NUEVO LOOK

Arqueólogos rescatan la mala imagen de los filisteos.

4 de enero de 1988


La mala prensa no es un concepto nuevo. Guardadas proporciones y distancias, mala prensa ha habido siempre. Y los filisteos no se escaparon a ella. Los relatos bíblicos y las demás referencias históricas que se tienen de ellos, los describen como un pueblo hedonista, carente de cultura.

Sin embargo, arqueólogos que trabajan en el kibbutz Revadim, al sureste de Jerusalén han encontrado restos de una vieja ciudad que aporta evidencia de que los filisteos fueron industriosos. Los descubrimientos, que pueden arrojar luces sobre desarrollo y planeamiento urbano en la edad de hierro, son de la antigua ciudad de Ekron. La ciudad parece haber sido inusualmente grande para los viejos estándares y puede haber sido el complejo industrial más grande del Medio Oriente en el siglo VII a. C.
Los trabajos de excavación llevan tres años y han sido dirigidos por el profesor Seymur Gitin.

Lo que parece descubrirse tras las excavaciones es la imagen de un pueblo que tenía nociones avanzadas sobre planeación urbana. Inclusive se presume que tuvieron regulaciones zonales de algún tipo, porque la ciudad estaba compuesta por cuatro distritos diferentes: los muros fortificados con el cordón industrial en su interior, pero en la periferia de la ciudad y separado de las zonas residenciales y de las áreas de las edificaciones públicas.

En el año 603 a.C. la ciudad fue destruida por los babilonios, y el lugar fue aparentemente abandonado, pues se encontraron algunos utensilios en su lugar. Pero no hay evidencia de que los filisteos sobrevivieran a la destrucción y fue cerca de 500 años más tarde, según Gitin, cuando los romanos llamaron Palestina a la planicie costera (por los filisteos bíblicos), nombre que eventualmente se extendió al resto del país.

Ekron fue una de las cinco ciudades más grandes de los filisteos, junto con Gaza, Ashkelon, Ashod y Gath. Los restos de Ekron sugieren que la ciudad se extendía a lo largo de 24.2 hectáreas y que albergaba a más de 6 mil personas. Su economía se basaba en el procesamiento industrial del aceite de oliva, operación que, pasada la estación, se doblaba, porque las plantas se utilizaban para teñir textiles. "Queremos saber cómo planearon y construyeron una ciudad en el siglo VII a.C., por qué creció, por qué se redujo, cómo fue construida, etc.", dice el profesor Gitin.

La historia más antigua de los filisteos, un pueblo de origen egeo que vivió en lo que hoy es la costa sur de Israel, es bien conocida por el Viejo Testamento que relata sus permanentes enfrentamientos con los israelitas. Fueron los filisteos los que enviaron a Dalila para que averiguara el secreto de la fuerza de Sansón, y quien más tarde mató al rey Saúl y a sus hijos en una batalla. Los israelitas persiguieron a los filisteos hasta las puertas de Ekron después de que David matara a uno de ellos, el gigante Goliat, con su honda. Pero se sabe menos de la historia posterior de los filisteos, del año 1000 al 600 a.C., por lo cual Ekron es particularmente importante para los arqueólogos que investigan esa ciudad. Al comienzo de este período, la ciudad no alcanzaba a tener una hectárea, lo cual refleja la decadencia de poder como resultado del auge de las monarquías israelitas. Ekron volvió a crecer al final del siglo VIII a.C., cuando fue conquistada por los reyes asirios de Mesopotamia y se volvió un estado vasallo del Imperio Asirio.

Aunque sólo ha sido excavado un 2% de la ciudad, hasta el momento se han encontrado más de 100 instalaciones de procesamiento del aceite de oliva. El aceite se utilizaba en muchas formas: para lámparas, unguentos religiosos, para cocinar y preparar condimentos y medicinas. No había sustituto para el aceite de oliva y su producción y comercio eran muy lucrativos.

La paz impuesta por los asirios contribuyó a la importación de las aceitunas de la vecina Judea, que antes había sido nación enemiga. El aceite se exportaba a través de los puertos filisteos, Ashod y Ashkelon. En las excavaciones se encontraron restos de mil vasos de cerámicas en los que se almacenaba el aceite.

Los arqueólogos también descubrieron un edificio público grande, bien conservado y bien construido, que se cree que fue un templo del siglo XI a.C. Sus paredes de adobe, de más de 9 metros de alto, aún se mantienen en pie. El edificio consta de un patio y dos cuartos, en uno de los cuales hay una plataforma elevada.

Los más grandes misterios del lugar son una docena de mini altares con cuatro cuernos, encontrados en los mismos cuartos en donde se hallaron los equipos de procesamiento del aceite. Los altares, usados aparentemente para quemar incienso, no se han hallado en ninguna otra parte del país y sugieren que hay ciertas implicaciones culturales o religiosas en la industria del aceite. "No es una coincidencia--afirma el profesor Gitin-- Parece que había una clase religiosa, tal vez con alguna clase de afinidad con los gobernantes, que era ulilizada para que ayudara a administrar la induslria".

¿Pero, qué sucedía cuando la cosecha de olivas--que sólo duraba dos meses-- se acababa? El aceite tenía que procesarse inmediatamente y no parece probable que el inmenso centro industrial permaneciera ocioso los otros 10 meses. Así que una posible respuesta, soportada por el descubrimiento de restos de telares de madera, sugieren que la planta funcionaba también, y en forma alternada, como un centro para teñir textiles.

Los anales de los reyes asirios que registran que los filisteos daban como tributo ropas de lino y tiendas de lona, también apoyan la teoría. "Es como un inmenso rompecabezas. Se tienen que poner las piezas unas junyo a otras para lograr la imagen final", afirman los arqueólogos. Y en ese intrincado juego es posible que, algún día no muy lejano, los filisteos ganen un puesto más decoroso en la historia antigua.--