Vehículos

Confirman primera región que echa para atrás meta de prohibir motores a combustión a partir de 2035: estas son las nuevas reglas

El gobierno ha señalado que es necesario analizar las condiciones del mercado para poder afrontar una transición más tranquila.

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28 de octubre de 2025, 3:38 p. m.
Tráfico en Estados Unidos.  Las ciudades más congestionadas del país.
(Photo by Kevin Carter/Getty Images)
Los carros ha combustión recibieron una oportunidad en Quebec, Canadá. (Photo by Kevin Carter/Getty Images) | Foto: Getty Images

El tránsito de la industria automotriz hacia la electrificación fue promovido, de gran manera, por la Unión Europea, donde se crearon reglas, normas y compromisos que vinculaban a los fabricantes de autos y los obligaba a dejar de producir motores a combustión a partir de 2035.

El propietario del vehículo eléctrico mostró que, tras doce meses de uso y con energía solar en casa.
El gobierno de Quebec, en Canadá, ha indicado que se debe analizar el mercado y entender las nuevas circunstancias. | Foto: 123RF

Si bien, el propósito fue aplaudido en un principio, hoy en día son varias las compañías que han pedido al gobierno replantear el 2035 como meta y dar un plazo más amplio para que el mercado se acomode a esta nueva tendencia.

Esta reacción se debe a dos factores: por un lado, la embestida china que ha inundado cientos de mercados con tecnologías limpias adaptadas a las condiciones particulares de cada región.

Por el otro lado, aparece la lentitud con la que algunos fabricantes han enfrentado esta transición, la cual le permitió a las productoras chinas sacar ventaja y estar dispuesta a cumplir la meta de 2035; de hecho, hay marcas de origen asiático que no incluyen dentro de sus portafolios motores a combustión.

Un fenómeno que no solo se vive en Europa

Este afán por fijar un plazo más amplio también lo están viviendo en Canadá, exactamente en la región de Quebec, provincia que tiene 8,9 millones de habitantes y cuyo gobierno tomó la decisión de cambiar los plazos para lograr el objetivo de la descarbonización del transporte.

Los vehículos eléctricos se cambian, en promedio, cada 3,6 años, mientras que los de gasolina llegan a durar más de 12 años en manos de sus propietarios.
Los vehículos eléctricos se cambian, en promedio, cada 3,6 años, mientras que los de gasolina llegan a durar más de 12 años en manos de sus propietarios. | Foto: 123RF

En este sentido, se ha conocido que allí no se prohibirá la venta de vehículos que operen con motores de combustión a partir de 2035, medida que será revisada en Europa en 2026.

La nueva apuesta, que busca ir en línea con los objetivos medioambientales, buscará que a partir de 2035 el 90 % de los vehículos vendidos en su territorio sean cero emisiones, categoría en la que caben los híbridos enchufables, los 100 % eléctricos y los autos a hidrógeno.

El anuncio lo hizo el ministro de Medio Ambiente, Bernard Drainville, y como era de esperarse ha causado un gran impacto a nivel global.

El argumento del funcionario va de la mano con lo que han expresado los representantes de varias compañías en Europa.

Según Drainville, la idea de esta medida es acoplarse a la realidad del mercado donde se evidencia el estancamiento en la venta de vehículos eléctricos y la carencia de una infraestructura sólida para las operaciones de recarga.

“Debemos mantener el rumbo, pero hacerlo de manera realista. Las familias necesitan opciones asequibles y el sector, previsibilidad”, fueron las palabras de Drainville.

La carga inalámbrica para carros eléctricos es una realidad, pero aún no está masificada.
La nueva medida permitirá incluir a los autos híbridos enchufables. | Foto: Getty Images

Según datos de Quebec, en el primer semestre de 2025 la venta de carros eléctricos significó el 17.8 % del total de matriculas, resultados menores a los esperados y los cuales se vieron impactados por el fin de algunos incentivos y subsidios y por la subida de los precios de algunos de los modelos más populares.

Esta medida busca dar un margen más amplio a los fabricantes ante la rapidez con la que tendrían que adoptar medidas para cumplir con los compromisos iniciales, poniendo en riesgo la cadena de suministro y empleos en los diferentes niveles de la industria.