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¿Más médicos?

¿Cuál es la disponibilidad de talento humano y cómo ha crecido en los últimos 30 años? En 1990 se estimó que el mercado laboral disponía de 35.000 médicos. Ese número tardó 20 años en duplicarse, pero en 2024 se cuadruplicará.

24 de abril de 2023

Más allá de las ostensibles fallas en el diseño técnico de la reforma, los recursos limitados ponen en alto riesgo su viabilidad: los financieros, gran duda que no termina por resolverse, y los recursos humanos. Si no hay recursos humanos suficientes y con las competencias necesarias, la reforma -en caso de ser aprobada- puede quedar en el papel. Poco se ha profundizado en el asunto más allá de las reiteradas imprecisiones del presidente, quien en múltiples ocasiones ha atribuido, de forma equivocada al sistema de salud, la menor disponibilidad de frente a otros países de la Ocde.

¿Cuál es la disponibilidad de talento humano y cómo ha crecido en los últimos 30 años? En 1990 se estimó que el mercado laboral disponía de 35.000 médicos. Ese número tardó 20 años en duplicarse, pero en 2024 se cuadruplicará, lo cual indica una tasa de crecimiento importante. Según estimaciones del Ministerio de Salud, en 2023 hay 137.700 médicos laborando en Colombia. El número de enfermeras profesionales se ha cuadruplicado en los pasados 20 años, pasando de 22.900 en 2003 a 91.000 en 2023. Pasamos de 1,1 médicos por mil habitantes en 1990 a 2,7 por cada mil colombianos.

Prácticamente se triplicó el número de profesionales en el país desde el 2001. Crecimos de 151.000 profesionales en el sector salud a 457.000 en 2023. Hoy la fuerza laboral del sector es de 1.004.000 trabajadores, de los cuales 505.000 son auxiliares no profesionalizados. El sector salud ocupa el 5 % de la fuerza laboral y aproximadamente el 11 % de la fuerza laboral formal en un país donde se estima que el 58 % trabaja en la informalidad.

El desempleo en médicos y enfermeras en Colombia es muy bajo, debido a que el sistema de salud absorbió prácticamente todo el recurso que egresa de las universidades. Durante mucho tiempo se criticó el crecimiento de facultades de medicina, hoy ese discurso parece ir en contravía, hasta para el propio presidente. Si se quieren expandir los servicios, el recurso humano será un limitante crítico.

La disponibilidad de recursos profesionales depende casi enteramente del sistema educativo, regido por la Ley 30 de 1992. La autonomía educativa que les concedió dicha ley ha sido el factor determinante de la disponibilidad. En general, para las universidades colombianas prima la calidad de los egresados sobre la cantidad y los requisitos mínimos que se exigen para los nuevos programas a través del registro calificado han logrado ese propósito. La calidad de los profesionales de salud colombianos es bastante buena, casi excelente.

Cuando los gobiernos de izquierda de Brasil y México quisieron impulsar programas de atención primaria, se enfrentaron a que no tenían los recursos humanos necesarios para dichos programas, lo cual los obligó a buscarlos en el exterior, particularmente en Cuba. Hoy hay cuestionamientos y demandas abiertas sobre esclavitud laboral, dado el mecanismo de retención de salarios que ha usado la isla para aprovecharse de los flujos de recursos de los países que reciben médicos cubanos. No parece un camino claro e internacionalmente respetable recurrir a dicho mecanismo para expandir el sistema de salud.

A esto se debe agregar que el mercado internacional, para los profesionales de la salud, se ha venido abriendo a pasos agigantados. Algo casi impensable en el pasado cuando la emigración de profesionales tenía bastantes limitantes. Ya muchos egresados colombianos han tomado nota y en los últimos años se incrementó varias veces el número de egresados de medicina que salen a buscar especialización en el exterior. Los países europeos han venido ofreciendo incentivos cada vez mejores para reclutar médicos de otros países. Alemania, por ejemplo, ofrece a los médicos facilidades para el aprendizaje del idioma y el rápido ingreso a la especialidad.

Dadas las marcadas diferencias en ingreso, es muy improbable que un médico colombiano entrenado en los Estados Unidos o Europa regrese al país. Naciones europeas como España, con menores niveles salariales, están enfrentando el desangre de profesionales calificados en salud desde los países del norte de Europa. El fenómeno seguirá creciendo dado el irremediable envejecimiento de los médicos más calificados en los países postransición demográfica.

Independientemente de la reforma, Colombia debe abordar el tema de la disponibilidad y calidad de los trabajadores de la salud. Los avances del sistema también requieren repensar los perfiles de formación tanto a nivel profesional como tecnológico: hacernos preguntas difíciles como si el país, dados los avances que ha beneficiado la salud oral de las nuevas generaciones, requiere continuar creciendo sobre los 92.000 egresados de odontología. Profesión en la que el desempleo y subempleo son relevantes.

No podemos proyectar un sistema de salud que avance en términos de calidad, garantice la seguridad sanitaria y la salud digital si la mitad de la fuerza laboral no tiene entrenamiento a nivel técnico o tecnológico. El sector salud requiere nuevas profesiones y abrir nuevos campos de conocimiento en un ecosistema que cada vez se torna más sofisticado y agrega mayor tecnología. Una misión para estudiar y proyectar la oferta de talento humano en salud acorde con las necesidades y el futuro del sector salud parece inevitable.

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