ABORTURSS

En la Unión Soviética son más los abortos que los nacimientos, según las últimas estadísticas

5 de enero de 1987

La cifra es cruda: en la Unión Soviética cada año nacen cinco millones de personas y el número de abortos se acerca, como mínimo, a los seis millones. En palabras, esta estadística quiere decir que el número de abortos es superior al de nacimientos en ese inmenso pais de quince repúblicas.
No se trata de una campaña de alguna organización católica ni de un aporte más de Occidente en la guerra de información contra el bloque de Oriente, sino que está contada en la revista Rabotniza (La Trabajadora) una publicación dirigida a las mujeres, con circulación millonaria y con artículos cuya seriedad pocos ponen en duda en ese país.
Y eso que el aborto es legal en la Unión Soviética. El Estado lo permite y lo patrocina, pero la violación de la intimidad que implica este permiso hace que muchas mujeres acudan a "clínicas clandestinas". El aborto oficial obliga a registrarlo en el lugar de trabajo, para obtener los beneficios de tres días de permiso laboral. Esta condición, que significa la pérdida del secreto, desalienta a las mujeres a llevarlo a cabo legalmente. La otra situación que inclina a las mujeres a buscar la clandestinidad es la carencia de recursos clínicos aceptables, porque los hospitales estatales en los que se practica el aborto, en muchos casos no tienen anestesia ni anestesiólogo y las mujeres deben afrontarlo con una pastilla calmante comprada en la farmacia.
En la estadística esto se refleja en que por cada 2.7 abortos legales en la URSS hay uno clandestino. Y desde el punto de vista económico significa que una mujer para liberarse de la pérdida del anonimato y asegurarse un aborto bien practicado, debe pagar 30 rublos (unos seis mil pesos) contra cinco (mil pesos) que de todas maneras le cuesta el aborto oficial.
EL ABORTO ES MAYORIA
Pocas cosas son las que pueden demostrar una mayoría en la Unión Soviética. No se sabe, por ejemplo, a cuántos rusos les disgusta el régimen ni cuántos estarían dispuestos a jugársela por él. Se sabe -y eso en la nebulosa de la investigación- qué el alcoholismo incide en una proporción como del cincuenta por ciento en su población adulta. Pero lo que si se sabe, según datos de M. Bedni en un libro sobre demografía citado por el artículo de la revista para las compañeras soviéticas, es que el 75 por ciento de ellas han tenido al menos un aborto.
Las estadísticas son más precisas: son las mujeres en edad inferior a los 19 años (87.5%) las que acuden con más frecuencia al aborto clandestino el 70 por ciento de las que viven en las ciudades se lo practican y el 90 por ciento de las que viven en el campo también le ponen fin a su primer embarazo con un aborto ilegal. Y si quedan arrestos para el escalofrío, esta otra cifra: el 30 por ciento de todas esas mujeres muere por el aborto.
DONDE NACEN LOS ABORTOS
Una de las causas de este panorama brutal es prosaica y paradójica. A pesar de ser una nación poderosa y evolucionada, el uso de los anticonceptivos no es una práctica muy extendida, porque su mercadeo es pésimo y su calidad es peor. "Si fueran más seguros, cómodos y accesibles, la gente los utilizaría más a menudo", dice el artículo de Rabotniza.
Pero, al parecer, los movimientos que debaten y cuestionan el aborto en la Unión Soviética no dirigen sus inquietudes a las prácticas sexuales sin temor al embarazo, sino a que el aborto tenga una práctica "auténticamente humana". Eso los que lo admiten, porque los grupos anti-aborto hacen su guerra desde afiches como el que cuelga en la antesala de una de las clínicas de abortos oficiales: "Madre no mates a tu hijo".