SEPARADAS... UN NUEVO ESTILO DE VIDA

Eran esposas del modelo tradicional. Hoy han cambiado el biberon y la lista de mercado por la sala de juntas. Y asumen su independencia valerosamente (y la soledad si es el caso). ¿Por qué cada vez son más numerosas?...

28 de junio de 1982

La sociedad tradicional es, definitivamente, una sociedad de parejas. Se dice hasta el cansancio que "no es bueno que el hombre esté solo" y con base en este presupuesto, que se da por válido, universal y necesario, los hombres entre los 20 y los 30 años hacen fila, ávidamente, para instalarse en los placeres de la sociedad conyugal.
Pero de un tiempo a hoy, las cosas han cambiado y la institución matrimonial, como tantas otras instituciones se ha venido afectando irremediablemente. ¿Qué pasó con el matrimonio? ¿Qué pasó con la pareja? ¿Qué pasó con la familia? y, por encima de todo: ¿Qué pasó con las mujeres?
Empecemos por el final. Como "detrás de cada hombre hay una gran mujer", ellas decidieron, con un sólo paso hacia adelante, colocarse "al lado" de sus hombres respectivos dándole un revolcón a todo lo establecido.
Este siglo XX, no solo se registra en la história, por aquello de que el hombre pasó de la mula al "Concorde" del "vaso de noche" a la sala de baño; del archivador a la computadora y del método de Ogino al anticonceptivo oral. ¡No! "Con el siglo XX se fue la imagen de "la dulce y frágil mujer" y llegó, para quedarse, la mujer ejecutiva, que tiene su origen inmediato e histórico en las aguerridas "sufragistas" inglesas. Conquistados los derechos políticos lo demás se dio por añadidura. El paso siguiente fue la conquista de la educación y las mujeres dejaron de "adornarse" con clases de religión, música, canto y cocina para entrar de lleno en el mundo de las matemáticas, la química y la filosofía. De repente el mundo descubrió que además de médicos podía haber "médicas" y que no solo los hombres habían nacido para litigar, construir, diseñar, organizar, experimentar y gerenciar; así aparecieron legiones de "abogadas, ingenieras, arquitectas, economistas y gerentas".
La aparición, el desarrollo, la difusión y la democratización de los medios de comunicación masiva han servido también a las mujeres para "proyectar imagen". De allí surgieron las periodistas, las modelos, las locutoras y las animadoras.
En el campo de la cultura, hay que reconocerlo, las eternas Evas, siempre habían hecho "pinitos" con un éxito nada despreciable. La literatura, la pintura, la escultura y las artes escénicas --por excelencia estas últimas-- se han enriquecido con nombres de mujer. Pero, la "explosión demográfica" ocurrida en estos años en el territorio de las Musas era inimaginable.

LAS TESIS DE DOÑA BETTY
Lo mismo ha sucedido en todas las demás actividades: los negocios, la ciencia y la política. Mujeres. Ejércitos de mujeres "invadiéndolo" todo: hasta el ejército.
La verdad es que hoy no hay área en que no se destaquen. Pero, lo importante es el cambio que esto ha producido a nivel de la pareja, la familia, y la sociedad, porque, sin duda, la "liberación" ha sido traumatizante. Esto de pasar de simples "consumidoras" a ejercer de "productoras" exitosas tiene implicaciones que van desde lo pedestremente económico hasta lo exquisitamente sensual y planteado cambios al simple nivel de "pareja" y dentro del complicado mundo de la maternidad.
La igualdad, ideal y meta de doña Betty Friedman y sus legiones de activistas, conlleva un precio que bien puede ocasionar --y está ocasionando-- cambios fundamentales en el estilo de vida al cual estábamos acostumbrados y acomodados.
Adquirir derechos genera obligaciones. En el momento de cambiar la cocina por la sala de Juntas y de pasar de ser las discretas administradoras del hogar a cuenta-correntistas bancarias, las mujeres entraron en una dimensión desconocida: la independencia económica. De allí al divorcio y al ejercicio, en pie de igualdad con el hombre, de sus derechos sexuales, el viaje fue en jet. A esto último contribuyó fundamentalmente otro "descubrimieto" contemporaneo: el orgasmo femenino, de cuya existencia no sospecharon nuestras abuelas, sometidas por religión y por costumbre a la simple tarea reproductora.
Vivimos pues, en una sociedad cuyo núcleo, la familia, está siendo afectado por una serie de nuevas situaciones y cuyo fundamento, la pareja, se está replanteando sobre sorpresivas y novedosas conclusiones. El ideal de las mujeres se ha desplazado, en forma irreversible, de la paz del hogar a los avatares del éxito individual, de la independencia económica, del goce del amor y de la posibilidad de una plena y efectiva realización en el campo personal.

