La siniestra posverdad

Desde hace muchos años, la izquierda se ha impuesto como tarea tratar de legitimar la mentira como una verdad indiscutible, buscando —de una parte— desprestigiar al Estado y a sus instituciones, mientras que —de otra parte— intentan descalificar a los adversarios y mostrar a los grupos de facinerosos como adalides en la lucha por los derechos y las libertades del pueblo, buscando convencer a muchos ingenuos con el pérfido discurso de que los males del país son causados por ‘una oligarquía que ha esclavizado a la clase trabajadora’.

El populismo de algunos dirigentes de izquierda, su perorata cargada de odio y promoción de la lucha de clases, además de las mentiras mal intencionadas pronunciadas ante audiencias populares cautivas, distorsionan deliberadamente la verdad y las realidades, buscan manipular la opinión pública, enardecer a la población y promover una gran polarización. Ello, sumado a las arengas para salir a la calle en respaldo de pretensiones ideológicas del presidente, se convierte en una bomba de tiempo que al estallar generará una guerra civil.

A través del tiempo se distorsiona el verdadero valor de la historia y esta es orientada según los intereses de quien la escribe; la izquierda se ha caracterizado por deformar los hechos acomodando la verdad según sus propios afectos, desfigurando la realidad y encubriendo a quienes se han colocado al margen de la ley. La historia que les han contado a las nuevas generaciones está condicionada por la ideología socialista que tanto daño ha causado a Colombia desde antes de la Guerra Fría; esta posverdad hace que lo malo sea bueno y lo bueno sea objeto de rechazo.

La posverdad de la realidad política, social, económica y de violencia que ha vivido el país durante los últimos cinco decenios, manipulada y ampliamente impulsada desde las aulas por profesores cautivos por una izquierda recalcitrante, ha sido una de las causas por las cuales muchos colombianos engañados por la demagogia y falsas promesas de los ‘progres’ eligieron en 2022 un jefe de gobierno militante de la ideología marxista leninista, con las nefastas consecuencias que esto ha traído y traerá para toda la nación.

La juventud cree que la violencia que estamos viviendo es fruto del robo de un par de gallinas y no causada por los efectos de la lucha ideológica entre dos potencias mundiales, en que el comunismo logró seducir a incautos y ambiciosos individuos para que se dedicaran al pillaje, la depredación y destrucción en nombre de esta ideología política; la mentira permite que muchos piensen que el asesinato de casi 100 personas en el asalto del M-19 al Palacio de Justicia fue causado por un ejército violador de libertades y no como el ataque de bandidos del M-19 aliados con los narcotraficantes para tratar de impedir la extradición.

Muchos colombianos, influenciados y alienados por la siniestra posverdad, no reconocen el daño que ha causado a la sociedad el intento de imponer por la fuerza el comunismo, pues se han afectado la economía, el desarrollo y el progreso del país; asimismo, la prosperidad de los ciudadanos, debido a delitos incubados por la ideología izquierdista como el secuestro, el asesinato, el boleteo, la extorsión, el abigeato, el narcotráfico, la corrupción, la impunidad ante crímenes de lesa humanidad, llegando inclusive a contaminar vergonzosamente la política, creándose un tenebroso entramado criminal.

La memoria histórica que debería registrar imparcialmente la agresión del comunismo contra el Estado está siendo contada a su manera por los siervos de la izquierda, así como la verdad que tratan de implantar con la JEP impuesta por las Farc, en la inadmisible negociación que rechazó el pueblo colombiano y que fue impuesta por Santos en una decisión dictatorial. Ello será parte de la bibliografía que obligarán a estudiar a los jóvenes en el próximo futuro, tratando de destruir las instituciones para reinar sobre las cenizas del país que hoy están destrozando.

Es siniestro lo que está sucediendo en Colombia con la divulgación de una verdad amañada sobre las causas y consecuencias de la guerra que ha tenido que enfrentar el país durante más de 50 años por cuenta del socialismo en todas sus tendencias y manifestaciones, tratando de imponer con la violencia de las armas, con el terrorismo, con la violación del orden constitucional y con la manipulación de la historia, una ideología política que ha fracasado en el resto del mundo.

Colombia no ha sido derrotada por la delincuencia organizada, pero esta es la que está contando la historia falseada y nadie se pellizca ante este atropello. ¿Qué futuro nos espera?