Vida moderna
Alzheimer: descubren molécula que ayudaría a buscar una cura para la enfermedad
Esta enfermedad es un trastorno cerebral que paulatinamente destruye la memoria y la capacidad de pensar.
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El Alzheimer es una de los tipos de demencia más comunes en las personas adultas mayores. En Estados Unidos ocupa el séptimo lugar entre las causas principales de muerte. Aunque aún no hay una cura para esta enfermedad, diferentes científicos continúan en la búsqueda de avances que contribuyan a ello.
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Así es el caso del neurólogo Tony Wyss-Coray y su equipo de investigadores, quienes realizaron un experimento con ratones en el que descubrieron un avance que podría contribuir positivamente en la búsqueda de una cura para el Alzheimer.
El equipo de expertos encontró que los ratones viejos recuperan la memoria y la capacidad cognitiva luego de una inyección de plasma sanguíneo extraído de ratones jóvenes. “Esto probó que por la sangre corren dos tipos de moléculas: unas están en el plasma joven y activan la regeneración de los tejidos y otras están presentes en el plasma de ratones viejos e impiden esa renovación. Algunas de esas moléculas del plasma se están probando ya en ensayos clínicos con personas que sufren alzhéimer moderado”, explica El País.
En la investigación, el equipo de expertos sustituyó el plasma por el líquido cefalorraquídeo, el cual es la sustancia que baña el sistema nervioso y el cerebro. Tony Wyss-Coray, junto a los demás investigadores, extrajeron este fluido a ratones de dos meses y medio de edad (9 años edad humanos) y lo inyectaron en el cerebro a ratones de 18 meses (70 años de edad humanos).
“La transfusión hizo que roedores que no podían recordar una sencilla secuencia de eventos: primero se enciende una luz y después sufren una pequeña descarga eléctrica fueran capaces de recuperar esta capacidad. Al encenderse la bombilla se ponían alerta. Habían recuperado la memoria”, destaca El País.
¿Cómo prevenir el Alzheimer?
El Alzheimer es un trastorno cerebral que paulatinamente destruye la memoria y la capacidad de pensar. Según explican los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, en la mayoría de los casos los síntomas se presentan, por primera vez, mucho tiempo después en la vida del individuo.
No existe una estrategia que garantice al 100 % que no se desarrolle Alzheimer, sin embargo, un estilo de vida saludable puede contribuir a disminuir el riesgo. Por ejemplo, la actividad física tiene beneficios para el cerebro. Según indican los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, los estudios muestran que las personas que son físicamente activas son menos propensas a tener un deterioro de la función mental y tienen un menor riesgo a sufrir de Alzheimer.
Ejercitarse ayuda a combatir factores de riesgo de esta enfermedad, como lo es la depresión y la obesidad. Si se realizan mínimo de 30 a 60 minutos de actividad física a la semana, se puede obtener lo siguiente:
- En las personas sanas, conservar la capacidad de pensamiento, razonamiento y aprendizaje.
- En el caso de las personas que tienen Alzheimer leve o con un deterioro cognitivo leve, puede ayudar a mejorar la memoria, el razonamiento, el juicio y la función cognitiva.
- En los individuos que tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, puede ayudar a retrasar su inicio o ralentizar su avance.
- Aumentar el tamaño de la parte del cerebro asociada con la formación de la memoria (hipocampo).
Mayo Clinic menciona varios consejos para tener en cuenta en la rutina diaria:
1. Actividad mental: es importante mantener la mente en forma, como también se hace con el cuerpo. Tomar diferentes rutas para ir a un lugar, aprender un instrumento musical o un deporte son algunas de las opciones recomendadas.
2. Relaciones sociales: una buena forma alternativa para esto es establecer vínculos. Aprovechar los espacios en los que se puede hablar e interactuar ayuda a disminuir la depresión y el estrés, los cuales son dos factores que pueden contribuir a la pérdida de memoria.
3. Organización: el desorden contribuye a olvidar las cosas. Cuando la casa, el cuarto y otros espacios están desordenados, hay más posibilidades de no recordar dónde se dejaron ubicados los objetos. Una solución para esto es anotar los asuntos pendientes, las tareas, los compromisos, la lista de compra o utilizar una agenda electrónica. Se debe destinar un lugar exclusivo para las cosas que más se necesiten a diario, como las llaves, la sombrilla y la cartera.