¿SE ACABAN LOS HIJOS?
El ideal del matrimonio con un "príncipe azul", "una casita con jardín" y los "hijos que me de Dios", esta siendo rápidamente desplazado por una carrera universitaria, la posibilidad de lograr el ingreso a una empresa poderosa, con buena remuneración y después encontrar un hombre con quien pueda tener "un buen nivel de comunicacion" y una "total satisfacción". De los hijos: "ya veremos".
Colombia ha sido un país reacio, en principio, a aceptar estas nuevas costumbres que se han institucionalizado en otras partes. Las mismas mujeres que disfrutan una situación "independiente" y que conocen los placeres del triunfo -además de los del matrimonio- cuestionan a fondo ese nuevo estilo de vida, en el cual, por una u otra razón se encuentran ellas mismas. Otras están felices. Como ya lo dijimos antes: ¿Qué pasó con las mujeres? ¿Qué opinan ellas de todo esto? Lo mejor, lo más válido es preguntarles directamente a las interesadas.
Semana ha conversado con una serie de mujeres conocidas por todos los colombianos que triunfan ampliamente en diversas actividades. Todas ellas han estado casadas; son madres de familia y en la actualidad viven separadas de sus esposos. Llevan una vida independiente, trabajan, ganan su propio dinero y son el-hombre-y-la mujer de sus propios hogares. Son ejemplos notables de ese "nuevo tipo de mujer" que es, precisamente, el punto focal de toda la problemática.
Aura Lucía Mera, directora del programa de TV "Todas en todo", cree que los matrimonios terminan en el comedor y no en la cama. Los dos de ella "se acabaron por falta de comunicación. El primero, porque dejamos de hablarnos y vino la soledad de "dos en compañía" el segundo porque Domingo Dominguín se murió y quedé viuda".
Ella reconoció... que previamente al tomar la decisión de separarse de su primer esposo tuvo un largo período de meditación y que "sintió miedo" por la determinación que se estaba gestando en su interior. Sin embargo, una vez decididas las cosas, salió adelante y volvió a "reincidir" pues "lo más importante en la vida es tener amor. Saber que hay alguien para el cual uno es importante. No importa equivocarse. Yo me he equivocado varias veces en esa búsqueda, pero no me importa. Sigo y seguiré buscando. Oigo propuestas".

LAS PAREJAS DE TRES
La "falta de comunicación" fue un punto en el que coincidieron todas las entrevistadas por SEMANA. María Ignacia Barona, actual presidente de la Liga Colombiana de Lucha contra el Cáncer agregó: "El hecho de comenzar a triunfar en una actividad, dentro del matrimonio, va produciendo una embriaguez que nos lleva cada vez más a dedicar nuestro tiempo a lo que produce. En el momento menos pensado, el matrimonio se queda atrás y viene la incomunicación Y la ruptura".
Esta incapacidad de establecer una comunicación efectiva, lineal, entre los dos cónyuges parece ir creando el clima propicio para una ruptura posterior que, generalmente, se produce ante la aparición de un (o una) tercero en discordia. Cuando una pareja se vuelven tres, todo está concluido..
Otro punto de coincidencia es el de la soledad. Todas "disfrutan" su nuevo "status" pero añoran la vida en familia y admiten que el precio que están pagando por destacarse y triunfar es demasiado alto. Cecilia Valencia, ejecutiva de una Compañía productora de Cine y Directora de la revista "Maniquí", admite que "esto es lo peor de todo: la soledad".
"Hay mujeres felizmente casadas que nos envidiarían nuestra independencia, y el éxito que hemos alcanzado en nuestras vidas. Todo eso es aparente. Si pudiéramos invertir los papeles se darían cuenta de que no todo lo que brilla es oro".


