Home

Opinión

Artículo

Julio Londoño Paredes

Opinión

Se esfumó la identidad nacional

Colombia entre 1932 y 1934, liderada por Enrique Olaya Herrera, estuvo unida para enfrentar el conflicto de Leticia. Se proyectó ante el continente y el mundo, generando además internamente una identidad nacional que nos hizo crecer económica y políticamente.

1 de abril de 2022

Con ocasión de la invasión de Rusia a Ucrania, que el mundo sigue desde hace un mes en vivo y en directo, ha emergido la imagen de un pueblo que está enfrentando, con valentía y abnegación extraordinaria, la agresión de un vecino infinitamente superior.

De mano de un líder que de cómico de la farándula pasó a ser un héroe nacional y mundial, que ha inspirado a millones de personas. Si no hubiera sido así, ni los países de la Otan ni otros Estados habrían apoyado a Ucrania como lo están haciendo.

No obstante, que una buena parte de los habitantes de Ucrania hablan el idioma y tienen los mismos ancestros de su agresor, lo que no es común en el rompecabezas de Eurasia, ante todo son ucranianos. Tienen una identidad nacional que los une y los inspira.

Lo mismo que sucedió con Finlandia cuando afrontó, primero, la invasión de la Unión Soviética con el mariscal Mannerheim y, luego, la invasión alemana; con Paraguay que padeció sucesivamente las guerras de la Triple Alianza contra Brasil, Argentina y Uruguay, con Solano López, y posteriormente la del Chaco contra Bolivia, que acabaron con la mayor parte de la población masculina del país. En ella el mariscal Estigarribia surgió como el gran héroe nacional.

En Paraguay, además, prevaleció la identidad nacional, de la que hace parte la lengua guaraní. Algo parecido ha sucedido con Bolivia, a pesar de todos sus problemas: su lucha por la salida al mar y su ancestro aimara lo han hecho posible.

Los escoceses usan faldas de determinados diseños que los identifica y que les ha generado un sentido de autonomía, reconocido en el mundo.

El Perú, que tiene al quechua y a su ascendencia incaica como elementos básicos de su identidad nacional, está incorporando ahora a ella ―¡quién lo iba a pensar!― la cocina.

Colombia entre 1932 y 1934, liderada por Enrique Olaya Herrera, estuvo unida para enfrentar el conflicto de Leticia. Se proyectó ante el continente y el mundo, generando además internamente una identidad nacional que nos hizo crecer económica y políticamente.

Estudié en el colegio historia y geografía de nuestro país; aprendí literatura colombiana y tenía que recitar estrofas de los grandes poetas nacionales. Eso se esfumó y es para muchos ridículo.

El ejemplo de Ucrania nos ha hecho volver otra vez a reflexionar en la identidad nacional. Mientras eso sea así, no saldremos del laberinto.

Noticias Destacadas