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SEXO

Lo bueno y lo malo del porno

Un estudio reciente reveló que consumir pornografía no es tan nocivo para la vida sexual, pero otros expertos señalan lo contrario. El debate está caliente.

4 de mayo de 2013

La industria de la pornografía es una de las más lucrativas del mundo y las cifras del consumo de esos materiales son cada vez más grandes. Y así como dichos números van en aumento, se ha acalorado la polémica en torno a su influencia en la vida de pareja. 

Varios estudios y expertos han señalado que el porno puede afectar la conducta sexual de las personas, especialmente en los más jóvenes. Sin embargo, una investigación reciente publicada en The Journal of Sexual Medicine reveló que no es tan perjudicial como se cree.

Los autores de la investigación, liderada por Gert Martin Hald, psicólogo clínico de la Universidad de Copenhague, encuestaron a 4.600 jóvenes entre los 15 y los 25 años. Aunque sí encontraron una relación directa entre el consumo de material explícito y comportamientos sexuales más arriesgados, concluyeron que otros factores como “la personalidad y la actitud que tiene alguien hacia el sexo según el contexto en el que vive pueden ser más relevantes”, dijo Hald a SEMANA. 

Sin embargo, otros expertos consideran que ver porno también implica riesgos, pues este tipo de material crea ciertos estereotipos sobre la sexualidad que no son reales. “El porno es una fantasía, pero algunos no lo entienden y mezclan la realidad con la ficción”, afirma Michael Castleman, experto en sexo y bloguero del portal web de Psychology Today. 

Ese aspecto es más preocupante en el caso de los adolescentes, que tienen hoy fácil acceso a películas o videos triple X y así se crean esas falsas expectativas, incluso mucho antes de que tengan su primer encuentro sexual. Podrían creer, por ejemplo, que en la sexualidad no hay lugar para el juego previo al coito y que el enfoque debe estar en los genitales y la penetración. 

Pero más allá de si su influencia es determinante o no, los expertos coinciden en que la pornografía por sí sola no es negativa. Puede ser terapéutica y hasta una fuente más de erotismo. Lo importante es que no se convierta en un hábito o adicción, pues se afecta la vida sexual, social, familiar y laboral de esa persona. 

Por esa razón los sexólogos recomiendan el cine erótico o el soft porn, donde la sensualidad y la pasión van de la mano. El sexólogo José Manuel González afirma que el porno puede ser muy útil para ser visto“en pareja porque abre la mente para explorar más la sexualidad. En soledad estimula únicamente la masturbación”, dijo a esta revista.

El porno es objeto de juicios, muchos de ellos influenciados por pensamientos moralistas. Sin embargo, es algo que “unos disfrutan y otros no. Cada cual decide si quiere verlo o no y es una decisión personal”, dijo a SEMANA John De Wit, profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, y coautor del estudio liderado por Hald. Lo ideal es que esté lejos del alcance de los menores de edad. 

- LO NEGATIVO

• Inculca la visión de que el buen sexo requiere de posiciones extremas.
• Crea la idea de que todas las mujeres son multiorgásmicas.
• Genera la idea de que los hombres siempre van al grano, sin juegos previos, y que a ellas les gusta así.
• Crea estereotipos de belleza falsos: que todos los hombres son XL y las mujeres tienen cuerpos espectaculares.  
• Da la idea de que el sexo fuerte les gusta a todas las parejas.

+ LO POSITIVO

• Aumenta el nivel de excitación.
• Desinhibe a las parejas. 
• Acaba con la monotonía.
• Estimula la creatividad de la pareja. 
• Ayuda a cumplir fantasías sexuales.
• Puede ser un complemento para experimentar más. 
• Es una guía para aprender distintas posiciones y prácticas sexuales.