Consejos prácticos para perder peso en la oficina sin afectar el rendimiento laboral

Bajar de peso es uno de los propósitos que tienen millones de personas en el mundo, especialmente por razones de salud, aunque también muchos lo hacen para verse bien físicamente.

En relación con la salud, un peso ideal lleva a un control del colesterol, la presión arterial y el azúcar en la sangre, pero también ayuda a prevenir enfermedades cardiacas, la diabetes, la artritis y algunos cánceres.

Por eso, entre las recomendaciones de los especialistas es que una persona adopte una dieta saludable y realizar actividades físicas, como ejercicio.

Entre las estrategias que se deben tener en cuenta están el consumo de alimentos bajos en grasas y en calorías, comer en porciones más pequeñas, tomar agua en vez de bebidas azucaradas y ser físicamente activo.

Tener sobrepeso u obesidad genera varias complicaciones al cuerpo debido a los efectos que tiene sobre la espalda y las articulaciones que pueden derivar en dolores por desgaste o inflamación.

Incluso, el corazón se ve obligado a trabajar al doble, debido a que tiene bombear más sangre para que llegue a todo el cuerpo, con lo cual se puede llegar a un ataque al corazón, además, porque las venas y arterias se llenan de grasa.

Adicionalmente, quienes tienen sobrepeso están propensos a diabetes, algún problema en el hígado o consecuencias en el aparato urinario como cálculos e incontinencia urinaria, así como infertilidad y disfunción eréctil.

Los expertos han advertido que pueden sufrir de reflujo gastroesofágico, colelitiasis, síndrome de ovario poliquístico, hernias y alteraciones en la sensibilidad.

Actividad en la oficina

Una de las recomendaciones a realizar actividades físicas que permitan bajar o mantener el peso. La inactividad es una de las causantes de sobrepeso.

Esto puede verse con más énfasis en las personas que tienen sus jornadas de trabajo en oficinas, ya que el ritmo diario, el cansancio y la falta de actividad fuera del escritorio, lleva a que muchas personas prácticamente abandone el ejercicio.

Se estima que una persona permanece más de 160 horas mensuales sentadas en una oficina trabajando, que adicionado a la falta de ejercicio, puede terminar siendo perjudicial para la salud.

Eso deriva en lo que la Organización Mundial de la Salud, llama sedentarismo, que consiste básicamente en estar mucho tiempo sentado haciendo poco o nada de ejercicio. El organismo ha señalado que este se encuentra entre los cuatro factores de mayor riesgo de muerte.

Los expertos hacen varias recomendaciones para que una persona que tiene sus jornadas de trabajo en una oficina puedan contribuir con ese propósito de bajar de peso.

- Comidas caseras: Priorizar las proteínas, grasas naturales, frutas y verduras en la alimentación, ya que aportan energía para la jornada laboral. Se debe evitar el consumo de alimentos altos en grasa, postres, artificiales y bebidas alcohólicas.

- Caminar: Intentar tener una rutina de caminata de 30 minutos diarios antes de ir al trabajo. Esto ayuda a la circulación y a quemar las primeras calorías del día.

- Utilizar escaleras: Abandonar, en lo posible, el ascensor y hacer uso de las escaleras que le permite al cuerpo mantenerse en movimiento, quemar calorías y a mejorar el metabolismo.

- Ejercicios: Hacer algún ejercicio, ya sea antes o después de regresar al trabajo para mantener en movimiento el cuerpo. De acuerdo con los expertos, aplicar una rutina de estiramiento es una buena opción.

- Tomar mucha agua: Permite el trasporte de nutrientes a las células. Colabora en el proceso digestivo, en la respiración y en la circulación sanguínea. Interviene en la contracción de los músculos y da flexibilidad y elasticidad a los tejidos. Así mismo, regula la temperatura corporal, manteniendo la piel hidratada y elástica. La OMS recomienda tomar entre 2 a 3 litros de agua diariamente, aproximadamente.

- Moverse: Efectuar movimientos de piernas y pies mientras la persona está sentada entre ellas de estiramiento, rotación o levantamientos de piernas. Mantener una postura correcta y estable de la columna promueve activación muscular, tonifica el abdomen y los músculos de tu espalda. Incluso se queman unas cuantas calorías.

Pero además de esas recomendaciones, una de las alternativas son las pausas activas, que son sesiones de actividad física desarrolladas en el entorno laboral, con una duración continua mínima de 10 minuto.

Estas incluyen adaptación física-cardiovascular, fortalecimiento muscular y mejoramiento de la flexibilidad buscando reducir el riesgo cardiovascular y las lesiones musculares por sobreuso asociados al desempeño laboral.

Se trata, en concreto, de una forma de promover la actividad física, como habito de vida saludable, por lo cual se deben desarrollar programas educativos sobre la importancia y los beneficios de la actividad física regular.