FUMAR NO ES UN PLACER ...

Discriminados en los lugares públicos, abrumados por las estadísticas de mortalidad, los fumadores son ya una especie en extinción...

29 de junio de 1992

EN LOS ULTIMOS años el número de fumadores ha disminuido considerablemente. Sin embargo se estima que todavía el 39 por ciento de los colombianos fuman y, la gran mayoría de ellos (el 75 por ciento), se encuentran entre los 15 y los 45 años. En gran parte este descenso ha sido logrado por las campañas de la Liga Contra el Cáncer, que la semana anterior celebró el día del no fumador. Una mayor conciencia sobre los riesgos de salud personales y de los no fumadores y la baja, aceptación social a quienes fuman prohibición de fumar en lugares y transportes públicos ha terminado por convencer a muchos de dejar el vicio. Pero hay un preocupante número de adolescentes que se inician en este hábito (el 70 por ciento, mujeres). "Principalmente hijos de fumadores", dice Claudia Corredor de la Liga Colombiana de Lucha contra el Cáncer. "Esta es la primera causa de adicción, no porque el vicio sea hereditario sino porque el ambiente que se vive en el hogar provoca que los jóvenes se interesen en el cigarrillo".
Hay quienes logran deshacerse del hábito de un día para otro, para la gran mayoría es un propósito mil veces emprendido y nunca conseguido. Se ha demostrado que aunque las mujeres fuman menos cigarrillos que los hombres, ellas tardan mucho más tiempo en dejarlo. Fumar es una forma de vida y librarse de esta adicción requiere de todo un proceso que implica aprender a vivir sin el cigarrillo. Es por eso que en los últimos años han surgido múltiples programas para ayudar a los fumadores a dejar el vicio. "Estos programas, en las personas que tienen la firme convicción de abandonar el vicio, tienen un éxito de más del 60 por ciento", dice el doctor Horacio Giraldo, director del Programa Ayre (Ayudas Respiratorias) de la Clínica Shaio. "En personas que no están motivadas no sirve para nada".

¿Por qué es tan difícil dejarlo? Porque la nicotina es una de las drogas más adictivas que existen. Además tiene una doble acción: puede estimular o apaciguar el sistema nervioso. Por eso el cigarrillo tiene la increíble habilidad de relajar a la persona cuando está ansiosa y estimularla cuando está cansada. Fumar no sólo es un hábito, es una forma de interactuar con el mundo lo que la convierte en una adicción tanto física como sicológica.

¿Cómo lo deja la gente? Nueve de cada 10 antiguos fumadores dicen que lo dejaron sin ayuda profesional. Pero en la gran mayoría, eso sucedió solamente después de estar tratando de dejarlo una y otra vez durante años, antes de lograrlo finalmente. La forma más efectiva son los programas, aunque hay quienes dicen que pagar por dejarlo compromete más, lo cierto es que dejar de fumar no es sólo cuestión de voluntad, significa aprender a hacer todo de nuevo -beber, trabajar, conversar, descansar, etc.

¿En qué consiste el programa? En tres fases semanales. En la primera, la persona sigue fumando normalmente pero llevando un diario en el que apunta cuántos cigarrillos se fuma, en qué momentos y situaciones. Con esto, el especialista sabe cuáles son las circunstancias que llevan a la persona a fumar. Por eso la primera semana de tratamiento busca acabar con esos patrones, la persona debe evitar esas actividades cuando se puede o buscarles una alternativa, por ejemplo, al terminar el almuerzo se para de la mesa y se lava los dientes; así evita el tradicional tinto y cigarrillo.

La segunda semana se empieza el proceso de desintoxicación. Se busca que el fumador reduzca más que el número, la cantidad que fuma de cada cigarrillo.
Esto hace que el porcentaje de sustancias nocivas sea menor porque la nicotina está concentrada principalmente en la parte final del cigarrillo. En la tercera semana sí se reduce el número de cigarrillos y se recurre a algunas ayudas para borrar el hábito.

¿Hay una droga que alivie el deseo? Solamente una: la nicotina. Tomarla en una forma diferente del cigarrillo -chicles no solamente enfría el deseo sino que suaviza los síntomas de carencia, que en muchas personas producen desde dolor de cabeza hasta irritabilidad. Estos tienen la ventaja de que sólo contienen nicotina y no las otras sustancias nocivas . Como el chicle no tiene el mismo "papel social" del cigarrillo, o a la persona no le agrada el sabor, el tiempo que el ex fumador utiliza los chicles es muy reducido.
También existen unos parches que liberan la sustancia a través de la piel. Ninguno de estos productos debe ser utilizado por más de tres meses.

¿Pueden la hipnosis y la acupumtura ayudar? Por medio de la hipnosis se pueden sembrar sugestiones que hagan al fumador rechazar el hábito, pero algunos especialistas piensan que no es muy recomendable que la persona sea tratada constantemente con órdenes poshipnóticas "en ese caso es mejor que el paciente decida por sí mismo darse órdenes a través de métodos de autocontrol mental.

La acupuntura opera sobre el principio de que agujas colocadas en ciertos puntos en las orejas, ayudan a calmar la ansiedad y el deseo por algunas drogas heroína, cocaína y nicotina. El tratamiento puede durar de uno a tres meses y ofrece un 80 por ciento de éxito.
¿Qué acerca del aumento de kilos? Este temor es un gran obstáculo para muchas mujeres especialmente. El 75 por ciento de las personas que dejan el cigarrillo, engordan.
Esto se debe a que fumar acelera el metabolismo los fumadores queman un extra de 100 a 200 calorías al día, la nicotina hace que la persona pierda el apetito y el sentido del gusto. De acuerdo con las estadísticas, quienes dejan el hábito ganan un promedio de seis libras; pero la mayoría de los programas incluyen una evaluación dietética para que, con una dieta controlada y ejercicio, a los seis meses de dejar el hábito la persona vuelva a su peso normal.