OLVERIAN A CASARSE
Curiosamente, muchas de ellas ya habían iniciado sus carreras en su vida de casadas y hoy admiten que sus maridos fueron "patrocinadores y mecenas" de sus propios triunfos y que la autorrealización personal no excluye la posibilidad de un matrimonio feliz. María Cristina Posada, ya se había destacado en el campo de las actividades culturales, fue directora de la Cinemateca Distrital: "El hecho de llevar una vida independiente jamás fue obstáculo. Esto enriquecía la vida de la pareja. Los dos nos respetábamos y nos apoyábamos en nuestras actividades. Yo creo que es posible triunfar y realizarse como persona y como mujer... "
A lo anterior viene a sumarse algo que vale la pena recalcar: casi todas tienen, en su calidad de ex-esposas, "unas magníficas relaciones" con quienes fueron sus maridos.
Se tratan, se visitan; a algunas es él quien les "lleva las cuentas" y todas, absolutamente todas, están de acuerdo en que "volverían a casarse", aún cuando no sin cierto temor. Entonces, ¿que es lo que pasa realmente? ¿Qué está fallando, la institución matrimonial o las personas? Oigámoslas: Florencia Borrero, Gerente de Inmobiliaria Bavaria S.A., anota:
"Lo que falla es la base conceptual de la pareja. No se puede convivir teniendo como base teorías que eran aplicables para una mujer cuyo eje vital era el hogar. Hoy, gracias a una serie de derechos las mujeres hemos salido a ganarnos la vida, a competir con los hombres. Lo lógico, entonces, para que la institución permanezca, es cambiar el "contrato base", pues la pareja o el matrimonio tienen que permanecer".
Pero en defensa de la institución salió María Cristina Posada: "Son las personas las que diseñan las instituciones y las que se acogen a ellas; quienes fallan, por consiguiente, son las personas. A nosotros correponde que las instituciones funcionen, nosotros tenemos la capacidad y la posibilidad de mejorarlas. Somos nosotros los que fallamos".
María Ignacia Barona cerró la ronda: "La institución es regia; lo que pasa es que hay una falla en los dos y por eso deja de funcionar".
Es obvio que como resultado de la vida matrimonial quedan los hijos, que, al fin y al cabo son una parte sin derecho a opinión, en los asuntos de la separación de sus padres. A pesar de que por muchas razones son la parte más importante de todo, ellos no participan en el proceso. Se les redujo a ser un "factor pasivo" y para nadie es un secreto que ellos son finalmente los que se van a convertir en actores principales del "drama".
"Lo único que me pone a pensar si cometí un error al separarme es el hecho de haberles desbaratado el hogar a mis hijos". "Yo sé que todo esto los traumatizó y los traumatiza todavía". " Tener un padre en la casa es lo más importante para la educación y la estabilidad de los hijos y lo mejor es tener al propio" "Yo no creo que mis hijos estén traumatizados. Véalos".
"Cualquier unión que se rompe es un trauma pero no se puede negar que también es traumatizante para el hijo convivir en medio de la agresión y el desamor. Se trata de escoger el menor factor traumatizante y tratarlo con inteligencia. De esta forma será chocante, pero pasajero."

SEPARADAS ¿ Y LAS OTRAS ?
Los conceptos son diversos, pero en claro queda una cosa: no es fácil resolver el problema de los hijos en el divorcio o la separación.
Son varios los temas que nos asaltan al tratar de todo lo relacionado con la evolución de la vida en pareja, pero hay un aspecto que realmente es importante para Colombia. Se habla mucho del "nuevo estilo" de vida que está creando la posibilidad de que una mujer llegue a tomar este tipo de decisiones que en otras épocas no le pasó a nadie por la cabeza, ni siquiera en momentos de delirio, pero ¿hasta donde se trata de un tema que afecta al país en general?, o, ¿será más bien algo que refleja la tremenda división de clases que afecta a una sociedad como la nuestra? Veamos un poco este aspecto porque a lo mejor las colombianas, para este tipo de efectos pueden dividirse en dos grandes categorías: las separadas y las abandonadas.
La respuesta de Gloria Zea, directora de Colcultura, es terminante: "Este es un problema que afecta a las clases medias y altas, donde la mujer puede tener opciones gracias a su educación. A nivel general de los colombianos el problema es de superviviencia, de lucha por la vida diaria; no queda tiempo para pensar en este tipo de cosas".
La mujer necesita al hombre y éste no puede hacer caso omiso de la existencia de "ellas".
Los cambios serán muchísimos pero aquel "algo" que une a un hombre y una mujer va a permanecer por encima de las "revoluciones", cualesquiera que sean. El triunfo, el éxito, o lo que sea no van a reemplazar el placer de la compañía: "Triunfar es un asunto que nada tiene que ver con el matrimonio. Es un asunto de capacidad, de profesionalismo. Es algo personal que no puede determinar la existencia del matrimonio. El ideal es lograrlo dentro de la existencia de la pareja".
De seguro todo eso podrá llegar a conciliarse dentro de los cambios necesarios que introduce en los fundamentos de la pareja el nuevo esquema de mujer que ha traido el siglo XX.
Por lo pronto es bueno registrar el hecho importantísimo de que la cama doble no va a convertirse en antiguedad pues,...no es bueno que la mujer esté sola.