SALUD

Enfermera con covid-19 tiene dificultades para hablar y se le arruinó su boda

Una trabajadora de la salud ha vivido un auténtico viacrucis desde el día en que se contagió de coronavirus. Mientras la cuidaba en casa, su novio también dio positivo y su boda se aplazó a una fecha aún por determinar.

30 de julio de 2020
| Foto: AP Newsroom

Raquel mira a la cámara sin sonreír. Habla con dificultad, como luchando contra las palabras que se le acumulan en la garganta. “Tengo 32 años y soy enfermera de proceso y vocación”, cuenta la mujer quien, pese a vencer el coronavirus, sufre ahora las terribles secuelas que le dejó la enfermedad.

El video de Raquel inunda las redes sociales, sobre todo en España, de donde es oriunda y cuyas cifras de contagio se elevan a 285.000, siendo Cataluña (76.332) y Madrid (74.886) los territorios más afectados.

Su historia es la de muchos, pero la crudeza de las imágenes ha revivido el miedo por el coronavirus. Las secuelas que le dejó la enfermera son visibles, sin embargo, en entrevista con el diario El Mundo las detalla una a una: dificultad para hablar, pérdida de fuerza en la mano derecha, no puede controlar la saliva, no escribe bien, no puede leer con velocidad, no puede estar sola, no puede trabajar.

Raquel explica que, en marzo pasado, tras la declaratoria de la OMS de la pandemia de coronavirus a nivel mundial, decidió trabajar como voluntaria en dos hospitales de su natal Málaga, el Carlos Haya y El Ángel. “Me veía en la obligación personal y humana de trabajar, de echar una mano", cuenta.

Entonces empezó su pesadilla. En su labor profesional dice que se sintió desprotegida y "sin apenas material", en una situación de "desbordamiento" por el alto número de casos positivos que llegaban a sus manos día sí y día también. Al poco tiempo supo la noticia: "Cogí el coronavirus", recuerda.

La enfermedad la obligó a cumplir una estricta cuarentena en su hogar. Fueron 40 días con fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, cansancio e incluso insomnio. La persona que la cuidaba, su novio, también resultó contagiado, pero tras seis semanas se pudo reincorporar al trabajo al dar negativo en una nueva prueba PCR.

Trabajó dos días divididos en tres turnos, pero una tarde se sintió cansada en exceso. A la mañana siguiente despertó con dificultad para hablar y fue ingresada de emergencia en un centro asistencial durante 10 días, coincidiendo con la fecha en que había programado su boda, el 16 de mayo.

Sin más remedio, la ceremonia tuvo que aplazarse mientras Raquel continuaba su lucha contra la covid-19. Ahora, espera recuperarse totalmente para poder casarse el año próximo.

Su experiencia le da la vuelta al mundo con un video que compartió en su perfil de Instagram a través del cual espera alertar a los jóvenes de los peligros del virus que le dio un vuelco a su vida. "Hay gente joven que piensa que de eso no se contagia y con mi testimonio lo que quiero que vean es que tengan cuidado porque también se ponen malos", dice en la grabación.