La Navidad en Colombia es sinónimo de compartir en familia y, por supuesto, también es la excusa perfecta para romper la dieta. La cultura gastronómica del país es amplia y en épocas navideñas se expande aún más; desde los más clásicos como el Pavo Relleno o Pernil de Cerdo hasta delicias regionales como el Ajiaco Santafereño, la Lechona Tolimense, y por supuesto, el infaltable de las novenas: el dúo de natilla y buñuelos.

En medio de esta basta riqueza gastronómica, surge la pregunta del millón: ¿cuál es la bebida ideal para acompañar? Si bien no hay una respuesta correcta, hay muchas opciones para escoger el ideal para cada ocasión.

Antes de tomar cualquier decisión es de suma importancia tener en cuenta que la clave está en el “maridaje”, el arte de combinar comida y vino para que sus sabores se realcen mutuamente. Es por eso que le presentamos una pequeña guía de vinos para acompañar adecuadamente cada una de estas delicias navideñas.

Para el brindis y la bienvenida

Iniciamos con algo suave y perfecto para preparar el gusto. En las novenas de aguinaldos es común iniciar con entradas como buñuelos, pan de bono y empanaditas de carne, es por eso que necesitamos vinos frescos que limpien el paladar.

Las opciones más apropiadas son los vinos blancos y los espumosos como el Cava, Prosecco o Champagne, su acidez y efecto burbujeante actúan como un “limpiador” del gusto, equilibrando la grasa de las frituras como las empanadas y los buñuelos.

Para los platos fuertes

Aquí la elección dependerá principalmente de la proteína elegida.

Para las carnes rojas como pernil de cerdo, pavo y res se requiere un vino con cuerpo y estructura, el ideal para estos platos es el vino tinto como el Malbec, Cabernet Sauvignon, ya que sus notas a fruta oscura se complementan con la grasa de las carnes.

Las opciones de vino tinto. | Foto: Semana

El caso cambia cuando la proteína son aves y platos de cuerpo medio (pavo relleno y tamales). En este caso el correcto es el vino tinto de cuerpo medio, Merlot y el Pinot Noir son los más opcionados, al ser más un poco más suaves que un Malbec se convierten en un aperitivo más versátil.

Para el postre

El vino del postre debe ser siempre más dulce que el postre. Un vino seco no funcionaría porque se sentiría amargo frente a la dulzura de la natilla o el arroz con leche. Es por esto que los vinos como el Moscatel, Oporto y Rosado Semiseco tienen un dulzor natural que equilibra los postres tradicionales.

Pero sin lugar a dudas lo más importante no es el vino con el que acompañe la novena de aguinaldos, el ingrediente más importante de su cena navideña es la unión familiar. Ya sea que elija un tinto robusto para el pernil o un espumoso fresco para los buñuelos, el vino es simplemente un hilo invisible que une a cada miembro de la familia para tener una noche llena de risas, recuerdos y afecto.