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JOSÉ MANUEL ACEVEDO M.

¿Un nuevo oso de Santos?

La reforma política que Juan Manuel Santos está proponiendo y la fallida reforma a la justicia se están pareciendo demasiado.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
9 de marzo de 2014

Ni reforma educativa, ni reforma a la salud, mucho menos reforma a la justicia. El presidente-candidato que no pudo concretar ninguna de las ‘revoluciones’ anteriores inicia su campaña prometiendo una nueva reforma ahora frente a temas políticos y electorales.
 
Jamás se nos olvidará que la reforma a la justicia se convirtió en el más grande oso de esta administración, pero ¿acaso estaremos cerca de presenciar uno todavía peor en los inicios del nuevo gobierno?

La reforma política que Juan Manuel Santos está proponiendo y la fallida reforma a la justicia se están pareciendo demasiado. Ambas propuestas fueron cocinadas por Germán Vargas Lleras y compradas con ligereza por Juan Manuel Santos. Las dos enmiendas guardan identidad en algo más: en la reforma a la justicia querían congraciarse con los altos magistrados y en esta reforma política buscan seducir a alcaldes y gobernadores.

Aunque las dos reformas tengan elementos rescatables, deben pasar obligatoriamente por el Congreso de la República, con lo cual el mal augurio se convierte en perturbadora realidad, sólo que esta vez todo puede ser peor.

Santos no tendrá un parlamento de bolsillo. Su gobernabilidad está por ahora en cuestión y no llega con la chequera intacta como cualquier nuevo presidente. Si a eso se suma que salga reelegido con la mitad o menos de los votos con que ganó en las pasadas elecciones, su debilidad será aún mayor.

Pero supongamos que logra armar una versión 2.0 de la unidad nacional. ¿A quién le va a pedir los apoyos en el Congreso para acabar con la circunscripción nacional o el voto preferente? ¿Acaso a los más grandes electores de los partidos afines al Gobierno que han podido perpetuarse en sus curules justamente gracias a los incentivos perversos que ofrece este sistema? ¿O piensa pedirles a los congresistas de departamentos sobrerrepresentados que le mermen a su participación en el Legislativo en aras de la paz? ¡Sí… cómo no! 

Los parlamentarios no se van a dejar cambiar las reglas que les garantizan su supervivencia más allá del gobierno de Santos ni por toda la mermelada del mundo. ¿Y quién le va a ‘patinar’ estas propuestas al presidente en el nuevo parlamento? ¡No será Germán Vargas, en todo caso, que andará muy ocupado entregando casas y adjudicando vías!  

Igual que ocurrió con la reforma a la justicia, el ahora flamante candidato a la Vicepresidencia escurrirá el bulto cuando vea la causa perdida, y el presidente, que no puede salir corriendo, tendrá que cargar con un oso inaugural por cuenta de su ambiciosa –y en algunos aspectos buena– pero impracticable reforma política.

O Santos está prometiendo un revolcón en el sistema político-electoral que no va a cumplir una vez gane, o se está arriesgando a salir con un chorro de babas cuando su idea tenga que ser discutida en las comisiones primeras de Senado y Cámara.

No en vano el expresidente César Gaviria les advirtió algunos de estos fatales escenarios a Vargas y Santos en una reciente comida en Casa de Nariño, a instancias del señor Tony Blair. ¿Le harán caso al mandatario pereirano o seguirán adelante a riesgo de exponerse a un oso colosal? 

No tardaremos en conocerlo. Al fin y al cabo, si algo sabe este gobierno es dónde queda la reversa.
      


Twitter: @JoseMAcevedo    

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