Silvio Carrasquillo, exalcalde de Turbaco fue picado por el mosquito que transmite el chicungunya. | Foto: Archivo Particular

SALUD

La historia del representante a quien le dio chikungunya

Silvio José Carrasquilla fue picado por el mosquito que ha enfermado a más de 6.000 personas en el norte del país.

24 de septiembre de 2014

El mosquito transmisor del chikungunya, la enfermedad que postra a las personas, no respeta estratos sociales ni mucho menos políticos. Así lo dice el representante a la Cámara Silvio José Carrasquilla, quien durante una semana padeció las consecuencias de esta penosa enfermedad que llegó al país.

La historia no deja de ser sorprendente. En una de sus correrías por el municipio de Turbaco, departamento de Bolívar, y cuando estaba reunido con un grupo de profesionales de la salud para hablar de un hospital en ese pequeño municipio, el representante empezó a sentir los primeros síntomas: escalofríos, dolor en los músculos y en las articulaciones.

Las reuniones al aire libre terminaron tarde y con los primeros síntomas del malestar el representante sacó fuerza para llegar a su casa en la ciudad de Cartagena. Su escolta no sabía manejar, por lo que él tuvo que terminar el recorrido. “El cojín del carro me ardía como un put**”, dijo.

El representante saludó a su esposa y a su hija, se puso pijama y se abrigó con las pocas cobijas que encontró en una casa de tierra caliente. La niña pasó a darle las buenas noches, “papi, me quemaste”, le dijo con el acento cartagenero en el que las erres no existen, luego de tocarlo con la mano.

El dolor de cabeza, el mareo y las pocas ganas de comer se sumaron a los síntomas que obligaron a su familia a llamar a varios médicos, que tras el chequeo de rutina, determinaron que tenía la enfermedad del chikungunya. “Yo me eché a reír”, dijo. El virus en venganza lo postró en la cama dos días de los cuales no recuerda nada.

Dólex y acetaminofén fueron los medicamentos que aparecieron en su mesa de noche y los cuales tomó por más de una semana. En esos días comió y bebió poco y su única compañía fue un dolor intenso de cabeza.

“Si alguien quiere desearle el mal a una persona, le puede pedir que lo pique el chikungunya”, dice en la puerta de la plenaria de la Cámara en medio de carcajadas. Aunque lo cierto es que se pone serio cuando reconoce que es hora que se le preste atención al tema y pide que no se almacene agua.

“Yo fui uno de los que inauguraron el virus. Nunca en mi vida había sentido un dolor tan humillante”. La semana pasada tuvo que salir de la plenaria por el mareo. Las luces de los carros lo mortificaron durante el recorrido.

El representante ha sido un hombre todo terreno y sin miedos. Participó en un reality en el que fue finalista; le envió una carta al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para decirle que le regalaba un burro. El mandatario le respondió y agradeció que tuviera “un amigo en Colombia”. También cantó champeta y su video tuvo algunas visitas.


Silvio fue alcalde y concejal de Turbaco y, a sus 32 años se lanzó a la Cámara, pero ahora reconoce que nada le da más susto que la picadura de un mosquito.