Esta clase de biopsia líquida es menos invasiva que la tradicional biopsia de tejido | Foto: Semana

SALUD

Prueba 3 en 1 contra el cáncer de próstata

Con solo una muestra de sangre los médicos podrían determinar qué tan avanzado puede ser un tumor prostático y cuál sería el mejor tratamiento a seguir para cada caso.

29 de junio de 2017

Los médicos quisieran saber desde estadios tempranos si un tumor será metastásico, así como cuál es el mejor método para atacarlo y si responderá bien al tratamiento. Pues esto ahora será posible para los pacientes de cáncer de próstata gracias a los resultados de un estudio realizado por el Institute of Cancer Research, en Londres. Según los investigadores, se podrá conocer toda esta información solamente realizando un examen de sangre.

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Gracias a esta prueba, se podrá detectar desde el primer momento el ADN del cáncer en el torrente sanguíneo para así identificar a aquellos pacientes con ciertas mutaciones genéticas que se podrían beneficiar con unos revolucionarios medicamentos conocidos como “inhibidores del PARP”. Estos son terapias dirigidas capaces de reconocer esas células malignas y hacer que el propio organismo tenga la capacidad de atacarlas.

Para llegar a estos resultados, los científicos analizaron las muestras sanguíneas de 82 diagnosticados con cáncer de próstata y descubrieron que de este modo podían detectar a aquellos pacientes con un elevado riesgo de morir por este tipo de tumor. Pero no solo eso, también encontraron que era posible monitorear a través de la sangre la diseminación de las células malignas por su organismo con una precisión hasta del 92 por ciento.

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Esta clase de biopsia líquida, que además es menos invasiva que la tradicional biopsia de tejido, además de ser calificada como revolucionaria por varios representantes de la comunidad científica, también puede detectar de manera temprana si el paciente no responde como se espera al medicamento o si muestra signos de resistencia a la terapia dirigida. Con esto es posible determinar oportunamente otras opciones terapéuticas y la más adecuada para, no solo prolongar la vida de los pacientes, sino posiblemente curar la enfermedad.

Johann de Bono, director de la investigación, aseguró que esta prueba “puede ser utilizada para tomar decisiones clínicas acerca de si un inhibidor de PARP está actuando en tan sólo cuatro a ocho semanas de iniciar el tratamiento”.  Por su parte, los autores de la investigación han destacado que esta nueva prueba no solo es más efectiva, sino que sería la manera más sencilla, menos invasiva y más barata para beneficiar a los pacientes con cáncer de próstata, una de las neoplasias que más afecta a los hombres en el mundo.

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“Hemos sido capaces de desarrollar una prueba -tres en uno- con gran alcance, que en el futuro podría ser utilizado para ayudar a los médicos a dar un tratamiento especial, a comprobar si está funcionando y monitorear el cáncer a largo plazo”, añadió de Bono. El objetivo de los investigadores es extender este método para emplearlo en otros tipos de tumores. La barrera es que no existen estudios grandes con un número mayor de pacientes para confirmar los resultados con mayor seguridad y precisión.