Política
Felipe Zuleta lanza duras críticas contra Petro y advierte qué no hará en lo que resta de Gobierno: “Acabó con la izquierda”
El periodista habló con SEMANA sobre Gustavo Petro, el lanzamiento de su más reciente libro y las anécdotas que le revelaron las primeras damas.
SEMANA: A usted le dan garrote a toda hora por sus posturas en redes sociales. ¿No lo tiene aburrido ese asunto?
Felipe Zuleta (F. Z.): No, sabe que no. A mí ya me meten por la fila de la tercera, entonces no me afecta. Tampoco me meto en peleas y solo expreso mis puntos de vista. Pero en X hay un odio profundo, si uno dice buenos días entonces responden: viejo maricón cuáles buenos días, y así funciona. Yo lo tomo con humor, ahora estuve fuera de redes dos o tres años, pero es una herramienta de trabajo. La única pelea que tendría que recoger antes de morirme es, entre comillas, con Petro. En algún momento eso pasará porque la polarización no tiene sentido.
SEMANA: Pero es que en redes la gente puede opinar libremente y eso no es polarizar. Sus opiniones no deberían generar malestar, porque todo el mundo puede decir lo que quiera...
F. Z.: Sí, pero así no piensan los petristas y ellos no funcionan así. Ellos funcionan como el jefe. Coja usted los dos años de Gobierno de Petro y busque un trino amable, no lo hay. Y los petristas viven a la defensiva, porque el Gobierno resultó un fiasco y decidieron contratar con millones de pesos a los bodegueros en RTVC y volver eso en un canal de propaganda oficial. Yo los entiendo porque el Gobierno del cambio ni fue de cambio ni es un buen gobierno. Están enloquecidos.
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SEMANA: ¿Ya no habrá cambio?
F. Z.: El cambio era haber llegado, por ejemplo, a luchar contra la corrupción. Y los escándalos de corrupción en este Gobierno superan los del Gobierno anterior y al anterior y al anterior, pero con creces. El cambio era llegar con una coalición que el mismo Petro en una madrugada destrozó por su cuenta. El cambio era hacer unas grandes reformas que no pudieron, porque no tienen cómo hacerlas y ahora las pretenden meter por una Asamblea Constituyente que tampoco va a pasar nada.
SEMANA: ¿Qué piensa del presidente Gustavo Petro?
F. Z.: Que Petro perdió una oportunidad histórica, él hubiera podido haber hecho un gobierno de izquierda decente, progresista y de cambios que realmente sí se necesitan. Pero no, ya no lo hizo y se pegó un tiro en el pie con ese cuento de la Constituyente y creo que le hizo un daño histórico a la izquierda.
SEMANA: Pero hay quienes dicen que el presidente Petro quiere quedarse en el poder y que podría declarar un estado de excepción para meter allí los temas que él quiere hacer una Constituyente. ¿Lo ve así?
F. Z.: No puede hacerlo. Dentro del orden constitucional tiene que seguir el camino que establece la Constitución. Petro sigue en campaña, pero la gente que votó por él pensando que sí le iba a cambiar la vida efectivamente le cambió, pero para mal. A Petro le van a cobrar lo que no hizo, no lo que hizo. Ya no le queda tiempo para hacer todo lo que prometió. En nueve meses entramos en año electoral y no hará nada.
SEMANA: Y lo que no pasa en el primer año en el Congreso ya es muy complicado...
F. Z.: Muy complicado. En el segundo año, empezamos a cerrar lo que venía el gobierno anterior y a contratar las horas nuevas. En el tercer año, inauguramos lo que nos dejaron y en el cuarto año estamos en elecciones. Petro le hizo mucho daño a la izquierda colombiana y acabó con la izquierda colombiana. Eso es una lástima porque si hubiera hecho unos cambios realmente importantes, pero como a él le gusta es destruir sobre lo construido. Yo duré ocho años diciendo ojo con este tipo y ahí están las consecuencias.
SEMANA: Cambiemos de temas para hablar de su más reciente libro. ¿Por qué escribir sobre las primeras damas?
F. Z.: Nadie lo había hecho, hablé con el gerente de Intermedio Editores y le dije: oiga, se me ocurre este libro, pero va a ser jodido porque juntarlas a todas será complicado. Este libro tardó 12 o 13 meses en elaborarse y fue muy dispendioso, porque había que entrevistarlas a todas. A algunas ya las conocía, pero a otras no. No se trataba de hacer chismes, sino que ellas tuvieran la oportunidad de decir qué programas se habían hecho desde la Presidencia. Como dijo doña Lina Moreno: ellas son un objeto jurídico no identificado, porque ese cargo no existe.
SEMANA: ¿Y qué le dijeron?
