La Navidad es una de las épocas y celebraciones más famosas del año, debido a todo lo que la rodea. Es una etapa de sentimientos y uniones, llevando a que miles de personas compartan y se reúnan en escenarios distintos a los habituales.
Sin embargo, este festejo, pese a que se realiza en gran parte del mundo, no tiene la misma acogida en muchas personas, quienes no sienten esta chispa en diciembre. Algunos prefieren alejarse y vivirla con un ánimo distinto.
De acuerdo con lo que informó Infobae, tras consultar con expertos, estas fiestas de fin de año generan todo tipo de reacciones en la gente, dependiendo las circunstancias que rodean su realidad. Muchos prefieren no decorar o poner árboles de Navidad, distanciándose de dicha idea.
Según Rolando Salinas, jefe de Salud Mental del Hospital Alemán y profesor de Psicología de la Salud en la Universidad Católica Argentina, los elementos que giran alrededor de estas fechas no siempre son positivos, cargando a algunos con estrés y sentimientos encontrados.
“En general, las fiestas de fin de año son un motivo de encuentro y de unión familiar. Sin embargo, hay que aceptar que conllevan un componente de estrés debido a cuestiones relacionadas con la organización de las reuniones, los cierres y balances del año laboral y personal, sumados a las preocupaciones excesivas, que son fuente de ansiedad”, comentó a Infobae.
El experto indicó que este ambiente también se podía tornar complicado, precisamente por las ausencias o duelos que surgían por diferentes motivos. Muestra de ello era el cambio de lugar de residencia, muertes, peleas o distanciamiento de seres amados.
“Muchas personas reviven las pérdidas, los fallecimientos, las rupturas familiares, y en nuestro caso actual, la distancia de los jóvenes emigrados. Los padres, en especial a cierta edad, se alegran del progreso de los hijos que partieron, pero también toman conciencia de la ausencia”, aseguró.
En cuanto a los rasgos de personalidad, muchas personas intentarían aparentar se festivas y navideñas, pero Thomas Henricks, profesor de Sociología en la Universidad de Elon, mencionó en un artículo en Psychology Today, que no todo el mundo cuenta con esta dinámica.
Algunas de las causas para no armar el árbol de Navidad, según recoge Infobae, son el duelo, el cansancio del año, presión social, la soledad y rituales alternativos a esta celebridad.