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Educación Superior para todos: a construir sobre terrenos ya explorados

Alguna vez alguien me dijo que una de las promesas de campaña que más motivaba a los colombianos para votar por algún candidato, era ofrecer a los jóvenes la posibilidad de ingresar a la universidad.

Natalia Ariza, Natalia Ariza
9 de agosto de 2018

Desafortunadamente, esta no fue la promesa de campaña más destacada de las pasadas elecciones, pero sí debería ser uno de los retos del periodo del posconflicto.

La primera barrera para acceder a la educación superior de calidad, es el pobre resultado de la educación básica y media. En Colombia si eres pobre y asistes a educación básica y media de mala calidad, esto te cierra la puerta para poder acceder a la educación superior de calidad.

Así, la educación superior de Colombia ocupa el deshonroso segundo lugar, después de las pensiones y sin contabilizar los estudiantes del Sena, como el servicio público social peor focalizado. Pero esto parece no importar mucho, incluso para algunos académicos y políticos, es un honor desprestigiar el Programa Ser Pilo Paga –PSPP- diciendo que es un atentado contra la equidad, pues le quita los recursos a la educación superior pública, la cual hoy no garantiza el acceso a la educación de los más pobres, pero no se escuchan muchas alternativas para eliminar las barreras de entrada que se han puesto a los jóvenes pobres, que hoy se benefician o no del programa, para acceder a sus aulas.

Pero hay al menos dos cosas por hacer para romper el círculo dañino que mantiene a los pobres en un sistema educativo mediocre. El Congreso estableció la obligatoriedad de acreditar en alta calidad los pregrados para ser docente. Esta medida llevará al cierre de al menos la mitad de los programas de licenciaturas. Quedarán otros 200, los de mejor calidad. Debe cumplirse esta medida.

La segunda, es la reestructuración la educación superior. La primera puerta a tocar es la del Sistema Universitario Estatal –SUE-, especialmente las U que han logrado Acreditación de Alta Calidad. Este debe convertirse en el protagonista de esta gran reforma, no solo para pedir dinero y reclamar autonomía, también para analizar, crear y ejecutar el plan de ofrecer educación superior para todos. Por eso, el SUE debe involucrarse con lo que está sucediendo en el resto de la educación superior, el Sena y la educación media. He escuchado a las universidades decir que los estudiantes llegan sin las habilidades y conocimientos suficientes para hacer frente a sus requerimientos, pero he visto a muy pocos de estos quejosos trabajar con la educación media o el Sena.

¿Dónde se le podría ocurrir al SUE, que se abrirá el espacio para los 1,5 millones de cupos nuevos con la oferta de calidad que necesitamos? Para responder, se deben explorar opciones como crear los grados 12° y 13° en la educación media con contenidos guiados desde el SUE, algo que se asemeje al esfuerzo que está haciendo la Universidad Nacional con el Programa de Especial de Admisiones y Movilidad Académica – Peama- o el modelo de los Community Colleges de USA, entre otros.

Estas son alternativas que permitirían desarrollar el modelo de Educación Superior General –EduGen- de 2 años, que cierre la brecha de conocimiento requerida para acceder a la U, amplíe la capacidad de pensar y crear de los jóvenes, y luego estos contenidos puedan ser homologados para obtener una carrera profesional universitaria y/o técnica. Este modelo permitiría pensar estándares mínimos de calidad para la educación superior, así profesionales no se graduarán con niveles bajos de habilidades y conocimientos, como hoy lo muestran las pruebas Saber Pro.

Esa reforma abre a su vez un espacio para repensar el Sena, el cual fue creado hace 68 años para formar los operarios de la industria. Hoy, además es la puerta de entrada al mundo de la educación terciaria de más de 1 millón de jóvenes. Así que el modelo de EduGen debe aplicarse al Sena, donde también se ofrecería el ciclo posterior de formación de los profesionales técnicos de excelente nivel.

El gobierno de Santos creó las bases del Sistema Nacional de Educación Terciaria, el cual contiene los elementos para igualar las oportunidades de los jóvenes. Por tanto, el nuevo Gobierno nacional debería construir sobre estos terrenos ya explorados en Colombia y en el resto del mundo.

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