El músico bogotano Lucas Hill presenta su nuevo álbum El sol sale también, un disco que marca una nueva etapa en su carrera y muestra un sonido más personal y arriesgado, diferente a lo que ha hecho antes.
Nacido en Bogotá, donde reside actualmente, Hill inició sus estudios en guitarra de jazz en la Pontificia Universidad Javeriana y luego se trasladó a Boston en Estados Unidos, donde obtuvo el título de Bachelor in Fine Arts (BFA) en composición. Ha desarrollado proyectos de jazz, entre ellos música para Big Band que ha interpretado en Nueva York, Buenos Aires y Barcelona, así como un disco grabado en Bogotá con un noneto, publicado en 2016 bajo su nombre propio.
Luego, tomó vuelo como Lucas Hill, en una etapa que lo ha visto publicar tres álbumes: Lucas Hill (2020), Renacido (2023) y este nuevo trabajo que presenta esta semana, en el planetario de Bogotá, El sol sale también (2025). Entre varios músicos, en ese concierto lo acompañarán las brillantes Manuela Ocampo y Gabriela Ponce.
En su música, Hill combina elementos del folk, rock, pop y tradiciones latinoamericanas. Las canciones se construyen a partir de letras y estructuras que priorizan el trabajo narrativo y una exploración personal del lenguaje musical.
Sobre el nuevo trabajo, desde el primer tema ofrece una experiencia paisajística, en la que el ambiente y las sensaciones tienen más peso que una historia concreta. “Quería que las canciones transmitieran un estado de ánimo, algo así como pintar con sonidos. Más que narrar una historia de principio a fin, busqué que la gente sintiera distintos paisajes y emociones”, explica el músico nacido en Bogotá.
Una de las ideas principales de este trabajo es la alegría, aunque no desde lo festivo. Para Hill, la alegría en este álbum no es necesariamente la fiesta o la euforia, sino también esos momentos de calma y tranquilidad. El álbum utiliza la metáfora del sol para hablar tanto de la luz como de los periodos de sombra y descanso, mostrando que el bienestar puede encontrarse en lo sereno. Hay canciones que pueden parecer tranquilas o con nostalgia, pero para él, eso también es alegría.
En el aspecto musical, el álbum rompe con las estructuras tradicionales. Muchas canciones no tienen coro y usan formas poco convencionales. “Cuando me senté a escribir este disco, quería salirme de la típica fórmula de verso y coro. Eso permitió que salieran acordes diferentes, formas más libres y letras que no siempre siguen una lógica predecible”, cuenta Hill.
El proceso de grabación también fue clave. Lucas grabó en vivo con sus músicos en el estudio El Alto de Medellín, lo que hizo que las canciones cobraran vida en tiempo real. “Tuvimos la oportunidad de grabar todos juntos en el estudio y eso se nota en el resultado. Era otra energía, muy distinta a grabar cada uno por separado como nos tocó en el disco anterior durante la pandemia”, recuerda.
Los dos primeros sencillos lanzados de este álbum ilustran bien la decisión de Lucas Hill de salirse de las fórmulas tradicionales. En “El sol sale también“, el proceso creativo inició de manera poco habitual: primero escribió la letra y a partir de ahí desarrolló la música, logrando una conexión diferente entre palabra y melodía.
Por su parte, ”Camino" comenzó como una canción compuesta con instrumentos tradicionales, pero terminó transformándose en una pieza centrada en elementos electrónicos, mostrando así la apertura del artista a experimentar con nuevas sonoridades y estructuras.
Lucas Hill reconoce que trabajar en este álbum fue también un proceso de aprendizaje después de las dificultades de su álbum anterior. “El disco anterior fue difícil, lo grabamos en pandemia y cada músico grababa desde su casa en un país distinto. Aprendí mucho de esa experiencia y sabía que para este disco quería hacer algo más cercano, más en equipo”.
El sol sale también representa para Lucas un ciclo que termina y otro que apenas comienza. “Me gusta pensar que este disco es como un nuevo comienzo para mí. Es un trabajo más libre y con más riesgos, pero también más sincero con lo que soy y lo que quiero decir”, concluye.