La fricción entre la Casa Blanca y la Casa de Nariño, alimentada por los trinos de sus inquilinos, Donald Trump y Gustavo Petro, ha dado pie a que los empresarios colombianos hagan chascarrillos sobre la situación. En las más recientes convenciones gremiales –muchas de ellas realizadas en Cartagena y Barranquilla–, los expositores, al mencionar el rifirrafe bilateral, que ya tiene al presidente Petro sin visa y en la Lista Clinton, y sus posibles efectos sobre la economía nacional, suelen hacer un recuento en tono irónico: aseguran que el país se está preparando para el Black Friday (una importante temporada de descuentos) después de haber vivido dos black sundays.

Con esta expresión se refieren a los dos domingos de 2025 en los que la relación con Estados Unidos se deterioró gravemente. El primero fue el 26 de enero, desencadenado por la deportación de colombianos, y el segundo el 19 de octubre, cuando Trump acusó a Petro de ser un “maleante” y amenazó con la suspensión de pagos y ayudas financieras a Colombia.