Acceder a estos cuidados no significa que se deje del todo el tratamiento médico común, estos pueden complementarse. | Foto: Semana.com

SALUD

Una alternativa para morir mejor

Muchos enfermos pasan sus últimos días en un hospital, sin conocer que existen mejores alternativas para encontrar una muerte más tranquila.

5 de agosto de 2016

En los últimos meses de vida de un enfermo terminal hay deterioro progresivo del cuerpo y aparecen síntomas cada vez más dolorosos, que minan la capacidad vital y motora de la persona, haciendo que ya no tenga autonomía y necesite ser cuidado. Ahí es que se hacen necesarios los cuidados de hospicios, que son aquellos que ayudan a manejar mejor el sufrimiento que viene con esos últimos momentos.

Este es un cuidado que se hace al final de la vida en pacientes paliativos y su propósito es atender el dolor, para darles una muerte más digna. “Se trata de la atención para los síntomas, la búsqueda de la calidad de vida, el acompañamiento a sus familiares y allegados durante la enfermedad, la muerte y el duelo”, explica el médico Santiago Rojas, experto en medicina alternativa y cuidados paliativos.

Los pacientes paliativos son aquellos que se espera que vivan hasta seis meses, como el caso de Gloria, la mamá de Giovanni Rodríguez, quien estuvo en un programa de hospicio para que pasara los últimos meses de batalla contra un cáncer de pulmón en casa. “Se trata de aceptar la realidad. Sabíamos que mi mamá no se iba a curar y queríamos procurar una forma de vida más cómoda, sin tanto dolor y que estuviera rodeada por su familia”, cuenta Rodríguez.

Estos cuidados no solo se ofrecen en el hogar del paciente, existen también algunas instituciones y fundaciones especializadas en paliar enfermedades que brindan estos servicios. Los cuidados de hospicio deben contar con un equipo interdisciplinar de profesionales que incluye médicos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos y asistentes espirituales, todos trabajando para controlar el curso normal de la enfermedad, pero evitando al máximo el dolor.

Acceder a estos cuidados no significa que se deje del todo el tratamiento médico común, estos pueden complementarse. “Los síntomas que se van a manejar son emocionales, principalmente la depresión, la ansiedad y el delirio o confusión”, explica Rojas y añade que a nivel físico, los más difíciles son el dolor, la dificultad para respirar, los síntomas de la piel, como las llagas, los trastornos digestivos, náuseas, la pérdida de apetito, diarrea y vómito.

Los cuidados de hospicio no son exclusivos para personas con cáncer, también están para quienes sufren de enfermedades progresivas como demencia, Alzheimer y Parkinson.

En Colombia, existe una ley que reglamenta el derecho de los enfermos terminales a recibir cuidados paliativos y un tratamiento integral del dolor. No solo abarca la enfermedad terminal, también las crónicas, degenerativas y las irreversibles.

Tomar conciencia de estas alternativas y que se incentiven, sería beneficioso para el sistema de salud, pues los enfermos terminales no estarían copando camas en los hospitales, sino que vivirían sus últimos momentos en casa.

Los costosos servicios para mantener la vida artificialmente cuando no hay más por hacer, se pueden evitar, brindándoles atención que sí requieren como manejo y control de dolor y síntomas.