| Foto: Gabriel Peña

EDUCACIÓN

Adiós a la escritura a mano

Con el auge de los medios digitales muchas personas han dejado de escribir a mano. Los expertos dicen que no se puede perder el hábito, pues es clave para el aprendizaje.

5 de octubre de 2013

Las planas de escritura constituyen uno de los recuerdos imborrables de los primeros años de colegio. Hoy la situación es diferente. Aunque se sigue enseñando a escribir de la manera tradicional, esta tarea ha perdido vigencia y en algunos países ya no se le dedica tanto tiempo a mejorar la caligrafía. Hay una tendencia a reducir las horas que los niños pasan en estas actividades y en casi todo Estados Unidos, por ejemplo, en 2015 ya no será obligatorio aprender a escribir a mano. 

A los alumnos más grandes se les pide que hagan sus trabajos en computador. En Colombia, según María Elena López, algunos colegios exigen cada vez más a los niños y jóvenes hacer sus trabajos y completar sus tareas por internet. Si las cosas siguen así, algunos expertos creen que en el mediano y largo plazo la escritura llegará a su fin. El tema preocupa porque investigaciones recientes han demostrado que escribir a mano es muy importante para el desarrollo del cerebro, especialmente en la infancia. 

Un estudio de la Universidad de Indiana, Estados Unidos, reveló que escribir a mano activa más regiones del cerebro y favorece el aprendizaje. Otra investigación realizada por científicos europeos demostró que hacer este ejercicio promueve la actividad cerebral mucho más que digitar un teclado, debido a que se estimulan simultáneamente las habilidades visuales, motoras y cognitivas. 

“Luego de evaluar a tres grupos de voluntarios, quienes escribieron a mano memorizaron más palabras”, dijo a SEMANA Anne Mangen, profesora asociada del Centro Nacional de Investigación para la Educación Lectora de la Universidad de Stavanger, Noruega, y coautora del estudio. 

El solo hecho de escribir “ayuda a desarrollar lo que en neurociencia se llama función ejecutiva, un conjunto de habilidades cognitivas que permiten planear, autorregular y ejecutar tareas”, explicó a esta revista William Klemm, profesor sénior de Neurociencia de la Universidad A&M de Texas, Estados Unidos. Varios estudios han comprobado, mediante imágenes generadas por resonancia magnética, que escribir a mano vuelve más lento el proceso de aprendizaje, lo cual es positivo porque de esa forma se activan otros circuitos neuronales.

El fenómeno afecta también a los adultos. Los universitarios hoy prefieren tomar apuntes en clase con su portátil, tableta o celular. Esto no es lo ideal porque se sabe que “memorizan mejor cuando toman notas a mano”, dijo a SEMANA Richard Gentry, autor del libro Raising Confident Readers: How to Teach Your Child to Read and Write—From Baby to Age 7. Con él coincide Jean-Luc Velay, miembro del Laboratorio de Neurociencias Cognitivas (LNC) en Francia, quien señala que “el cerebro retiene las cosas a partir de los movimientos de la mano”. 

A pesar de lo anterior, no todos están de acuerdo con que la tecnología vaya a desplazar la escritura. Algunos expertos consideran que esta y las nuevas tecnologías irán de la mano, y se complementarán. La clave está en ejercitar ambas y no perder de vista los beneficios que tiene cada una en el desarrollo de los niños.

“Debe haber un equilibrio y aprender las dos cosas. La escritura a mano se refuerza con las nuevas tecnologías, pero nunca debe ser reemplazada”, afirma Gentry. Al final de cuentas, es mucho mejor tener buena letra en caso de que por cualquier circunstancia la única alternativa sea el lápiz y el papel.