Mandala significa círculo y es una técnica copiada de los hinduistas y budistas. | Foto: Tomado de Facebook

SALUD

Colorear mandalas, la estrategia para combatir el estrés

Colorear mandalas ayuda a lograr estados de concentración ideales, especialmente para aquellos niños dispersos y para ancianos con enfermedades como alzheimer.

17 de agosto de 2016

Mandala significa círculo y es una técnica copiada de los hinduistas y budistas, quienes la han usado durante siglos para representar el universo, el cosmos, y a manera de purificación para acercarse a la divinidad. “Es un reflejo de tu alma. Es una herramienta sagrada cuyo fin es generar alineación entre mente y corazón. Esto nos conduce a la introspección y tranquilidad”, explica la terapeuta Diana Cadena, fundadora del centro Om Shanti.

Actualmente, esta terapia alternativa ha tomado mucha fuerza, sobre todo por sus efectos positivos en el ánimo de las personas. “Cuando pinto un mandala olvido las presiones del día. Lo mejor es cuando lo veo terminado, cuando veo que hice algo hermoso, siento que puedo lograr cualquier cosa, alcanzar cualquier objetivo”, asegura Camila Márquez, quien empezó a pintar mandalas hace un par de meses, después de terminar una relación amorosa.

Experimentar paz interior es la principal promesa de los mandalas. “Me ayudó a superar mi tristeza y aumentar mi autoestima, que estaba muy golpeada”, dice Márquez. Otros beneficios de esta terapia son generar equilibrio interior al armonizar las emociones, aclarar la mente, ayudar a la concentración, contribuir a conciliar el sueño y a tener una cabeza más dispuesta para solucionar conflictos.

Por ello, esta forma de terapia ha sido muy útil en personas con padecimientos como ansiedad y estrés, en quienes tiene un efecto sanador. Pero también en pacientes con enfermedades terminales, o en diagnosticados con cáncer, para quienes resulta una manera muy efectiva de distracción y autoconocimiento. “Las enfermedades físicas son reflejo de un desequilibrio emocional. Al alinear tu mente y u corazón con la ayuda de las mandalas, puedes lograr cualquier cosa, incluso sanar esas dolencias”, asegura Cadena.

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Pero también como su objetivo es la meditación, ayuda a lograr estados de concentración ideales, especialmente para aquellos niños dispersos o ancianos con enfermedades como alzheimer, que necesitan fortalecer la mente. El gran atractivo de esta técnica es que es muy sencilla de practicar. Cualquier persona puede hacer un mandala, en el momento que decida y en el lugar que quiera. Lo importante aquí no es el resultado, sino el proceso.

La terapia con mandalas se hace en tres fases. La primera es de observación, pues mirar estas figuras irradia energía. La segunda es coloreando y en este punto, como explica Cadena, se puede hacer con una intención para que el alma se aliviane. “Cuando empiezas a crearlo, no se debe pensar en los colores, el mandala se hace solo porque está guiado por el alma. Si te gustó el resultado, la terapia funcionó”.

Finalmente, los más preparados están listos para crear sus propias figuras. “Me concentro demasiado cuando dibujo un mandala, eso me saca de este mundo y me calma porque no pienso en más, sino en el movimiento de mis manos dando color a las figuras”, concluye Márquez.