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Tomar una decisión es un proceso superior que demanda concentración. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Psicología

Pensar en otro idioma mejora las decisiones personales y laborales, dice la psicología

Descubra el beneficio de instruirse en una segunda lengua como buena alternativa para la vida.

19 de marzo de 2022

Aprender una segunda lengua es una meta que cientos de personas tienen en mente realizar con el objetivo de mejorar su estilo de vida, compartir nuevas experiencias o aprender de otras culturas.

Un estudio publicado en la revista Psychological Science da a conocer que al momento de adoptar una segunda lengua, las decisiones en cuanto al tema laboral o de interés personal mejoran.

Según los investigadores, al aprender un segundo idioma el pensamiento analítico se incrementa y por ello, al manejar otras conversaciones, se suelen adquirir varias personalidades. De hecho, el portal web Vida y Salud explica que, en algunos casos, cuando los sujetos piensan en francés tienden a sentirse más relajados.

En ese orden de ideas, científicos de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, llegaron a una conclusión y es la de que al manejar una segunda lengua, las decisiones que tomen las personas, a nivel laboral o autónomo, corren menos riesgos.

El citado portal de recursos de salud indica que en el área de estudio de la psicología existen dos vertientes de pensamiento y razón; por un lado está el intuitivo que se basa en lo rápido y emocional, por otra parte figura un pensamiento más lento y deliberado.

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El cerebro funciona de dos formas: una es rápida e involucra a las emociones y la otra es más lenta y deliberada. | Foto: Getty Images/iStockphoto

En ese sentido, los investigadores señalan que cuando una persona quiere tomar una decisión el cerebro minimiza su esfuerzo, por lo que si alguien habla dos o más lenguas tiende a idear la solución a partir de su idioma materno. Sin embargo, el estudio indica que en la época moderna, cuando todo es tan fugaz, los problemas podrían tener una mejor solución si se da uso al segundo sistema de pensamiento, es decir, que sea lento, pero se razone desde un idioma diferente al original.

Para llegar a este tipo de conclusiones, los científicos tomaron como muestra de población a más de 100 estudiantes norteamericanos cuya lengua materna es el inglés, pero tenían bases de japonés. El colectivo fue dividido en dos grupos y, a raíz de esto, se les propuso una situación: para acabar con una enfermedad que podría cobrar la vida de 600.000 personas, los médicos podrían:

a) desarrollar un medicamento que salvaría 200.000 vidas o

b) desarrollar un medicamento con 33,3 % de posibilidades de salvar las 600.000 vidas y 66,6 % de probabilidades de no salvar ninguna vida (todo o nada).

Cabe mencionar que la misma hipótesis se le presentó al segundo grupo, pero su pronunciación fue en lengua japonesa.

Así las cosas, los psicólogos detallan que para tomar la decisión menos riesgosa y razonable, este último grupo -de segunda lengua japonesa- arrojó que su respuesta fue menos impactante. En efecto, especifican que el papel que tiene vel instinto se redujo en esta parte del grupo; las decisiones más “analizadas” fueron tomadas en el idioma extranjero.

En conclusión, después de los hallazgos, los científicos aseguraron que pensar en una lengua diferente a la materna cambia el proceso automático de la razón en la parte superior del cuerpo, esto promueve el análisis y reduce las emociones.

Sumado a esto, los especialistas expresan que al momento de tomar una decisión financiera, de gasto o inversión, establecer el segundo idioma puede repercutir de forma positiva en el entorno laboral y personal.

Los procesos psicológicos influyen en la toma de decisiones porque, según el Instituto LISA, estas se acogen al plan de acción más adecuado. No obstante, muchas procesos son inconscientes y, a veces, los miedos personales repercuten en la opción.

LISA aconseja que lo primero que se debe hacer al momento de tomar una decisión personal es un modelo de la situación actual o una definición del problema, luego generar conductas alternativas posibles dentro del modelo de la realidad que se ha creado y, por último, extrapolar los resultados asociados a cada conducta generada.