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Cinco notas de ciencia de esta semana

Microdosis para aumentar el rendimiento, Los ratones y el alzhéimer y el posible combate contra la resaca en las notas de ciencia de esta semana.

6 de enero de 2018

LSD, el psicotrópico más famoso de los años sesenta, se está convirtiendo en sinónimo de actividad cerebral. El uso de esta droga durante la contracultura se caracterizó por los fines lúdicos obtenidos con dosis entre los 100 y 200 microgramos del ácido. Ahora, con una décima parte de esa cantidad, académicos, científicos, artistas y profesionales de otros gremios están aumentando su capacidad de producción e incrementando la creatividad y la concentración en sus labores. Esta práctica, que comenzó entre algunos miembros de

Silicon Valley, ha consolidado una industria en la que incluso se imparten cursos, en Estados Unidos, Londres y Alemania, para aprender a aplicarse la microdosis sin riesgo de sobrepasarse. Para promover estos espacios, hay grupos en redes sociales como Microdosing Psychodelics en Facebook, o start-ups como The Third Wave. No es un secreto que desde 1943, cuando el suizo Albert Hoffman descubrió el ácido, se han adelantado estudios para probar sus beneficios. Hoy, las microdosis parecen ofrecer una solución arriesgada para responder en la sociedad del rendimiento, como reportan medios internacionales como El País de España y el diario británico The Times.

¿Es posible combatir la resaca?

Comida grasosa, plantas naturales y hasta medicamentos suele consumir la gente para tratar la resaca o el guayabo. Pero lo cierto es que aún es un misterio la solución más efectiva contra sus síntomas: dolor de cabeza, malestar estomacal y náuseas. No obstante, algunos métodos pueden ser un mito. En un artículo publicado por la revista Times, el profesor David Aizenberg, asociado de Penn Medicine, desmiente algunas creencias populares: tomar agua antes de dormir mejora algunos signos, pero es solo una hipótesis; ingerir Pedialyte pero su efecto es el mismo de cualquier otra bebida con electrolitos; comer fritos tiene el mismo efecto que ingerir comida saludable. El mito de tomar más trago solo es síntoma de adicción; y tomar pastillas antes de dormir puede empeorar la situación. Entonces ¿cuál es la respuesta? No existe una “cura mágica”, concluye Aizenberg. Excepto, por supuesto, beber moderadamente, o abstenerse.

Los ratones y el alzhéimer

Según un estudio que desarrolla la Universidad de Lancaster, un fármaco diseñado para combatir la diabetes tipo 2, también sería la cura del mal de Alzheimer, que aqueja a unos 30 millones de personas en el mundo. El medicamento, conocido como receptor triple, combina GLP-1, GIP y glucagón, que ayudan al crecimiento del cerebro, protegen las células nerviosas y reducen las placas amiloides. Los investigadores probaron el fármaco por primera vez en ratones ancianos y los resultados fueron excepcionales. Receptor triple pudo detener la enfermedad, mejorar el aprendizaje e incluso revertir en gran medida la pérdida de la memoria. Christian

Holscher, director de la investigación, afirmó que “este hallazgo promete combatir los trastornos neurodegenerativos crónicos como los que produce esta patología”.

El avance resulta crucial, pues según la Organización Mundial de la Salud en las próximas tres décadas esta enfermedad afectará a 53 millones de personas más. La revista Science Direct publicó la investigación.

Gorditos, pero felices

Aunque muchos relacionan la obesidad con problemas como el cáncer, la diabetes o la hipertensión, científicos de la Universidad de Bristol acaban de demostrar que la gordura también tiene sus beneficios. Al analizar el ADN de 500.000 británicos entre los 37 y 73 años, los investigadores Louise Millard y George Davey Smith descubrieron que los que tienen algún sobrepeso son más tranquilo. Mientras que los gorditos se sienten más felices con su vida, los más delgados tienden a sufrir más neurosis y altas dosis de preocupación. Aunque los propios autores advierten la necesidad de respaldar el estudio con una muestra más grande, otros expertos manifiestan que la teoría no es tan errada. Dasha Nicholls, directora de la Facultad de Trastornos Alimenticios del Real Colegio de Psiquiatras, afirma, por ejemplo, que sí es cierto que la desnutrición descontrola los pensamientos y las emociones. El estudio apareció en el portal académico de Oxford, International Journal of Epidemiology.

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millones de personas en África podrían morir antes de terminar el siglo XXI por el cambio climático. Así lo advirtieron Greenpeace y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).