Tayikistán, Indonesia y Honduras, es decir casi 60 puestos más abajo. La esperanza de vida al nacer hoy día es de 71 años, 4 años más que en Brasil, país que nos sigue en la clasificación en el informe del año 2003.

Sin embargo es interesante hacer una comparación de los resultados económicos, el crecimiento del PIB per cápita en Colombia entre 1975 y el 2001 fue de 1,5% y para la década de los noventa fue de 0,8%, en tanto un país como Malasia, que durante largos años sufrió un crudo conflicto armado interno, presentó casi el doble de crecimiento, para el periodo 1975-2001 el PIB per cápita creció 4,5% y entre el 90-01 creció al 3,9%, momento en el que se consolidó una expansión de su economía; luego esto confirma necesariamente, tal y como lo señala el Pnud, que un mejoramiento del desarrollo humano, debe estar asociado con fuertes y sostenidos crecimientos económicos. Colombia logró reducir la inflación del 19,5% al 8,7%, tarea en la cual se necesitó casi una década y apretones fiscales muy fuertes.

Países como Corea y Singapur, comprueban lo que ya he afirmado, estos países mostraron crecimientos constantes en el mismo periodo y su PIB per capita fue del 6,2% y 5,1% respectivamente, lo cual se logró gracias a un modelo de desarrollo que unió la empresa privada, la academia y las instituciones del Estado, generando el llamado "milagro del río hang".

Infortunadamente o afortunadamente para Colombia, no todas las estadísticas tienen buenas noticias y, digo afortunadamente, porque esto demuestra que los formadores de las políticas públicas en el país tienen grandes restos por delante. Tanto en ciencia y tecnología, como en educación el país tendrá que hacer verdaderos esfuerzos monumentales, de acuerdo con la estadística, Colombia muestra uno de los porcentajes de inversión en educación como proporción del PNB más bajos, sólo comparables con países como Madagascar, Uganda o Turquía quienes invirtieron en educación igual o menos al 2% del PNB. En ciencia y tecnología la necesidad de profundizar y penetrar en la sociedad con sus usos y aprovechamientos debe ser sin lugar a duda una prioridad, en el país por cada mil habitantes hay 27 usuarios de Internet y por cada millón de habitantes tenemos 101 científicos o ingenieros (datos expresados para los años 2000 y 2001), dos variables que miden el nivel de innovación y aprovechamiento tecnológico, que sin duda es muy bajo.

Por lo tanto es necesario que el gasto en investigación y desarrollo aumente en el futuro próximo, pues tanto de la educación, como de la investigación y la tecnología, se puede alcanzar un mejor desarrollo integral y armonizado con las prioridades y requisitos del contexto internacional, acompasado con los Objetivos de la Declaración del Milenio y del Pacto por el Desarrollo que incorpora esta reciente edición del IDH 2003.

Tarea que debe ser acompañada por un análisis profundo de los resultados para Colombia del Informe Mundial de Desarrollo Humano y, del Informe Nacional de Desarrollo Humano, que en la presente edición analizará el efecto del conflicto armado interno en el desarrollo de los colombianos y colombianas.

*Politólogo internacionalista y director técnico del Consejo Gremial Nacional

El columnista habla a título personal y no del Consejo Gremial Nacional

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