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ANÁLISIS

La rectificación del fiscal

¿Por qué Montealegre cambió de parecer y aceptó que el interrogatorio a David Zuluaga sea en Estados Unidos?

Armando Neira
27 de enero de 2015

En medio de la avalancha informativa producida este martes –fricción en las relaciones bilaterales con Venezuela, guerrilleros que en el futuro podrían ser policías, presidente vs. Procurador–, el fiscal general de la Nación rectificó y aceptó que David Zuluaga rinda su interrogatorio en Estados Unidos, donde estudia un doctorado.

Se trata de una decisión que desactiva una polémica que nunca se debió producir. Como pocas veces ocurre con nuestra polarizada sociedad, en esta ocasión ha habido consenso entre editoriales y columnistas en sentenciar que a Eduardo Montealegre se le estaba yendo la mano en su forma de tratar al excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga y a su hijo David.

Primero el llamado a interrogatorio en una entrevista en La W que dio pie para que a Montealegre le bautizaran como director del Sistema Radial Acusatorio, ingeniosamente pintado por el maestro Osuna, y después, su insistencia para que David pasara por el búnker este jueves. “La única razón para hacerlo venir es que lo van a detener”, argumentaban muchos analistas reforzando la idea de que el Fiscal no estaba al frente de un proceso penal sino cumpliendo un objetivo político en contra del Centro Democrático. “No lo detienen, pero lo que busca Montealegre es ponerlo allí para que le tomen la vergonzosa fotografía entrando al búnker”, añadían otros.

La discusión –como buena parte de los hechos que ocurren en Colombia– se quedó en la forma. Y no en el fondo, que es realmente lo trascendental. ¿Cometió un delito David Zuluaga? La Fiscalía pretender sentarlo en el banquillo con la intención de establecer si él tenía o no conocimiento de los delitos confesados por el hacker Andrés Sepúlveda de que interceptó las cuentas de correo electrónico de Pacho Santos cuando Zuluaga competía con él en la convención uribista y aceptó que sobornó a miembros de Inteligencia para obtener información reservada que posteriormente utilizó para diseñar una página web con el fin de desprestigiar los diálogos de La Habana. ¿Sabía el hijo del aspirante presidencial de estas acciones delictivas? ¿A quién obedecía el hacker? ¿Actuaba como una rueda suelta en un equipo que aspiraba a gobernar al país?

Carlos Álvarez, contador de la campaña, aseguró ante el ente acusador que el hijo del entonces candidato hizo varias transacciones bancarias a favor del hermano de Sepúlveda - Luis Carlos Sepúlveda- por un monto de 230 millones de pesos. El giro, que no quedó consignado en la contabilidad de la campaña, está en los registros que el Centro Democrático entregó al Consejo Nacional Electoral en donde aparece que la campaña le adeuda a David esos 230 millones. La Fiscalía encontró otros dos pagos adicionales por cerca de 100 millones, uno de los cuales se hizo cuando Sepúlveda ya se encontraba detenido. ¿Por qué David Zuluaga, quien fue nombrado representante legal de la campaña por su padre, hizo estos pagos? ¿Por qué giro los millonarios montos cuando el país ya estaba metido en un escándalo mayúsculo y la presencia del hacker era habitual en las secciones judiciales de los medios de comunicación acusándolo de gravísimos delitos contra la seguridad nacional? ¿Dónde está el contrato firmado entre la campaña y el hacker? ¿La plata la prestó David a la campaña? En fin.

Esas son algunas de las preguntas de fondo que David Zuluaga debe contestar ante la Fiscalía. Y él ha dicho que es lo que hará pero solicita le permitan hacerlo vía Skype o en un consulado en Estados Unidos para no entorpecer su calendario académico en la Universidad de Princeton. Una petición razonable en la que todos los generadores de opinión están de acuerdo. Sin embargo, ante la paliza recibida este domingo en todos los periódicos, revistas y programas de análisis, Montealegre interpretó que el asunto no era con él y se mantuvo inflexible.

Este martes, sin embargo, cambió de opinión. Es como si hubiera leído los periódicos y hubiera caído en la cuenta de que la majestad de su cargo le exige una profundidad sin límites a la hora de abordar los complejos temas que debe decidir, pero también una forma porque ostenta uno de los cargos más importantes en el funcionamiento del Estado. Sea como sea, en buena hora optó por anunciar que integrará una comisión para viajar a Nueva York a recibirle la declaración y permitirle explicar su versión de su relación con el hacker Andrés Sepúlveda. Eso es lo realmente importante.

*Director de Semana.com
Twitter: @armandoneira

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