F. Z.: Al principio hubo mucha desconfianza, porque dijeron: este tipo nos va a destrozar, porque no tengo propiamente el don de la discreción. Pero les dije que les mandaba los textos y empezábamos a corregir a cuatro manos. Finalmente, salió un producto que yo creo que les hace justicia a las primeras damas.
SEMANA: Aunque el cargo de primera dama no existe, las esposas de los presidentes han realizado labores importantes...
F. Z.: El país no ha querido dar el debate de si las primeras damas deben o no ejercer algún cargo público. Acuérdese de que por la Ley Cecilia, del año 60, el único cargo público que podía tener la primera dama era el de la presidencia de la junta directiva del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, pero al inicio del gobierno de César Gaviria esa ley se cayó en la Corte Constitucional. Y es un debate que se debería dar, porque después de trabajar con todas llegué a la conclusión de que el país no ha sido grato con ellas. Las primeras damas tienen una capacidad de unir esfuerzos grandísima.
SEMANA: ¿Alguna primera dama rechazó la propuesta del libro?
F. Z.: No, es increíble, porque para hablar con María Juliana Ruiz, Tutina de Santos y Jacquin Strouss tuve que llamar a los esposos. Llamé a Duque, a Santos y a Samper para pedirles ayuda. Los tres me dijeron que sí y ahí empecé con las entrevistas. Con Lina Moreno fue dificilísimo, porque a ella no le gusta el tema y es discreta. Llamé a su hijo Tomás Uribe y le conté, me respondió que sería muy difícil porque a ella no le gusta el tema mediático. Me dijo que hablara con Lía de Roux, esposa de Juan Martín Caicedo, porque ella trabajó en Presidencia y tuve la suerte de que la conocía, quedó en ayudarme y abrió el camino. Empezamos a hablar y me dijo que no porque era su vida privada, pero un día me llamó doña Lina y me dijo que sí, pero que le mandara 100 preguntas.
SEMANA: ¿100?
F. Z.: Le mandé finalmente unas 80 y las respondió con un sentido del humor maravilloso y muchas anécdotas. Como me comprometí con todas las primeras damas, le envíe el texto para que lo viera y así se hizo.
SEMANA: Y juntarlas a todas en el lanzamiento del libro era algo impensable...
F. Z.: La verdad es que esa no fue idea mía. Primero pensé que los expresidentes presentaran el libro de sus esposas, pero el expresidente Samper me dijo que era mejor con ellas. Llamé a Tutina de Santos y ella me dijo: le acepto, pero le propongo un reto y es que estemos todas las que están en el libro ahí sentadas. Ella me dijo que la foto en un momento de tanta polarización era maravillosa. Me puse en el trabajo una por una, y el argumento de Tutina fue definitivo para convencerlas. Ana Milena de Gaviria no estuvo, porque es embajadora en Egipto, pero mandó un video espectacular. Tampoco estuvo doña Nohra Puyana, pero también mandó video. Entonces, las reunimos a todas con excepción de Verónica Alcocer, porque nunca me quiso recibir.
SEMANA: Pero hay un capítulo de ella en el libro…
F. Z.: No la quise dejar por fuera, aunque confieso que el último capítulo del libro sobre Verónica es bastante desapacible con ella. Tanto es así que Roberto Pombo me regaña en el prólogo.
SEMANA: ¿Qué coincidencias encontró en las primeras damas?
F. Z.: Que todas hicieron programas importantes en épocas totalmente diferentes. Pero hay un tema en común que me llamó mucho la atención: en todos los Gobiernos y con todas las primeras damas hubo brujería.
SEMANA: ¿Cómo así?
F. Z.: Todas me lo dijeron. Por ejemplo, doña Lina me contó que no supo si les hicieron brujería. Ana Milena fue muy discreta en eso. Pero, mire, en la presidencia de Ernesto Samper encontraron brujería en el despacho del presidente de la República. María Juliana Ruiz encontró muñecos descuartizados debajo de los tapetes de la Casa de Huéspedes en Cartagena. Tutina de Santos, cuatro días antes de que llegara el papa a Colombia, encontró los velones del oratorio de la Casa de Nariño llenos de sal. Es decir, es un común denominador, que será uno de los grandes misterios de la historia inédita de Colombia: ¿cómo y en qué momento se meten para hacer brujería a las casas de los presidentes?
SEMANA: ¿Y qué más pasó con la brujería?
F. Z.: Toca leer el libro, pero a todas les pasaron muchos detalles graciosos y otros dramáticos, y también hay muchas anécdotas de esos años. Todas las primeras damas hicieron aportes maravillosos, aportaron en la edición del libro y el resultado es muy bueno.
SEMANA: ¿Cómo fue el encuentro de Lina Moreno y Tutina de Santos?
F. Z.: Ellas tuvieron varios encuentros, Tutina los relata en el libro, para hablar de los esposos. Pero ellas nunca se metieron en la pelea de sus maridos y tienen una relación cordial. Todas se sintieron muy cómodas.