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Cuerpo incorrupto: ¿Por qué algunos cadáveres nunca se descomponen?
Algunos casos de momificación se han conocido en el mundo, el último fue el de Carlo Acutis, el joven italiano que falleció en 2006 y que está a punto de ser beatificado.
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A propósito de la historia que se conoció sobre Carlo Acutis, un joven italiano que falleció en 2006 y cuyas imágenes de su cuerpo impactaron al mundo porque algunas personas afirman que se encuentra incorrupto, sin descomponerse, casi 14 años después de su deceso, es importante explicar cómo y por qué es posible que algunos cuerpos nunca se descompongan.
El rector del Santuario de la Expoliación de Asís, el padre Carlos Gonçalves, afirmó a ACI Prensa/EWTN que el cuerpo de Acutis “se encuentra en estado íntegro, no intacto” y que conserva sus órganos. Esto se conoce como cuerpo incorrupto o momificación, un proceso por el cual los tejidos blandos del cuerpo se conservan aún después de la muerte.
Carlo Acutis, un chico de su tiempo, que vestía en vaqueros y zapatillas y evangelizaba a través de internet. Como lo ha definido el P. Marcello Cruciani, fue “un verdadero 'influencer' de Dios".
— Andrés E. García ن (@Aegi86) October 1, 2020
Bien podría ser el patrón de la evangelización en el continente digital, ¿no? pic.twitter.com/i1k9yaDDZP
El joven será beatificado el próximo sábado 10 de octubre luego de que el Vaticano le reconociera un milagro por el hecho de haber curado a un niño brasileño que padecía una enfermedad rara después de rezarle y pedirle que se comunicara con Dios. Este hecho ocurrió en Campo Grande, en el estado brasileño de Mato Grosso del Sur. El niño se acercó a Acutis en la parroquia del lugar en el momento de la bendición y pidió curarse de esta enfermedad. Después de ello, nuevas pruebas médicas confirmaron que el niño estaba completamente curado.
Casos como el del joven Acutis son bastante comunes en Italia, según explicó en 2015 a BBC Mundo Dario Piombino-Mascali, un antropólogo italiano. "La ley italiana, por ejemplo, establece que cuando se exhuma un cuerpo en un cementerio y se descubre que no se ha mineralizado, hay que volver a enterrarlo con sustancias químicas para que solo queden los huesos”. No obstante, aunque sea común, este hecho solo se presenta en situaciones particulares.
Este fenómeno se puede dar en contextos diferentes y en principio se necesitaría un ambiente extremo, es decir, muy cálido, muy seco o muy frío. Tras la muerte, nuestras células comienzan a romperse y a liberar toda clase de sustancias -incluidas enzimas- que crean un ambiente ideal para las bacterias y los hongos, que se incorporan a esta mezcla y comienzan a descomponer el cuerpo.
En la mayoría de los casos, las enzimas necesitan un ambiente acuoso para trabajar. Pero si la temperatura es demasiado alta, el cuerpo se deshidrata antes de que puedan entrar en acción las enzimas, y esto da lugar a la momificación.
“Cuando la temperatura es muy baja también puede suceder lo mismo porque el frío inhibe la actividad de las bacterias”, dijo en su momento Piombino-Mascalo a BBC. Sobre todo, si el cuerpo permanece cubierto de hielo o nieve.
Uno de los ejemplos más conocidos es del cuerpo momificado de Oetzi, el hombre de hielo que vivió hace 5.300 años en los Alpes suizos, considerado como el caso forense más viejo de la historia.
Así mismo, también se cree que las criptas, como las que se encuentran bajo los suelos de muchas iglesias europeas, son lugares típicos donde se produce la momificación, porque la temperatura es baja, tienen buena ventilación, y el edificio que tienen por encima las protege del agua. Y es que la humedad, señala el antropólogo, “es la enemiga número uno de las momias”.
Por último, este proceso también depende de las características corporales de cada individuo.
Es más difícil que ocurra si el muerto tiene más grasa corporal. Y, aunque se han hallado muchas momias de niños, el proceso “es más difícil, en comparación con los hombres, ya que contienen más agua”.